Las piedras que nos acompañan y nos protegen a lo largo de nuestra vida

Cova d'en Daina - Wikipedia

Dolmen de la Cova d’en Daina (2700-2200 a.C). Romanyà la Selva, Cataluña

El poeta austríaco Erich Fried (1921-1988) escribió este poema:

Primero fue el tiempo de las plantas,
después el tiempo de las bestias,
en tercer lugar el tiempo de los humanos,
y ahora viene el tiempo de las piedras.

Quien oye hablar las piedras
Sabe que sólo quedarán las piedras.

Quien oye hablar a los hombres

Sabe que sólo quedarán las piedras.

Prehistoric cave prints show most early artists were women

Cueva del Castillo. Puente Viesgo, España. Foto: Pedro Saura

Las piedras nos rodean física y simbólicamente. El hombre y la mujer del Paleolítico vivían en una cueva, en un envoltorio completo de piedra, ellos y ellas ya no están pero las cuevas se encuentran casi intactas hoy, solo los arqueólogos las remueven un poco para estudiar los huesos y los útiles que han quedado. Los primeros artistas dejaron sobre la piedra pinturas y grabados o la impronta de sus manos. Consideramos que la Edad de Piedra desapareció en el mar del tiempo, no obstante, vivimos rodeados aún de piedras, no sólo de las que aparecen en la naturaleza sino de todas las que han sido labradas por el ser humano y de ellas ha construido ciudades, casas, castillos, iglesias y palacios, monumentos, muros y murallas, fuentes y puentes, estelas, monolitos y estatuas…; todo ello acaba siendo una montaña de pináculos de piedra. La piedra pertenece a la tierra y se nos ofrece generosamente, sin rechistar, para que la labremos y la utilicemos a nuestro gusto, su dureza y resistencia la hace apta casi para todo. Qué bien envejece!, con qué dignidad aunque haya sido usada hace miles de años.

File:Marble hills above a Carrara marble quarry 6382.jpg

Canteras de Carrara, Italia

Sin la piedra los humanos no hubiéramos sobrevivido. Parece que en el paraíso hombres y mujeres no tenían necesidad de guarecerse, Adán y Eva vivían desnudos y permanentemente en un jardín. Cuando el temible Dios justiciero, después del pecado original, nos arrojó a un barro, al planeta tierra, nos dimos cuenta de que somos muy frágiles, hay que vestirse para protegerse del frío, y tan débiles que no podemos vivir a la intemperie, necesitamos un espacio cerrado para ampararnos, el homo sapiens después de nacer en los bosques y vivir en cuevas tuvo que aprender a construir lo que ahora llamamos casas que le resguardaban mejor, es decir, arquitectura. Tenían madera, mucha y fácil de trabajar, pero se quemaba, o barro que era endeble, la piedra acudió en su auxilio: ya estaba ahí, desde el origen de los tiempos para protegernos mejor. Se dieron cuenta de las distintas cualidades, la geología ha proporcionado muchos tipo de piedras unas más aptas que las otras en la función de cobijarnos y, más tarde, cuando el hombre se sofistica, puede embellecer este cobijo y desarrollar la arquietctura también como arte. Se empezaron a exacvar canteras para extraer las piedras más adecuadas. Vitrubio, el arquitecto e ingeniero romano que vivió en tiempos de Julio Cesar en el s. I a.C, en el que seria uno del los primeros tratados de arquitectura sistematizados, nos habla de canteras alrededor de Roma como las de Grotta Rossa, Palla o Fidenae que proporcionaba una piedra blanda, las cuales, dice, se pueden labrar fácilmente apenas sacadas de las canteras, pero que se agrietaban expuestas al aire libre y al hielo y a la escarcha o debido al salitre por estar cerca del mar. Se había de extraer la piedra de la cantera dos años antes que se fuera a emplear y en verano, dejarla expuesta al aire en un espacio abierto, la dañada emplearla por los cimientos y el resto para la cantería. Cita la cantera de Tivoli de donde se extraía el mármol travertino, de mediana dureza, mucho más resistente (casi todos los monumentos de Roma son de este travertino), pero, escribe, se rompe con el fuego porque en su composición natural hay poca agua y no mucha tierra y sí mucho aire y fuego. Las canteras de lava, llamadas de Anicia, se encontraban en Tarquinia, era la piedra más dura y para Vitrubio la mejor, nada la dañaba y conservaba su solidez por muchos años porque hay solo muy poco aire y fuego en su composición natural, una cantidad moderada de agua y mucha tierra, lo que el daba una estructura muy compacta y sólida. El mármol será la piedra, fuerte y duradera, para la eternidad, utilizada para embellecer y empoderar estas estructuras, siendo el de Carrara el más bello y más apto no solo para la arquitectura sino y aún más para la escultura (ver mi libro: Pisar las canteras de mármol. Para reconocer el trabajo del arquitecto y del escultor. Barcelona: Temporal, 2023).

Museu de l'Esquerda on Twitter: "La Necròpolis de #lesquerda ...

Tumbas antropomorfas. Yacimiento de l’Esquerda, Masies de Roda, Cataluña. Foto: Museu de l’Esquerda

Antes de la actual predilección por la cremación, las tumbas, cenotafios, panteones y lápidas de piedra han marcado nuestro fin y corresponden a la muerte. Parece ser que lo primero que construyó la especie humana fueron las tumbas y eran de piedra como veremos en los dólmenes. Y los panteones son una muestra del poder social y económico de las elites locales como afirmación de su representatividad social más allá de la muerte, en Europa incluso incorporan escudos de armas. De época medieval se conservan tumbas antropomorfas excavadas a la roca, que toman la figura del cuerpo humano  que acaba fundiéndose con la roca que le acoge. En la comunidad judía, poner piedras y guijarros sobre las lápidas de los difuntos es una tradición habitual. En tiempos antiguos, los judíos creían que las piedras dispuestas en estas lápidas impedían que las almas volvieran a la tierra y provocaran estragos en la vida de los vivos.

Arte fenicio: Estela funeraria púnica en gres con relieve de carácter andante. Procedente de las excavaciones de Mozia (Motya, Mozzia o Motia). Siglo VI a.C. Túnez, Museo del Bardo Túnez de Phoenician Phoenician

Estela funeraria púnica (s. VI a.C). Yacimiento de Mozia. Museo del Bardo, Túnez. Foto: Meisterbrucke

La estela de piedra es una hito territorial que marca un ámbito geográfico concreto y, a la vez, puede ser un referente de pertenencia con determinado grupo humano que testimonia su hegemonía en ese territorio. La primera atribución cronológica de las estelas corresponde a las sociedades de la Edad del Bronce. Ahora están preservadas en museos pero esta piedras labradas formaban parte del paisaje. Asimismo las estelas, desde tiempos ancestrales se han usado para señalar el emplazamiento de una tumba, lo que en tiempos cristianos devino una cruz. Han aparecido un montón en Mediterráneo prerromano, proceden de ciudades fenicias costeras, desde Ibiza a Cádiz o en el norte de África excavadas en yacimientos tunecinos. Los ejemplos más antiguos se fechan en los s. VII y VI a.C, pero son más frecuentes en los cementerios de época púnica, a partir del s. V a.C. Pocas veces se grabaron los datos de filiación del difunto en la cara frontal de la estela y sí que aparecen figuras humanas talladas toscamente (imagen superior) que podrían representar simbólicamente a una divinidad más que al difunto. Esas piedras erectas sobre las tumbas conservaban la memoria del difunto entre los vivos, sacralizaban el lugar y podía convertirse en un espacio de culto. En la época romana también los entierros se señalaban con una simple estela con un epígrafe funerario que invocaba a los dioses, se inscribía el nombre del difunto y el nombre de quién había pagado la tumba. Las necrópolis se situaban a lo largo de los caminos que salían de las ciudades y por lo general estaban agrupadas en recintos familiares. Es difícil encontrar hoy estelas o aras en su lugar de origen, o bien han sido expoliadas, perdidas con los años, y en el mejor de los casos están preservadas en los museos. Hay tantas estelas y aras que no hay museo arqueológico o monumento antiguo que no exhiba una o varias en todas sus tipologías. Montones de piedras que rememoran un nombre, unas personas que sin estas piedras trabajadas sería como si nunca hubieran existido. Y los escultores y canteros que las tallaron de los que no sabemos su nombre ni el taller donde las realizaron.

Altares cilíndricos. Castillo de San Pedro, Bodrum, Turquía. Foto: IF

Las estelas funerarias de piedra pueden tomar distintas formas entre las que encontramos piedras sin retocar o ligeramente desbastadas, alargadas con el extremo superior apuntado o redondeado, troncocónicas o talladas en forma de pirámide. En uno de los patios del Castillo de San Pedro de Bodrum (imagen superior), construido por los caballeros del Hospital de San Juan en la época de las Cruzadas, y ahora museo de Bodrum, ubicado al sur de la costa turca mediterránea, se han reunido unos altares cilíndricos de mármol decorados con relieves de cabeza de buey (bukranion) y guirnaldas, coronas de frutas y plantas. Son una maravilla. Se han localizado abundantemente en la zona de la antigua Caria, donde se encuentra Bodrum. Se utilizaban principalmente en los cementerios familiares. En el museo se explica que los miembros de la familia iban al cementerio en las fechas significativas, con ropa limpia y se reunían en torno al círculo del altar. Se depositaban flores, fruta, pan y bebidas en el altar, se sacrificaba un animal y se quemaba incienso y salpicaba agua sagrada sobre las tumbas y estelas. Los miembros de la familia rezaban para que el difunto durmiera tranquilamente en sus tumbas. Durante el período helenístico (333-30 aC) en estas ceremonias se tocaba una lira o una flauta.

Miletus Museum reopened | Peter Sommer Travels

Estela Votiva. Miletus Museum, Mileto, Turquía. Foto:

En el pequeño museo de Mileto, en Turquía, se conservan unas cuantas estelas (imagen superior) que, aunque lo parecen, no son funerarias, todas son votivas y forman un grupo propio del siglo VI a. C. denominado por la Historia del Arte escultura Milesiana arcaica. Se conservan muchas más en el Altes Museum de Berlín. Estas estelas están configuradas por una escena central con figuras y un marco que representa un elemento arquitectónico, llamado Naiskos. No son figuras exentas, solitarias. Este elemento, tallado de la misma piedra, se conforma como el marco que las protege, lo que en tiempos cristianos se convertirá en la hornacina que resguarda al santo o santa. Las figuras votivas de Mileto son mujeres de pie o sentadas y llevan con el traje tradicional jónico que consiste un velo que es a la vez un manto que cubre la cabeza. Se han localizado en varias partes de la antigua ciudad de Mileto y probablemente se ofrecían a los santuarios dedicados a una diosa, la cual otorgaba deseos, a través de estas estelas. El museo nos informa de que todas las estelas votivas aquí expuestas fueron originalmente pintadas con colores vivos, lo que debería disimular el material pétreo.

File:Sarcófago romano, Circo romano (Tarragona), 01.jpg

Sarcófago d’Hipòlit (s, III). Pretorio y Circo romano, Tarragona. Foto: Wiki

En el mundo romano tenemos mucha más información sobre y muchas piezas en mármol u otras piedras que provienen del mundo funerario. Como en épocas anteriores se han conservado cantidad de aras y estelas funerarias, muy parecidas a las ya mencionadas y que se exhiben casi en todo museo arqueológico que se precie. Originalmente ubicadas en las necrópolis, señalaban el lugar donde yacía cada difunto y perpetuar como antaño su memoria mediante epitafios estereotipados del tipo “amantísima esposa” o “piadoso esposo” o “hija dulcísima”. Aportan mucha información sobre demografía, índices de mortalidad del lugar donde se han hallado, así como información sobre la lengua y toponímia. Algunos incorporan decoraciones simbólicas varias, como coronas, laureles, estrellas, soles o figuras de héroes. Em época imperial el mundo funerario romano nos ha legado suntuosos panteones y abundantes sarcófagos de mármol. Su disposición rectangular, permite incorporar y labrar altos relieves a la manera de una una escena narrativa, con un desfile de personajes de episodios mitológicos y que podemos admirar en cantidad de museos y yacimientos arqueológicos. Pongo por ejemplo, el Sarcófag d’Hipòlit que se conserva en el Pretorio y Circo romano de Tarragona (imagen superior). Fue encontrado en 1948 en la Punta de la Mora, cerca de Tarragona, por unos submarinistas, a 6 metros de profundidad y labrada en mármol helenístico. La escena nos muestra a Hipólito (decapitado) que se encuentra en el centro del sarcófago. Es el protagonista de la historia y a su alrededor vemos a sus compañeros de caza y perros que lo enmarcan, al fondo y sobre la cabeza de Hipólito un arco sustentado sobre capiteles corintios hace la misma función. Con su mano derecha rechaza la noticia que la nodriza le acaba de dar sobre la pasión que siente hacia él Fedra. En el mundo romano, la muerte también era una forma de mostrar el estatus y el poder de los vivos.

Woodlands Cemetery in Philadelphia, Pennsylvania - Find A Grave ...

Cementerio de Woodlands. Filadelfia, Pennsylvania

En el mundo actual, ya que hablamos de ritos funerarios en piedra, no me gustan los cementerios con pisos de nichos, son inhumanos, valga la paradoja, prefiero, si se da el caso, pasear por viejos cementerios, sobre todo rurales, entre lápidas de mármol, esculturas y panteones (que sean discretos), entre árboles y flores que se marchitan y no sólo para visitar a mis muertos o personajes conocidos; poetas y escritores los han loado, algunos tienen verdadero encanto, si se puede decir así. Las nobles piedras tienen una presencia ahí y de alguna manera nos cautivan.

File:Old Jewish Cemetery, Prague 053.jpg

Viejo cementerio judío (s. XV-XVIII). Praga. Foto: Wiki

Algunos son inquietantes como el antiguo cementerio judío de Praga. Es un revoltijo de piedras amontonadas en un pequeño recinto amurallado situado en lo que en un día fue el gueto de la ciudad. Fundado a mediados del s. XV, el cementerio quedó atestado, al parecer, prácticamente desde el principio. Pese a que se adquirieron nuevos terrenos pronto se hizo patente que no había suficiente espacio para poder enterrar a los muertos en hileras. El filósofo norteamericano John Sallis, en su libro Stone, lo explica con precisión: “Dado que los preceptos religiosos prohíben perturbar la paz de los sepulcros, fue preciso cubrir repetidas veces las tumbas existentes con nuevas capas de tierra de modo que los cadáveres quedaron así enterrados en varios estratos, unos encima de otros. En algunas zonas del cementerio llega a haber hasta doce capas de tierra. Cada vez que se traía más tierra para recubrir las tumbas existentes y posibilitar la creación de otras nuevas, las lápidas viejas eran elevadas al último nivel. Puesto que de este modo todas las losas permanecían en la superficie, su número comenzó a crecer hasta que finalmente quedaron amontonadas con la densidad que puede observarse hoy. En la actualidad casi todas las piedras se hallan recostadas y sobresalen, con distintos grados de inclinación, de la negra tierra, lo que constituye un espectáculo de completo desorden. Algunas parecen tumbadas en ángulo tan agudo que parece que están a punto de perder el equilibrio. Uno tiene la impresión de que su empuje, aunque persistente, se ha debilitado con el paso del tiempo, de que incluso la piedra, tras elevarse a campo abierto, se ve nuevamente arrastrada hacia la tierra, hacia el silencio de aquellos, que a pesar de estar difuntos, encuentran en las piedras conmemoración”. Aunque el cementerio es pequeño parece que haya miles de personas enterradas allí. En muchas lápidas aún pueden leerse nombres y epitafios y discernirse figuras y motivos que indicaban la profesión del finado. Las piedras silenciosas, valga la paradoja, nunca habían sido tan anunciadoras de que un montón de gente está ahí enterrada, en lo más profundo de la tierra, unos encima de otros. No apto para claustrofóbicos o personas que quieren incinerarse. El cementerio es uno de los monumentos judíos más importantes de Europa. La última lápida  está fechada en 1787; tres años antes, el ilustrado emperador Josef II había prohibido los entierros dentro de las murallas de la ciudad por razones higiénicas. 

Roma | Museu de Lleida

Miliario romano. Tamarite de Litera. Museu de LLeida, Cataluña

Para cerrar el tema de lápidas, estelas y aras que no son otra cosa que indicadores, los miliarios son una columnas cilíndricas, ovales o paralelepípedas que se colocaba en el borde de las calzadas romanas para señalar las distancias cada mil passus (pasos dobles romanos). Cada milla romana equivaldría a una distancia de aproximadamente 1480 metros. Había en todo el imperio. El milario de la imagen superior procede Tamarite de Litera y correspondía a un tramo de la vía Tarraco (Tarragona) – Asturica Augusta (Astorga). Consiste en un cilindro de piedra con una leyenda escrita donde se señala la distancia en millas existente entre el lugar de la vía donde estaba ubicado y las ciudades romanas citadas. Hoy ha desaparecido la antigua práctica de emplear este tipo de piedras para marcar fronteras o límites o kilómetros, pero aún recuerdo los “miliarios” pintados de blanco con una franja roja que había en las carreteras nacionales en Cataluña y España para señalar el número y los kilómetros. Ahora son metálicos colocados a lo alto de la autopista o al lado de las carreteras y ya ni se miran con los GPS. La mayoría de los miliarios romanos están hoy encerrados en los museos y no se exhiben como piezas estrella, pero aún como objetos que marcan y delimitan tienen poder y fuerza, una mano humana labró un trozo de piedra y en algunas incluso, además de las indicaciones correspondientes, incluyen algunas motivos. 

Micromecenes per restaurar les cabanes de pastors del pla d ...

Cabaña del Clot de la Fou del Pla d’Anyella. Toses, Cataluña. Foto: Centre d’Estudis Comarcal del Ripollès

Las piedras significan muchas cosas. Expresan el poder en grandes edificios, la memoria en los cenotafios, monolitos y memoriales, la riqueza en las piedras preciosas, la religión o el mito en esculturas e ídolos o la conmemoración de un hecho importante o de un personaje. Los metales tienen un uso efímero, se oxidan y se descomponen (excepto el bronce), el vidrio es fragil, se rompe; la madera se quema, la piedra es eterna, inmutable, envejece muy bien; o sea, podemos decir que ha sido nuestra compañera en el largo camino de la vida, a través de los milenios. No obstante, la piedra es mucho más que una pasiva compañera, puede ser una protectora o una captora, un símbolo de esperanza, lo veremos más adelante cuando cite el memorial de Martin Luther King, o bien ha presenciado los extremos sufrimientos y la crueldad a la que puede llegar el ser humano. A quien le fascinen las piedras nunca podrá liberarse de su hechizo. En muchos aspectos, los edificios de piedra, desde los más grandes y majestuosos, a las más humildes cabañas de pastores son reconstrucciones de lo que la madre tierra nos ha ofrecido generosamente desde el origen de los tiempos, arrancamos las piedras de la montaña y su dureza nos proporciona abrigo y protección. A veces, en caserones antiguos abandonados o no,  aparecen escudos de armas, inscripciones con fechas, iconos de oficios, no son más que trazas humanas que indican el paso de personas, familias, linajes… que la piedra ha mantenido, con otro material habrían desaparecido.

Peregrinos en La Meca: los ritos del Islam

La Kaaba. La Meca, Arabia Saudita: Foto: National Geographic

En este sentido, las piedras desprenden un innato poder que subyace a todo tipo de leyendas y creencias desde la antigüedad, -algunas aún persisten- y que parten de la base de que las piedras nos salvaguardan de algo o se asientan en lugares donde han ocurrido cosas importantes. Tiene que ver con la dureza y la durabilidad de las piedras que es la antítesis de las cosas biológicas sujetas a los cambios continuos, a la descomposición y a la muerte, así como lo son del polvo, la arena y la desintegración. Entonces por su resistencia, las piedras simbolizan la unidad y la fuerza, la permanencia. De ahí que han tenido un papel importante en el origen de las religiones y en la mitología. Mitra, Dios de origen persa y adorado en la India y en las antiguas Grecia y Roma, nació cerca de un manantial sagrado, bajo un árbol sagrado y de una roca (la petra generatrix); o sea la terminología de Mitra procede de petra natus o petrogenitus. En el antiguo testamento, los Diez Mandamientos fueron tallados en una piedra. La fe en Jesucristo mandó construir una iglesia dedicada a San Pedro, nombre que deriva de Petros, encima de una Roca, en Roma. En el Islam la máxima significación religiosa se manifiesta en la Meca: en una piedra negra de granito en forma de cubo (imagen superior), denominada Kaaba, donde los feligreses van a adorarla y giran a su alrededor.

Bomarzo Monster Park: A Garden Of Enduring Love - YouTube

Pirro Ligorio/ Simone Moschino. Sacro Bosco (s. XVI)Bomarzo, Italia.

Para la mitología y lo fantástico, vale la pena visitar el Parco dei Monstrii Sacro Bosco de Bomarzo (1528-1588) en Viterbo, un jardin mágico poblado de conjuntos escultóricos de figuras fabulosas, animales fantásticos, seres legendarios y monstruos, que se asientan en senderos inexplicables, en un intrincado laberinto, sin centros ni salidas. Figuras hechas en piedra ya casi fusionadas con la vegetación, cubiertas de musgo y que aparecen por sorpresa en un rincón escondido, detrás de un árbol o en el arroyo, atribuidas al escultor Simone Moschino. El diseñador del jardín fue el condotiero Pierfrancesco Orsini junto a su arquitecto Pirro Ligorio. Díficil de descifrar el sentido o el significado de este jardín fantàstico con una aura de esoterismo. Michael Jakob, historiador del paisajismo en la Universidad de Harvard, apunta varias hipótesis: la melancolía de su propietario quien a la muerte de su esposa, Giulia Farnese, su cabeza se pobló de monstruos, la “crisis” del Renacimiento que deriva hacia el Manierismo, o una alusión literaria a Orlando furioso, de Ariosto. Lo magnificó una entretenida novela del escritor argentino Manuel Mujica Laínez de 1962, Bomarzo, la cual propició que fuera a Viterbo a verlo hace años.

PETRA - El Tesoro y 7 Curiosidades de la Ciudad Perdida | Guías Viajar

Petra, Jordania

Se conocen ciudades antiguas construidas en la roca donde sus habitantes vivían “dentro”  de la piedra. La más importante es Petra (Jordania) exacavada literalmente en los acantilados de arenisca de color blanco, rosa, amarillo beige y rojo; la sensación cuando te paseas por ella es que a pesar de ser una ciudad muerta, todo vibra por los intensos colores de la piedra, resaltada por la fulgurante luz del desierto; a su vez la montaña tallada te protege de toda inclemencia. La antigua ciudad de Petra quedó “perdida” para el mundo occidental durante siglos. Situada en medio de barrancos en el desierto, había sido un próspero centro comercial y la capital del imperio Nabateo entre el 400 a.C y el 100 d.C. La ciudad se vació y quedó casi en ruinas hasta que el explorador suizo Johan Ludwig Burckhardt la localizó en 1812. Se iniciaron las excavaciones y la ciudad salió a la luz. Un camino estrecho de altos acantilados que, de entrada intimida, conduce hacia la ciudad donde todo, templos, palacios, casas, tumbas, está tallado a la roca. El lugar realmente impresiona, no hay espacio que no esté dominado por la piedra, casi no hay árboles en Petra. Y eso que hoy, sólo podemos ver un 15% de las edificaciones, la mayoría aún están bajo tierra. Sin embargo, es como si la piedra te tragara.

Las primeras piedras labradas por el hombre

Como decía al principio, la humanidad siempre ha estado de una manera u otra involucrada con las piedras. Ningún otro animal comparte con el hombre el desarrollo de las herramientas de piedra. Las primeras reconocidas eran meros desechos y escamas de sílex y cuarzo y guijarros toscamente tallados. Fueron realizadas por el llamado homo-faber y eso era lo que lo diferenciaba de un pre-hominido parecido al mono. Esta crucial actividad humana se realiza con la piedra y lo que primeramente era tallado toscamente en sílex y guijarros se fue multiplicando con otros tipos de piedras y con herramientas más sofisticadas; todo ello fue contribuyendo a desarrollar más fuerza en los músculos de los hombres y así comenzó una espiral tecnológica que aún no ha terminado.

Hallan herramientas de los primeros humanos modernos en una cueva ...

Herramientas de piedra del Paleolítico. Cueva del Kaldar, Irán. Foto: National Geographic

La humanidad, en el periodo del homo sapiens, ya está formada por la piedra. La piedra, pues, se encuentra en las raíces de lo que nos ha hecho humanos. Desde ese momento, la piedra se convierte en básica para los humanos, es herramienta, es cueva para protegerse de todo y es el primer elemento físico como vivienda permanente, lo que llamamos arquitectura. La madera es demasiado frágil y es la piedra la que propicia una vivienda más duradera. El nombre de Edad de Piedra lo dice todo. Nuestro pasado tecnológico es nuestra interacción con la piedra. En el Paleolítico hombres y mujeres trabajan el sílex, el cual se compone de cuarzo y silicio. Se trata de una piedra que se podía laminar y apta para las necesidades de los humanos prehistóricos.

Resultado de imagen de stone prehistoric tools images

Herramientas de piedra del Neolítico. Foto y fuente: Lithic Casting Lab

La va perfeccionando gradualmente y esto requiere nuevos materiales y nuevas técnicas que se asentarán en el Neolítico donde se añade el uso de los metales. El sílex tallado a través de impactos y presiones se reemplaza paulatinamente por la técnica de pulir las piedras más duras como el basalto, la obsidiana o el jade.

Resultado de imagen de laurel leaf dordogne images

Hojas de laurel. Musée d’art et d’archeólogie du Périgord, Périgueux, Dordoña, Francia

Las llamadas Hojas de laurel son cuchillos de sílex procedentes de las cuevas de la Dordoña (Francia), de unos 20.000 años, despiertan la admiración desde su descubrimiento. Se las denomina así por su forma de laurel. Podían haber sido utilizadas como un cuchillo o como una pequeña lanza, pero no está claro. Su perfección artesanal y exquisitez y que a su vez que son frágiles y delicadas, hace que se crea que, en realidad, podrian ser objetos místicos, mágicos, de autoridad o bien objetos de prestigio o de estatus y asimismo se justificaría su valoración como obra de arte.

El arqueólogo de la Universidad de Londres, Don Robbins, en su libro The Secret Language of the Stones, señala que hay algo “dentro” de la piedra, alguna esencia, algo que en aquel tiempo sólo podía ser entendido a través de un símbolo o de un mito. De hecho, sólo podemos decir que las Hojas de Laurel representan una cima de perfección en el trabajo de la piedra en la prehistoria. Pero podemos añadir, tal como explica Robbins, que es como “cuando un escultor dice que ve la forma de una estatua ya dentro del bloque de mármol y sólo hace falta que la saque con el martillo y el cincel, [como le pasaba a Miguel Ángel]; entonces empezamos a sentir que esta misión es sólo un aspecto de un gran propósito compartido por muchos otros, guiado por liberar algún tipo de esencia o fuerza de la piedra, algo percibido profundamente e incompleto, pero reconocido a través de la historia de la humanidad”.

Las piedras de rayo

Las piedras caídas del cielo sirvieron para explicar el origen de la vida. En las erupciones volcánicas, el aire se convirtió en fuego, el fuego se convirtió en lava y la lava en piedra; por lo tanto, la piedra constituiría una primera forma sólida. Eso ocurrió en el principio de los tiempos. Pero cuando el hombre empezó a cultivar la tierra, en África, Europa, Asia y en la Polinesia, a los primeros agricultores, se les aparecían un montón de flechas de sílex y creyeron que habían caído del cielo y se habían hundido en la tierra. Han tenido varias denominaciones: en el mundo anglosajón, piedras de trueno (thunderstones); en Hungría e Italia, flechas de Dios; en Cataluña, España, Java y en la India, piedras de rayo.

Resultado de imagen de piedras de rayo images

Piedras de rayo

De hecho, se trata de piedras talladas o pulidas en punta e interpretadas por diferentes culturas como objetos celestiales o de origen divino, con propiedades curativas o de superstición. Cuando emergían del subsuelo eran muy codiciadas como protectoras en caso de tormenta. Se guardaban en las casas, en especial, junto a las chimeneas o bajo el tejado para proteger los pastores, las familias y los animales domésticos de los rayos.

Muchas de estas piedras tenían esta forma de manera natural, pero muchas otras sí que fueron trabajadas y usadas por sus antecesores del del Paleolítico como flechas, a veces talladas a dos caras con cortes agudos, y pulidas durante el Neolítico. Se empezaron a encontrar en una época en que el uso del metal ya era predominante y no se sabía que era eso de la prehistoria; entonces, sería difícil de concebir un origen humano de estos sílex, era más fácil, pues, buscar un origen no natural y se interpretaron como cosas divinas o celestiales. Robbins afirma: “No se podía casi pensar en estas piedras como herramientas o artefactos porque ya en la era de los metales no tenía sentido fabricar herramientas de piedra”.

Jade en Europa

Los arqueólogos cada vez más tienen más evidencias de piedras usadas como objetos de culto y halladas en los estratos y tumbas de yacimientos del último período del Paleolítico. El jade es una de las piedras semipreciosas más frecuentes. Se caracteriza por ser una piedra muy bonita, delicada y dura a la vez, que una vez pulida alcanza un brillo que puede ser utilizada incluso como espejo, tal como ocurrió en el Neolítico.

Stone Age jade from the Alps

Hacha de jade Alpino. Monte Viso. National Museum of Scotland, Edinburgh

Una exposición celebrada en el National Museum of Scotland mostraba una poco vista colección de hachas de jade de la Edad de Piedra, muchas de ellas procedentes de los Alpes italianos y transportadas a Escocia hacia el 4000 a.C, cuando ya tenían 100 años, por agricultores del norte de Francia. La historia de estas hachas fue descubierta por un grupo de investigadores franceses liderados por Pierre y Anne-Marie Pétrequin del Centre National de la Recherche Scientifique y la Universidad de Besançon, dentro del programa Projet [Project] Jade, del National Museum of Scotland. El jade de estas hachas es orignario del Monte Viso, en el sur de Turín, y del Monte Begua, sobre Génova. Estas hachas fueron talladas montaña arriba, sobre 2000 metros de altitud. Según los investigadores mencionados la gente que vivía en esta zona durante el Neolítico asociaba las montañas con el reino de los dioses. Probablemente la gente del Neolítico también creía que las piedras de las montañas tenían poder para curar y proteger.

La doctora Alison Sheridan, jefe de Prehistoria del departamento de Arqueología del National Museum of Scotland, explica que cuando el hombre empieza a pulir las hachas esto provoca una gran transfomación. Las hachas pulidas permitieron clarificar los bosques y plantar cultivos más fructíferos que antes. De todos modos, casi nadie duda de que estas hachas en concreto no se utilizaron para cortar árboles o como armas para matar enemigos; en cambio, tuvieron un uso simbólico o ritual. Además, los investigadores argumentan que las hachas tenían un estatus, representaban un lujo, una confirmación de poder y prestigio de las personas que las poseían. Pulir un hacha de jade conlleva muchas horas de trabajo, de ahí que fueran un objeto especial, no para desgastarla como herramienta. Lo que se ha podido certificar es que estos artefactos fueron importantes para la expansión de una civilización. No se ha hallado jade en Inglaterra y Escocia, por lo tanto, fue esta emigración del continente la que llevó las hachas a la isla.

Resultado de imagen de canterbury axe jade images british museum

Hacha de jade. Canterbury. British Museum, Londres

Gillian Varndell, conservadora del British Museum lo confirma: “El hacha ha sido un poderoso símbolo durante miles de años en muchas partes del mundo. Tiene diferentes significados según diferentes sociedades. Para los primeros agricultores, el trabajo cotidiano con el hacha fue una herramienta esencial para hacer roturaciones de bosques, aclarar la tierra y cultivar. Objetos como el hacha de Canterbury [imagen superior], no fueron usadas para la agricultura, ya que eran un símbolo de estatus, su posesión era un privilegio de pocos. El color verde del jade podía haber tenido un significado ya que se hicieron copias con piedras locales de tonalidad verdosa. Más de un centenar de hachas de jade han sido localizadas en Inglaterra e Irlanda. Muchos de estos hallazgos fueron aislados y casuales, lo que quiere decir que las hachas no se elaboraron siguiendo un modelo”. Los rituales conectados con el jade aún son desconocidos. Hasta el momento, en Europa se han encontrado más de 1600 hachas.

Jade chino

Ornamento con máscara de jade nefrita (3000-1700 a.C). National Museum of Asian Art, Washington DC. Foto: NMAA

El papel simbólico del jade persistió hasta bien entrados los tiempos históricos. En China donde el arte y la artesanía del jade llegó a su máximo apogeo con la creencia de que el jade tenía poderes mágicos de curación o prevención y de ahí que los artistas que lo trabajaron buscaron y lograron la excelencia artística. Confucio, que vestía muy sobriamente, llevaba colgantes de jade en su cinturón. Un discípulo le preguntó porque los lucía y respondió:

Me gusta el jade porque se parece a la virtud. Como la bondad, es pulido y suave al tacto, sus vetas finas y compactas lo hacen tan sólido como puede serlo la inteligencia, tiene ángulos pero no hiere y en esto se asemeja a la justicia. Si se golpea, se partirá sin deshacerse, al igual que el valor. Y como la sinceridad, su transparencia no oculta sus defectos y sus defectos no disminuyen su valor.

En el National Museum of Asian Art de Washington DC dedican a esta piedra la muestra Afterlife: Ancient Chinen Jades que reúne exquisitas piezas labradas. En China, los jades eran conocidos como las piedras más bellas. “El término chino jade-yu cubre una gama de minerales, incluyendo la nefrita y la jadeíta. Los mineralogistas han establecido que casi todos los jades encontrados en yacimientos chinos antiguos estén hechos de nefrita de grano fino. En su estado más puro, la nefrita carece de color; impurezas como el hierro crean las variaciones de amarillo, marrón y negro”.  Hace más de un siglo China procedió a la  construcción de vías de ferrocarriles y fábricas lo que supuso el  descubrimiento accidental de decenas de viejos cementerios. En sus tumbas, enterradas durante miles de años se encontraron joyas y objetos rituales, todos elaborados con jade. Charles Lang Freer adquirió muchos de ellos y representan las épocas más tempranas de la civilización china, el Neolítico tardío y la Edad del Bronce temprana y los legó a este museo. La mayoría de las piezas que van del color verde al marrón, procedían de los enterramientos prehistóricos de la cultura Liangzu (3300-2250 a.C), lo que indicaría que los jades jugaron un papel clave en las ceremonias sepulcrales desde la prehistoria china. Para piezas de joyería se usaba el verde más claro, lo que sugiere que esta tonalidad más clara se reservaba para uso ornamental. Las culturas neolíticas posteriores localizadas más al norte del país preferían la nefrita negra casi pura que estaba disponible localmente. A finales de la Edad del Bronce, el jade beige posiblemente se importó de Asia Central.

Brazalete de jade de Liangzhu  (3300-2250 a.C). National Museum of Asian Art, Washington DC. Foto: NMAA

El museo exhibe brazaletes, colgantes y adornos para la cabeza excavados en las tumbas y se cree que deben haber desempeñado una función ritual en la vida de la gente de Liangzhu. En las tumbas, al lado de cráneos, han aparecido placas de jade decoradas con una parte superior redondeada que parece que se cosían encima de un tocado de cuero o tela que llevaba el difunto. El National Museum of Asian Art guarda una importante colección de brazaletes de la época neolítica como el de la imagen superior correspondiente a la cultura de Liangzhu. Es una pequeña maravilla, la superficie exterior suave y redondeada, el color verde translúcido, con una área de color canela oscuro, con vetas blancas dispersas que indican una incipiente desintegración de las superficies con áreas agrietadas, lo que aún aumenta su riqueza de color, en este sentido estético oriental donde se remarca que es en la imperfección donde se encuentra una determinada belleza.

File:Liangzhu Jade Bi Disc (10434555045).jpg

Disco (bi) de jade (Neolítico). Liangzhu, China. National Museum of Asian Art, Washington DC. Foto: NMAA

A partir del período Neolítico, los artesanos chinos produjeron discos perforados llamados bi. Su origen, significado y propósito  ritual siguen siendo desconocidos. Son demasiado grandes para lucirlos cómo joyas, varían de tamaño así como la calidad de la piedra utilizada, el nivel del artista y el acabado. Según los primeros textos chinos serían símbolos del cielo, pero no está claro. Miles de discos de jade bi, un buen número de los cuales se exhiben en este museo de Washington DC (imagen superior), han sido desenterrados en cementerios asociados con la cultura Liangzhu. Generalmente constituidos a partir de la nefrita oscura de grano uniforme, los ejemplos más excepcionales de bi forman una perfecta circunferencia. Trabajar el jade es un proceso extremadamente laborioso que implica cortar y eliminar la piedra no deseada con minerales abrasivos , como el cuarzo, el granate o el corindón. Las losas se cortaron de rocas de jade como si fueran rebanadas de pan y probablemente se encontraron en los lechos de los ríos: “El movimiento de ida y vuelta de las sierras de cinta o de hilo flexible generalmente dejaba rastros de marcas de corte cóncavas poco profundas. Una sierra rígida para cortar piedra podría haber moldeado los bordes exteriores con una serie de cortes rectos. Se podrían haber utilizado brocas tubulares huecas, con la ayuda de abrasivos minerales y agua, para perforar el orificio central desde ambos lados del disco para evitar la rotura. Queda una pequeña cresta saliente dentro del orificio si las brocas no se alinearon correctamente. Para terminar el bi, el borde exterior podría haber sido torneado. Por último, la superficie se pulió con abrasivos finos para crear un alto brillo”, según la información proporcionada por los especialistas del museo.

Disco (bi) de jade nefrita con felino y dragón (dinastía Han 100-220). National Museum of Asian Art, Washington DC. Foto: NMAA

Durante la dinastía Han (206 aC-220 dC), los discos se fueron sofisticando y estaban más elaborados que sus predecesores neolíticos como el de la imagen superior donde los artesanos incorporan en la parte superior del disco dos criaturas fantásticas de formas serpenteantes. Estos intrincados diseños contrastan con la simplicidad del mismo disco. Este disco de jade, o bi, tiene un cuerpo plano y circular decorado con puntos de relieve repetidos, conocidos como “patrón de grano” con un agujero redondo en el centro y un complejo diseño calado en la parte superior. El jade es casi translúcido y de color verde pálido. La cara del dragón aparece en la parte superior derecha, cubierta de escamas y el cuerpo esculpido en amplias curvas, que es cómo los antiguos artesanos chinos representaban las nubes. El felino te mira fijamente y su cuerpo retorcido está cubierto por pequeños círculos. Tanto los dragones como los felinos se consideraban símbolos de buenos presagios en la dinastía Han. Se creía que los dragones, en particular, traían buena suerte y representaban paz, coraje y sabiduría. Llegaron a asociarse con el poder imperial. Este disco, con un diseño tan notable y una calidad excepcional del jade, es extremadamente raro y pieza única.

Ceremonial harvesting blade (2000-1700 a.C). National Museum of Asian Art, Washington DC. Foto: NMAA

Una de las piezas estrella del museo es la Ceremonial Harvesting Blade, que representaría una hoja para cosechar que se cree que fue diseñada solo para impresionar. Esta hoja monumental es uno de los jades chinos antiguos más grandes del mundo. Demasiado grande y pesado para tener un uso práctico en la cosecha de cultivos, su forma se basa libremente en hojas cosecha de piedra sujetadas a mangos de madera. Los tres agujeros hechos con precisión probablemente no tuvieron un propósito práctico, fueron una imitación de los de humildes cuchillos de piedra para realzar el diseño. La amplia extensión de colores moteados y el filo excepcionalmente fino hacen de esta una notable demostración de la habilidad del artesano que trabaja el jade. Cuando Charles Lang Freer compró esta enorme hoja venía protegida en una caja de madera con  una inscripción que señalaba que había sido propiedad de Duanfang (1861-1911), el último virrey de la China imperial.

Jade precolombino

File:Jade de Nicoya. Costa Rica.JPG

Dioses-Hacha de Jade. Nicoya. Museo del Jade. San José, Costa Rica. Foto: Wiki

En las culturas precolombinas, especialmente la maya y la azteca, usaron ampliamente el jade cómo un material de ritual, poseer jade era un status de poder y manifestaba el control del propietario sobre los recursos preciosos, con esta piedra labraban objetos de prestigio que simbolizara el poder para uso ceremonial pero también objetos comunes, como pequeñas lanzas, palos de tejer y hachas como herramientas para cortar que, a su vez, podían ser objetos sagrados cuando se tallaban con figuras. Uno de los objetos más valorados del jade precolombino son los conocidos como “dios-hacha” (imagen superior), hallados en la actual Costa Rica. Se tallaban a partir de una hacha entera o la mitad y en el anverso se gravaba una figura antropomórfica, zoomorfa o compuesta, estilizada, mientras que el reverso a menudo no está decorado. Los dioses-hacha costarricenses tienen un agujero en la parte superior del cual se pueden colgar. Como en China, en la antigua mesoamérica precolombina el jade se apreciaba por su color verde, su dureza y su superficie brillante, y eso que no es fácil de trabajar precisamente por su dureza lo que, a su vez, le da un sentido de indisolubilidad, lo que se identifica con el poder imbatible. La nobleza maya asociaba el jade con el agua, el nacimiento y el aliento de vida. Por su color verde brillante, la jadeíta, el mineral matriz del jade, también era un símbolo importante de la fertilidad agrícola.

Standing Male Statuette — Dumbarton Oaks

Standing Figure, Olmec (900-400 a.C). Jade. Dumbarton Oaks Museum, Washington DC. Foto: DOM

La jadeíta más conocida y que ha perdurado se extraía de una mina del Valle del Motagua, en Guatemala, y se exportaba por todo Mesoamérica. En un edificio diseñado por Philip Johnson en los jardines del Dumbarton Oaks Museum de Washington DC se exhibe una importante colección de arte precolombino creado durante tres mil años en Mesoamérica y los Andes con más de 700 objetos artísticos de cerámica, textiles, oro, plata, obsidiana y piedras diversas y en donde los objetos de jade cobran gran importancia. La figura de la imagen superior es una de las tallas de jade más grandes y dinámicas de la cultura olmeca, una de las primeras civilizaciones antiguas de América, madre de las culturas maya, zapoteca, totonaca y teotihuacana. La forma de la cabeza es rectangular y debajo del mentón hay una protuberancia que puede indicar una perilla. Se usaron taladros para tallar los ojos, las aberturas de las orejas y de la boca. Esta figura despertó el interés de Robert Woods Bliss por el arte precolombino que inicialmente le atrajo por sus cualidades estéticas. La vio en París en 1912 y la compró. Bliss fue uno de los primeros coleccionistas norteamericanos en enfatizar el significado artístico de los objetos precolombinos, equiparándolos con antigüedades griegas y romanas (conviven en Dumbaton Oaks) y pinturas europeas en una época en que los objetos precolombinos se colocaban generalmente en los museos de historia natural. Él y su mujer Mildred viajaron a sitios arqueológicos en México y Guatemala, ampliaron la colección hoy reunida en el museo de Washington DC y apoyaron excavaciones en Panamá a través del Peabody Museum of Archeology and Ethnology de la Universidad de Harvard. 

Jade Mask — Dumbarton Oaks

Máscara de Jade. Olmec (900-400 a.C). Dumbarton Oaks Museum, Washington DC

Entre las piezas artísticas de jade que se exhiben en el Dumbarton Oaks Museum hay una máscara que representa a unos tipo que parece estar muy enfadado (imagen superior). En el museo se señala: “La boca gruñona es característica de las representaciones olmecas de seres sobrenaturales -o divinos-, y el tallado magistral sugiere que esta máscara representa el rostro de una deidad importante”. Se cree que para los olmecas esta máscara pudo haber sido una representación vívida del dios del maíz porque en 2001 se hallaron unos murales mayas en San Bartolo, Guatemala, con escenas del dios maya del maíz con una  boca gruñona, el labio superior muy hacia arriba y los ojos rasgados, notablemente similar al del Dumbarton Oaks, o sea, que se inspiraron en la estética olmeca. La máscara no es un adorno, la usó un humano como ritual a pesar de que pesa lo suyo. Se nota porque las fosas nasales perforan la máscara y el área nasal interior está cuidadosamente ahuecada para acomodar la nariz del usuario para que respire bien. De todos modos, algunas partes de la máscara se quitaron intencionalmente en la antigüedad serrándola y aún se ve la grieta, probablemente para obtener porciones de este precioso jade translúcido -se ha hecho en otras esculturas de jade precolombinas, no olvidemos que el jade era un bien muy preciado- luego más tarde se le añadieron los trozos que faltaban.

Standing Figure — Dumbarton Oaks

Standing figure (900-300 a.C). Jade. Dumbarton Oaks Museum, Washington DC

La figura de la imagen superior corresponde a una de las pocas civilizaciones antiguas que representaron bebés. Lo hicieron los olmecas. Así la describen en el Dumbarton Oaks Museum: “Los ojos entrecerrados y la boca con una mueca son rasgos bien conocidos del estilo olmeca, y son especialmente comunes en las figuras de bebés. Entre las cualidades infantiles que muestra esta figura se encuentran su cabeza relativamente grande; extremidades gruesas y cortas; y líneas curvas en los codos, las muñecas y el puente de la nariz, que sugieren pliegues en la piel carnosa y regordeta”. Representaría la personificación o deidad del maíz como un ser infantil, recién nacido. Esta cualidad infantil se identificaba simbólicamente como el espíritu de la semilla fértil, un maíz verde, como el jade, que pronto crecerá para alimentar a la población.

La turquesa

Turquoise Museum. Albuquerque, New Mexico. Foto: TM

Uno de los museos más excepcionales que he visto en la vida es el Turquoise Museum, en Albuquerque, New Mexico, en Estados Unidos (imagen superior). Está dedicado exclusivamente a la turquesa, todo lo que se quiera saber sobre este mineral está ahí y muy bien explicado: su formación geológica y composición química, su uso en el arte, las principales minas del mundo donde se extrae, sus cualidades místicas, etc. El museo se creó en 1996 y alberga la colección más amplia de turquesas naturales de todos tipos y de diferentes minas y países. Algunas son piezas únicas. La colección la empezó Jesse Zachary en el siglo pasado cuando gestionaba la mina de turquesas Villa Grove en Colorado y que continuó en New México cuando estableció un negocio de turquesas, joyas y artesanías indias. Le transmitió la pasión por la piedra a su hijo Zack quién aprendió a cortar turquesas cuando tenía 9 años y abrió su primer taller de corte en su garaje en 1948. Luego viajó por todo el mundo buscando turquesas y conoció personalmente a muchos de los propietarios de las más famosas e icónicas minas de turquesas de Estados Unidos. Amasó la colección que ahora se puede visitar con turquesas que proceden de más de 100 minas de todos los continentes. Sus descendientes continuaron la  misma senda. Su bisnieto Joe y su mujer Kathy Lowery fundaron el museo y como sus antecesores ampliaron la colección y han publicado estudios sobre el mineral, hasta la actual quinta generación, los hermanos Jacob y Danielle Lowry los cuales crecieron con los clientes que compraban turquesas y los visitantes del museo que era su hogar hasta que trasladaron el museo en una mansión antigua del centro de Albuquerque (imagen superior). El otro museo en Estados Unidos donde he visto hermosas turquesas es en la magnífica sección de minerales del Smithsonian National Museum of Natural History, en Washington DC (imagen inferior)

File:Turquoise Cerillos Smithsonian.jpg

Turquesa de la mina de Cerillos, New Mexico. Smitshonian Museum of Natural History, Washington DC. Foto: Wiki

La turquesa, como el jade, está considerada una piedra semipreciosa. Principalmente, las turquesas se utilizan para joyería y bisutería aunque muchas turquesas que se venden como bisutería son simples imitaciones. Conocemos una turquesa a primera vista por su color azul, que se crea en la naturaleza. La turquesa está compuesta por agua, aluminio, fosfato, cobre y calcosideita; cuando aparece el hierro, que sustituye al aluminio, el color es verdoso. Los azules más oscuros son los más raros de encontrar y por tanto tienen más valor que los azules más claros aunque éstos son los más empleados, mientras que las turquesas verdes son más objeto de coleccionistas. Sin embargo, el matiz azul varía en función de las sustancias de su formación química e incluso la matriz puede ser muy blanca o marrón claro. Leo en el Turquoise Museum: “La mayoría de los depósitos de turquesa se forman lentamente de forma errática en diferentes lugares a lo largo de la ladera de una colina y generalmente no tienen una profundidad mayor de 30 a 100 pies. Las laderas inclinadas proporcionan ángulos para que el agua se filtre a las grietas, entonces, a medida que el agua fluye hacia abajo, se disipa y evapora y se vuelve cada vez más incapaz de mover los minerales que ha acumulado y que se quedan en una grieta o bolsillo, es aquí donde se forma la turquesa, a veces entre dos vertientes”. Las minas de turquesas son más propias de climas secos y áridos, como el del oeste de Estados Unidos.

Blue Stones stick out of grey rock

Turquesa en una roca huésped de una mina del suroeste norteamericano. Foto: Lynn Harrisberger

En una turquesa, además de la densidad del color, se valora su claridad, es decir, que no tenga lo que se llama una roca huésped en la que formó la turquesa, que son piritas, monzonita de cuarzos, óxidos de hierro y otras, es decir que no la domine. Es cuando aparecen dentro de la piedra vetas que están en la matriz y evidencian las rocas circundantes, como si fueran telarañas. La turquesa se puede cortar en muchas formas y tamaños, generalmente está determinada por la calidad de la turquesa y/o el diseño de una joya. La turquesa es una piedra durable y estable. Puede variar desde el talco hasta la dureza de 6,5 (la media es 5-6) en la escala de Mohs del Gemstone Institute of America (GIA), lo que significa que la turquesa se puede tallar fácilmente, no es tan dura como un diamante (un Mohs 10). Y una buena turquesa, que no tenga infiltración de sustancia extrañas, no debe cambiar de color. Las principales minas se encuentran en Arizona y Nevada seguidas por las de New Mexico y Colorado. California también tiene una larga tradición de extracción de turquesas que comenzó con las culturas indígenas y continúa en la actualidad, Turquoise Mountain, en San Bernardino, es una de las minas más conocidas. Hoy, gran parte de la turquesa en New México, incluida la mayoría de los depósitos en Los Cerrillos, ya  se ha extraído. Algunas minas cerraron a principios del siglo XX cuando se agotaron las gemas, otras simplemente se pasaron a la minería de cobre más rentable, ya que la turquesa se suele encontrar cerca o en las minas de cobre.

A variety of native turquoise jewlery lay out on small stones

Bisutería nativa con turquesas del oeste norteamericano. Shiprock gallery, Santa Fe, New Mexico. Foto: National Geographic

Las culturas nativas o indígenas norteamericanas han sido las grandes usuarias de esta piedra que la han trabajado para su artesanía, célebre en el mundo entero, especialmente las tribus Navajo, Zuni, Hopi o Santo Domingo Pueblo. Desde tiempos ancestrales han extraído este mineral y lo tallaban en cuentas, colgantes y tapones para la nariz. Desde 1896, los arqueólogos han descubierto más de 200.000 objetos tipo tallados en turquesa en Chaco Canyon, en el norte de New México. Para los nativos era y es una piedra sagrada y aún hoy creen que forma parte de su herencia. La tribu de los Zunis, que vivían en New Mexico, creían que estas piedras eran arrojadas a la tierra por la lluvia. Inicialmente, utilizaban turquesas en ceremonias como amuletos, se ensartaban pequeños trozos de turquesa en hueso, concha y madera; los Zuni y los Hopi a menudo usaban turquesa para hacer tallas de animales y dioses o como parte de la joyería. El uso de las turquesas ha generado muchas historias escritas y leyendas en New Mexico lo que ha contribuido a que se identificara la turquesa con el oeste americano, como que te protege de las picaduras de serpiente o tendrás buena salud si luces una (se ha comprobado que no) y los Navajos creen que nos protegen espiritualmente y nos bendicen. Más adelante ya se comercializó, hasta hoy, como joyería y objetos varios. En New Mexico la encuentras en todas partes y no solo hecha por descendientes de las tribus. Santa Fe siempre fue una encrucijada para los comerciantes, y eso ayudó a que la piedra fuera omnipresente en esta región. Pero no solo en New Mexico, en el s. XIX ya era una industria importante en Colorado. La fama de las minas de turquesas estadounidenses estuvo directamente vinculada a la migración hacia el oeste. La fortuna esperaba a cada pionero, a cada aventurero que soñaba con una nueva vida y prosperidad, hacia donde había oro, plata y nuevas piedras preciosas con que comerciar, la turquesa una de ellas. El comercio de la turquesa con los nativos lo empezaron cazadores, exploradores y soldados mientras se dirigían al oeste con sus carros cubiertos tirados por caballos a lo largo de las praderas y a través de los pasos de montaña. La construcción del ferrocarril trajo aún más gente al oeste y los primeros asentamientos se convirtieron en pueblos y ciudades. A las minas existentes se añadieron otras lo que, a su vez, creó una mayor demanda que fue creciendo hasta convertirse en uno de los mercados más influyente del mundo durante el siglo XX y en un gran negocio de souvenirs que aun persiste. Una de las razones del crecimiento es que la turquesa azul del suroeste norteamericano si bien la utilizaron los nativos para objetos artesanales, en realidad se desarrolló principalmente para satisfacer la demanda de la costa este de los Estados Unidos que la llamaban “azul persa”. Por ejemplo, en década de 1890 Tiffany& Co utilizó abundantes turquesas para su joyería de estilo Art Nouveau, y abasteció de turquesas la demanda europea que engarzaban como joyas. Incluso su famosa caja y papel de regalo, marca de la casa, es de color turquesa. Esta demanda de la piedra en la costa este y Europa provocó que, a su vez, en el oeste se valorara aún más y se desarrollara un propio diseño de joyas con turquesa que ja no pudo evitar la influencia india en el s. XX propiciada por la cultura hippie, muy extendida en Nuevo Mexico, espacialmente en Taos, paraíso de hippies.

Ring with Neyshabur turquoise

Turquesa de Neyshabur, Irán. Anillo con ave fénix y diamantes. Foto: Taktala Jewelry, Tehran

Irán es el otro país donde la turquesa es muy importante como lo constata este museo. El país dispone de muy buenas minas y se considera que la turquesa persa es la mejor del mundo en claridad y rareza, aunque los americanos lo discuten, de todos modos incluso en America una turquesa de un azul puro se la denomina Persian Blue. Como en Estados Unidos con la turquesa trabajada por los nativos, escritores, cronistas y exploradores difundieron la fama de la turquesa persa como una piedra preciosa de color brillante y poseedora de grandes cualidades místicas. En los techos de los grandes palacios y mezquitas de Persia se incrustaban turquesas para simbolizar la conexión con los cielos, por lo que estaba profundamente arraigada en las creencias culturales de la región. En la literatura persa, los poetas celebran la turquesa, y varias leyendas y creencias están asociadas con ella. Las minas persas de turquesas fueron mencionadas por Marco Polo en el s. XIII y por Shakespeare. En El mercader de Venecia, Shylock se entera de que el anillo de turquesa que valoraba por encima de todo fue robado por su hija Jessica y lo cambió por un mono, lo que indica que en el s. XVI era una piedra muy apreciada. Los arqueólogos han localizado cuentas y colgantes en enterramientos del s. VIII a.C. Se comerciaba la turquesa con Occidente a través de la Ruta de la Seda, por donde llegaba a Turquía y a Europa. El nombre de turquesa no proviene de Turquía cómo se puede pensar sino de Persia donde la llamaban pirezeh, que se tradujo como turkis. Se dice que el nombre turquesa fue dado por los franceses como descripción de los comerciantes turcos.

Neyshabur turquoise with spiderweb pattern, framed with diamond accents

Turquesa de Neyshabur con vetas de araña engarzada con diamantes. Irán. Foto: Taktala Jewelry, Tehran

En Irán las principales minas se encuentran en la provincia de Khorasan en el distrito de Bar-I-Maden donde en la década de 1800 se desarrolló el comercio de turquesas casi en exclusiva y en la zona de Neyshabur que se encuentra a lo largo de las antiguas rutas a Mesopotamia donde numerosas minas están ubicadas en colinas dispersas a lo largo de varios valles ubicados a unas 225 millas al sur del Mar Caspio y que son consideradas las mejores del mundo. La extracción de turquesa persa de las minas iraníes ha continuado durante siglos. Varios de los antiguos túneles mineros han sido explorados otra vez en busca de turquesas en los tiempos modernos, algunos abandonados por temor al colapso. Varias de las familias iraníes asociadas con la minería de turquesas bajo el Shah emigraron a Estados Unidos y a otros países. Recomiendo esta página web de la GIA que explica muy bien el proceso minero de la turquesa en Neyshabur:  https://www.gia.edu/gems-gemology/fall-2021-persian-turquoise-ancient-treasure-neyshabur

Ring with Uninscribed Scarab, Turquoise

Anillo con escarabajo turquesa (1850–1640 aC). Metropolitan Museum of Art, Nueva York. Foto: MET

En las primeras civilizaciones, Egipto hizo un uso sagrado de la turquesa. La diosa Hathor era una deidad predinástica que simbolizaba el amor, la protección de la maternidad y la alegría en el canto, la música y la danza. En el templo de Serabit al-Khadim, dedicado a Hathor, localizado en la península del Sinaí, se han hallado inscripciones que se refieren a Hathor como la “Señora del País Turquesa” por lo que la turquesa debió ser sagrada para ella. Tenia una razón de ser porque en el lugar se han encontrado minas de turquesas y malaquitas, entonces, probablemente las gemas aparecidas Egipto provenían de la montaña del Sinaí. Se han hallado en tumbas de gobernantes egipcios objetos con incrustaciones de turquesa. No he encontrado imágenes de la diosa tallada en turquesa o con incrustaciones en museos aunque sí en alguna casas de subastas por Internet de las que no fio, aunque sí hay esculturillas en loza azul que es muy parecida al color turquesa. En cambio, en los museos se exhiben joyas y amuletos protectores de todo tipo como el anillo con escarabajo de la imagen superior.

Turquoise Museum. Albuquerque, New Mexico. Foto: TM

En la artesanía del Tibet y Nepal se usaba abundantemente la turquesa, especialmente para ceremonias religiosas y ahora para bisutería, aunque no hay grandes depósitos de turquesas en el país, se comercializaban desde la provincia china de Hubei donde hay minas que se explotan. La piedra de China, como hemos visto, es el jade, pero hay también minas de turquesas y en el museo nos informan que en el área de Yuagaisi se extraen las mejores turquesas de Asia y que hay aún toneladas de turquesas por explotar. Se han encontrado artefactos de bronce como campanas, placas, vasijas, mosaicos o armas con turquesas en enterramientos que datan del período Neolítico. La turquesa todavía se usa en China, pero es relativamente desconocida para la población en comparación con el jade.

Diadem1

Diadema de turquesas (1954-56). Smithsonian National Museum of Natural History, Washington DC.

En Europa, la turquesa se ha usado básicamente para la joyería artística aunque se la considera una piedra menor, ya he dicho que es una semipreciosa, mientras que el lujo se viste de esmeraldas, rubíes y zafiros. Lo ejemplifica la conocida diadema que Napoleón regaló a su segunda esposa la emperatriz María Luisa cuando se casaron y hoy expuesta en el Smithsonian National Museum of Natural History de  Washington DC (imagen superior). Tiene su historia. Originalmente, la diadema, encargada en 1810, estaba engastada con esmeraldas. Entre 1954 y 1956, la compañía francesa de joyería Van Cleef & Arpels, que poseía la diadema, retiró las esmeraldas de la diadema para venderlas individualmente y las reemplazó por turquesas. En 1962, se exhibió en el museo del Louvre y luego la coleccionista de joyas Marjorie Merriweather Post la compró y la donó al Smithsonian en 1971. La diadema es un elaborado diseño de volutas, palmetas y medallones y contiene 79 piedras turquesas persas  (540 quilates) y 1006 diamantes tallados en minas antiguas (700 quilates) engarzados en plata y oro. La realeza europea entre sus tesoros guarda turquesas montadas en joyas que de vez en cuando lucen hoy sus descendientes y salen en la revista Hola/Hello, que para eso sirven hoy las anacrónicas monarquías europeas. En el pasado Mary Stuart recibió un anillo de turquesas cuando la presionaban para que abdicara del trono de Escocia y en el museo de Albuquerque se expone una gran turquesa que 6888 quilates procedente de Mountain Turquoise, Arizona, tallada en 1974 que una vez cortada aparece el perfil del primer presidente de Estados Unidos George Washington; otros creen que el perfil se asemeja a un viejo nativo americano.

Mask of Xiuhtecuhtli

Máscara del dios azteca Xiuhtecuhtli cubierto con mosaico de turquesas (1400-1521). British Museum, Londres. Foto: BM

En la mitología azteca, Xiuhtecuhtli era el dios del fuego, el calor y los volcanes, pero su nombre significa el caballero Turquesa, de ahí que hayan aparecido máscaras mortuorias (imagen superior) realizadas en madera de cedro y cubiertas con turquesas talladas como teselas y que probablemente representan al dios. Uno de los emblemas de Xiuhtecuhtli es la mariposa, se ha sugerido que las alas de la mariposa aparecen resaltadas en un azul turquesa más intenso en las dos mejillas. Asimismo, según la web del British Museum, el uso de cabujones de turquesa en relieve produce el efecto de ‘verrugas’ que son visibles en toda la cara, se forman a partir de nódulos aplicados de manera que se superponen a las teselas de turquesa circundantes. Debido a las ‘verrugas’, se ha propuesto que esta máscara también puede representar a Nanahuatzh, quien era un pequeño dios leproso con furúnculos en la cabeza que se arrojó a sí mismo en un gran fuego en el momento de la creación, solo para levantarse del fuego y convertirse en el sol (Tonatiuh).

Turquesa de Arizona. Smithsonian National Museum of Natural History, Washington DC. Foto: SNMNH

La turquesa, entonces, es un mineral muy abundante. Lo que hace que una pieza de turquesa sea “mejor” que otra puede no tener nada que ver con la rareza y menos con la opinión del vendedor, a no ser que sea a gusto del comprador. En el Turquoise Museum explican que se tiene mucho en cuenta la mina de donde se extrae, las más antiguas o clásicas son más valoradas. Estados Unidos son las minas llamadas Number Eight, Bisbee, Lander Blue o Lone Mountain, y se considera que las turquesas de la antigua Persia son de las mejores. El museo tiene un apartado que parece sacado de una vieja película del oeste, con la reconstrucción de una mina hasta la explicación de todo tipo de historias típicas de una película del far west.También se exhibe la piedra Rock Hound hallada por un perro, parece que los entrenaban para encontrarlas en las laderas y crear la mina para su extracción. El problema de la turquesa, como otras piedras para uso artesanal, son sus imitaciones. Ocurre con las turquesas naturales que tienen una matriz blanca o marrón claro en vez de azul, entonces las tiñen de azul, lo hacen las minas famosas como Sleeping Beauty y Kingman, que en su mayoría tienen una matriz blanca natural. Dado que el teñido de la matriz no afecta propiamente a la composición natural de la turquesa, esta práctica ha sido generalmente aceptada por la mayoría de los joyeros y artesanos de turquesas. Aunque se cree que esto debería afectar el precio.

La obsidiana

La obsidiana es otra de las piedras semipreciosas utilizadas en la antigüedad. Se trata de un cristal volcánico negro, casi transparente a pesar de su resplandeciente oscuridad. Se utilizaba como espejo. Este tono oscuro se debe a su cristalino carácter para absorber la luz, sin que intervengan factores químicos. La obsidiana fue muy valorada en la Edad de Piedra porque, tal como el sílex, puede ser fracturado para hacer afiladas cuchillas o flechas. Podían elaborar una cuchilla tan afilada como un bisturí.

Çatalhöyük - Wikipedia

Espejos de obsidiana de Çatalhöyük (6000-5500). Museo de las civilizaciones de Anatolia, Ankara, Turquía

Se ha encontrado obsidiana en numerosos yacimientos neolíticos, el más conocido es el de Çatalhöyük en Turquía, ubicado en la  base del volcán Hasan Dag.  Este yacimiento es muy importante ya que es de los que ha dado a conocer los primeros momentos de la agricultura, con fecha del VII milenio a.C. La fuente más grande de obsidiana se encontraba en este yacimiento.

El comercio de la obsidiana podía haber estado rodeado de tabúes y riesgos. Era un material sagrado y como tal requería un tratamiento especial -una bendición quizás incluso una profanación- antes de ser trabajado por gente normal y corriente. Se piensa que era así porque en Çatalhöyük han localizado muchos santuarios llenos de obsidiana al lado pequeñas esculturas o ex-votos. La obsidiana, pues, tenía un significado religioso para la gente de Çatalhöyük y, al mismo tiempo, era un objeto de comercio. Fue un recurso tan importante como la sal y quizás el comercio más significativo del alto Paleolítico y del Neolítico. Obsidana de los volcanes de la Anatolia viajaban hacia el sur, hacia Jericó, y al oeste, hacia Creta, yacimientos donde se ha encontrado. Obsidiana de Anatolia “comprada” en Çatalhöyük a cambio de buena madera y nácar del Mediterráneo.

Mexican experts find ancient blood on stone knives

Cuchillos de sangre azteca de obsidiana. Jacimineto de Cantona, Puebla, México

En el México azteca, los discos de obsidiana brillante también se usaban como espejos. Se pensaba que sus propiedades reflectantes facilitaban la comunicación con los dioses y los antepasados y se usaban para la adivinación. Pero al mismo tiempo, los aztecas hacían cuchillos de obsidiana con bordes y escamas afiladas para sus sanguinarios sacrificios en masa ofrecidos a su dios del Sol. En estas espantosas ceremonias las víctimas subían las escaleras de las pirámides sabiendo que con un cuchillo de obsidiana les arrancarían el corazón en vivo para ofrecerlo al Dios despiadado. Tales eran en el mundo azteca las propiedades mágicas y temibles de la obsidiana. Tiene que ver con su panteón de dioses: Tezcatlipoca, dios de la noche y de la guerra, significa “espejo negro humeante”. Su atributo es el espejo negro de obsidiana que lleva en uno de sus pies o bien lo sujeta con la mano y del que surge un humo mágico que destruye a los enemigos. El otro dios, Quetzalcóatl, dios de la luz y de la ciencia, también poseía un espejo que traía lluvias, el bien más anhelado. Perdido el espejo de Quetzalcóatl, los aztecas se verían obligados a entrar en el mundo oscuro de Tezcatlipoca, e invocar a la lluvia mediante la sangre, ofreciendo a las fuerzas oscuras sacrificios humanos. Así pues, los espejos negros se asociaron específicamente con el dios Tezcatlipoca, patrón de los gobernantes e identificado como el inventor del sacrificio humano. Esta practica de sacrificios humanos la habían descrito los conquistadores españoles o estaban representadas en pinturas; incluían la extirpación del corazón, la decapitación, el desmembramiento, destripamiento y desollado de las víctimas. Se pensaba, incluso en algunos medios académicos, que los conquistadores españoles podrían haber exagerado las historias sobre masivos sacrificios humanos en las culturas prehispánicas para hacer que sus súbditos indios parecieran más brutales y menos dignos de compasión ante una conquista que no fue precisamente pacífica y que está muy cuestionada.

Paseo por México | Zona Arqueológica de Cantona en Tepeyahualco

Yacimiento de Cantona. Tepeyahualco, Puebla, México

Hasta que en 2012 en el yacimiento de Cantona, en Puebla, México, se hallaron 31 cuchillos de obsidiana con restos de tejidos humanos. Los arqueólogos los pusieron a disposición de la restauradora Luisa Mainou del laboratorio de restauración del Instituto Nacional de Antropología de México. Con la ayuda de especialistas de la Universidad Autónoma Nacional de México, los analizaron con un microscopio de escaneo electrónico y vieron que los cuchillos contenían glóbulos rojos, colágeno, tendón y fragmentos de fibra muscular. La colección de cuchillos de piedra pertenecen a la cultura Cantona, que floreció justo después de la misteriosa ciudad-estado de Teotihuacán. La presencia de restos de músculo y tendón indican que los cortes fueron profundos y destinados a cortar partes del cuerpo de las víctimas. “Estos hallazgos confirman que los cuchillos fueron usados para sacrificios”, ha afirmado Luisa Mainou. Estas turbias prácticas eran debidas a la creencia que la sangre humana era una especie de líquido vital y necesario para mantener el equilibrio del cosmos.  Susan Gillespie, profesora adjunta de antropología en la Universidad de Florida, ha afirmado que era la primera vez, que ella supiera, que este tipo de restos habían sido encontrados en cuchillos de obsidiana. “Es una demostración convincente de que estos cuchillos fueron usados para cortar carne humana. La confirmación arqueológica de los sacrificios humanos es importante para apoyar o desmentir los relatos históricos postconquista y las imágenes de sacrificio preconquista”.

Espejo de obsidiana o un altar portable azteca/período colonial (1524-1600). Dumbarton Oaks Museum, Washington DC. Foto: DOM 

Mostremos ahora una pieza de la época de los conquistadores españoles en la imagen superior. Se trata de un espejo de obsidiana que pudo haber cumplido la función de altar portátil. En su misión de evangelizar los pueblos del Nuevo Mundo los frailes viajaban constantemente, mientras se construían nuevas capillas e iglesias necesitaban altares pequeños y portátiles. Se escogió entonces la obsidiana como ara, la parte más sagrada del altar, donde se colocaba el cáliz y otros objetos litúrgicos durante la celebración de la misa. El espejo que se exhibe en el Dumbarton Oaks se protege por un marco de madera dorada decorado con hojas y flores talladas. El reverso de esta ara está tallado con el emblema de la orden franciscana en la Nueva España, un escudo con cinco llagas, probablemente la pieza fue tallada por un nativo. Como ya hemos visto la obsidiana para los aztecas tuvo otra misión en forma de cuchillo, no se sabe si los frailes españoles eran conscientes del papel que la obsidiana tuvo en la cultura azteca, no obstante tampoco no se puede decir que la colonización no fuera sangrienta. 

En cuanto a las piedras en general, hay un paulatino traspaso que las hizo pasar de ser herramientas útiles a elementos puramente simbólicos, ya en el Neolítico. O sea, no es que el trabajo del metal desplace del todo la piedra, pero sí que la relega, ya que el metal ofrece más posibilidades para unas sociedades cada vez más complejas y sedentarias. Entonces, hay piedras que se lucen como joyas para ostentar riqueza, poder y quizás los primeros indicios de seducción femenina, y otras son objeto de ritual para prácticas mágicas o religiosas, tal como pasó con el lapislázuli, la turquesa o el alabastro. En cambio, la arquitectura nunca ha abandonado la piedra, de momento aún perdura aunque en menor grado.

Las piedras ídolos

El Ídolo de la Fertilidad de Almargen

Ídolo de de la fertilidad de Almargen (2500-1500 a.C). Museo de Almargen, Málaga. Foto: Diario Sur

Las grandes religiones monoteístas, el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam tienen diferencias entre ellas, pero tienen un punto en común: su animadversión hacia los ídolos paganos. Prohibiciones y persecuciones contra la adoración a piedras, monolitos, o ídolos. Todo es una contradicción:  El Islam adora, aunque sea sagrada, una piedra como es la Kaaba, así como los cristianos creen en las Tablas de la Ley gravadas en una piedra y en vírgenes halladas en cuevas como si fueran ídolos paganos; además, muchas iglesias cristianas fueron construidas en lugares donde había habido templos paganos.

Según Don Robbins, “su afán por destruir ídolos no tiene que ver con el hecho de la veneración de una imagen sino en lo que el escultor o artesano ha depositado dentro de la piedra, con el valor añadido del escondido o indescifrable ‘poder’ que la piedra ha podido transferir al ídolo. También por el hecho de que un ídolo parece firmemente arraigado en la superstición y en una incomprensible interpretación”.

Resultado de imagen de venus de laussel images

Venus de Laussel. Museo de Aquitania. Burdeos, Francia

“Los pechos son muy voluminosos y las caderas anchas. Lleva en la mano un cuerno de bisonte con ornamentos de muescas; la mano izquierda reposa sobre su vientre. Su rostro es redondo y basto; esbozado ligeramente, el cabello cae sobre el hombro. Tallada con cuidado, la efigie destaca en relieve sobre su soporte de piedra. Vestigios de ocre permiten suponer que estaba pintada de rojo, como muchas otras efigies femeninas”. Se trata de la descripción que hizo uno de los padres de la Prehistoria en Francia, el Abbé Henry Breuil, cuando vio, en 1911, la “Venus de Laussel”, encontrada en el yacimiento arqueológico de Laussel, en Dordoña (Francia). Probablemente estaba embarazada y tiene entre 20 y 30 mil años. Su actual residencia permanente es el Museo de Aquitania, en Burdeos (Francia).

Se trata de un ídolo de la fertilidad, las llamadas Venus de las cuales se han hallado centenares en Europa, desde Francia hasta Siberia y el Rin, en yacimientos del Paleolítico y del Neolítico. La mayoría son talladas en piedra pero también se han encontrado en marfil y hueso. Son muy pequeñas, entre 5 y 25 cm. Son mujeres desnudas, sin rasgos individuales pero, en cambio, ponen énfasis en sus características sexuales. Los especialistas atribuyen a estas estatuillas un significado religioso en el sentido de ídolo o diosa-madre tierra de la fertilidad. Avala esta teoría el hecho de que la mayoría han sido encontradas en habitaciones domésticas.

Resultado de imagen de venus prehistoricas images

Venus de Willendorf. Naturhistorisches Museum, Viena

Según el arqueólogo Johannes Maringer, podrían haber sido una especie de espíritus guardianes, símbolo de los orígenes de la familia, de la procreación y la idea de continuación de la vida. Asimismo, estas Venus podrían ser una expresión de divinidad al tiempo que, con su protección, propiciaban una buena caza. La Venus más conocida es la Venus de Willendorf (Austria), encontrada a orillas del río Danubio y que es tan célebre como la Venus de Milo.

Archivo:Placa de Valencina (17889306690).jpg

Ídolos placa (III milenio). Yacimiento de Valencina de la Concepción, Sevilla. Museo Arqueológico, Sevilla

En el período megalítico aparecen otro tipo de ídolos que se hallan en tumbas. En esta época ya existe una ideología funeraria de culto a los ancestros y a la muerte imbricada en un sistema de creencias y unas ceremonias específicas, que tienen su reflejo en los ajuares de los enterramientos de individuos donde se encuentran objetos votivos de alto valor simbólico, entre ellos los ídolos. Aunque cabe decir que también se han hallado en estructuras domésticas o en cuevas con enterramientos en su interior. Los llamados ídolos placa (imagen superior) están elaborados en pizarra y se colocaban junto a los difuntos. Poco se conoce de estos ídolos, salvo que dado que tienen dos agujeros practicados en la parte superior se deduce que se llevarían colgados durante el ritual funerario, para luego depositarlos sobre el cuerpo del difunto, que es como aparecen regularmente, o puede que formaran parte de un traje funerario. En cuanto a los grabados en la superficie, los dos “ojos soles” parecen ser  la representación de una divinidad, asumida desde un culto a los astros que se verían simbolizados en estos óculos que suelen ser reiterativos. En la parte inferior, presentan unos motivos geométricos donde algunos especialistas apuntan que podrían representar al clan familiar, como rasgo identitario, distinguiéndose cada generación en función del número de bandas de triángulos que aparecerían dibujadas. Estos ídolos placa se han encontrado masivamente en yacimientos del sur de España.

Piezas del Museo de Huelva que se desplazarán a una muestra en Madrid.

Ídolos cilindro (III milenio). Museo de Huelva. Foto: Europapress/Junta

En estos yacimientos andaluces se han aparecido también los ídolos cilindro. Suelen ser de piedra caliza marmórea y presentan decoraciones de ojos soles y líneas de tatuaje facial y cejas marcadas que en algunos crean expresión. La colección de ídolos del  museo de Huelva es única y se compone de 29 piezas (imagen superior). Estos ídolos son piezas clave para entender las creencias de esta sociedad, siendo uno de los elementos simbólicos más importantes en los ritos funerarios, cultos a divinidades y prácticas religiosas, aunque no las conozcamos. Muchos de los que se exhiben en el museo se han hallado en los yacimientos de El Conquero, El Pozuelo y en el de El Seminario. Precisamente este último, ubicado en la ciudad de Huelva, ha sido objeto de expolios. Para pararlos, se creó la plataforma ciudadana Huelva te Mira, integrada por historiadores, geógrafos, arquitectos, geólogos, arqueólogos con el objetivo concienciar a los habitantes de Huelva del inmenso patrimonio arqueológico que poseen bajo sus pies. Toda la ciudad, me comentaban, es un rico yacimiento arqueológico, no hay obra que se realice o tierra que se remueva sin que aparezca algo. Cuando en 2016, en unos terrenos al lado del hospital Juan Ramón Jiménez, se detectaron movimientos de tierra no autorizados, miembros de la plataforma verificaron que habían excavado de manera chapucera unos cinco metros, que en términos arqueológicos es mucho, y no se sabe que robaron. Entonces, la asociación planteó al ayuntamiento de Huelva modificar el planeamiento urbanístico para adaptarlo “a la necesaria protección del riquísimo patrimonio de la ciudad”.

El megalitismo

El impresionante Dolmen de Soto.

Galería del Dolmen de Soto (III milenio. Trigueros, Huelva. Foto: Huelva Información

El megalitismo es una de las manifestaciones culturales más relevantes de la humanidad, pues supone la primera aparición de la primera arquitectura monumental caracterizada por el empleo de grandes bloques de piedra. En muchos dólmenes se han encontrado grabados que representan el sol y puntos que pueden ser estrellas, de ahí que Johannes Maringer crea que se adoraba el sol junto con ritos ancestrales (imagen superior). Surge durante el período Neolítico, en el contexto de las primeras sociedades agrarias de Europa Occidental, a partir del  VI milenio. El período de mayor apogeo es la llamada edad del cobre (III milenio), donde aparecen también los ídolos antes mencionados. Se prolonga el uso y reutilización de los sitios megalíticos durante las edades del bronce (II milenio) y del hierro (I milenio). Se construyeron varias tipologías arquitectónicas como menhires, alineamientos, círculos de piedras, dólmenes, sepulcros de falsa cúpula (tholoi) y hipogeos que iré desgranando. Se supone que cumplieron variadas funciones: delimitación de los territorios, creación de espacios sagrados y sitios rituales relacionados con las prácticas funerarias, creencias y culto a los antepasados. Los especialistas consideran que en el III milenio están relacionados con la muerte, son elementos funerarios. Como ya he mencionado, se enterraban en su interior individuos acompañados de ajuar, aunque también fueron sitios sagrados para el desarrollo de diversas prácticas rituales de culto a los antepasados o ceremonias de solsticios. Su ubicación de estos monumentos no es clara, ahora aparecen a veces en lugares apartados, pero pudieron situarse en torno a un poblado central o varios asentamientos.

Los círculos de piedras o cromlechs

Grandes y pequeños círculos de piedras, también llamados cromlechs, se han encontrado en profusión en el oeste y el norte de Inglaterra y en Irlanda. No hay duda del carácter sagrado pagano de estos círculos debido a la gran riqueza del folclore que les rodea, una tradición oral que nos habla de las piedras como personas petrificadas por haber ignorado el domingo cristiano o hace una simple descripción de los círculos como obra del diablo. Asimismo, se conoce bien la hostilidad tácita de la Iglesia hacia los círculos para afirmar el dominio sobre las religiones más antiguas o paganas a lo largo de la Edad Media.

Resultado de imagen para Stonehenge solsticio

Stonehenge (3000-2000 a.C). Wiltshire, Reino Unido

Stonehenge, en Wiltshire (Reino Unido), es el más importante círculo de piedras y conocido monumento megalítico. Un anillo de grandes piedras erectas clavadas en un terraplén en el medio de un complejo del periodo Neolítico y del Bronce. A lo largo de los años, varios autores han sugerido que las piedras fueron fijadas por fuerzas sobrenaturales con el argumento de que no se podían ni mover ni colocar debido a su enorme peso y gran tamaño. Se ha demostrado que no es cierto. Se podían mover con técnicas convencionales, con un tipo de grúas con ruedas que podían levantar y transportar los bloques y con rampas de tierra. Los arqueólogos creen que Stonehenge fue construido entre el 3000 y el 2000 aC. Podía haber sido una zona de enterramiento desde sus inicios, ya que se han localizado numerosas tumbas cercanas. Sin embargo, corren muchos mitos alrededor de este círculo de piedras. El lugar, especialmente el gran trilithon, la disposición de herradura que abarca los cinco trilithons centrales, la piedra que hace de talón y la avenida en el terraplén, están alineados con la puesta del sol del solsticio de invierno opuesta a la salida del sol del solsticio de verano. Una natural orografía en la ubicación del monumento que sigue esta línea podía haber inspirado la construcción. De ahí que, su precisa alineación astronómica es objeto de especulaciones y debates referentes a la relación del monumento con la astronomía. Un documental de la BBC de 2021, The Lost Circle Revealed, ha revelado según las investigaciones del arqueólogo  Mike Parker Pearson de la Universidad College de Londres, que las piedras procedían del yacimiento de Waun Mawn ubicado en las colinas Preseli,  Pembrokeshire, en Gales. Cree que podrían haberse desmontado, trasladado y reconstruido a 150 millas de distancia en Wiltshire. Lo confirma por el hecho de que, tal y como se ve en el documental, varios de los monolitos de Stonehenge son del mismo tipo de roca que los que todavía permanecen en el yacimiento galés. Y una de las piedras de Stonehenge tiene una sección transversal inusual que coincide con uno de los agujeros dejados en Waun Mawn, lo que sugiere que el monolito empezó su vida como parte del círculo de piedras en las colinas de Preseli antes de ser trasladado.

What is Stonehenge? - BBC Bitesize

Stonehenge (3000-2000 a.C). Wiltshire, Reino Unido. Foto: BBC

De todos modos, a Stonehenge se le han otorgado diversas funciones: desde un observatorio astronómico, a un templo religioso de cultos ancestrales, a lugar ritual de ofrendas a la naturaleza, a lugar con propiedades curativas debido a las numerosas tumbas que hay alrededor y que los individuos que se han encontrado en ellas provienen de otras regiones, etc. El arqueólogo británico Aubrey Burl, una autoridad en el estudio de monumentos megalíticos, propone que estos círculos de piedras están lejos de ser un observatorio astronómico: eran un lugar de rituales conectados con la muerte y la fertilidad y de ancestrales adoraciones. Rituales que se llevaban a cabo en el equinoccio de primavera y en el solsticio de verano con el fin de asegurar una buena cosecha de la tierra. Johannes Maringer identifica también la relación del monumento con el sol como parte de cultos rurales a la vegetación y a la fertilidad porque en aquellas comunidades agrarias los cultivos y las cosechas dependían del ritmo de las estaciones.

Los hippies y jóvenes de la contracultura se apropiaron de Stonehege en los años 60 y 70 del siglo pasado; creían en el “poder” de estas piedras y convirtieron el solsticio de verano en un espectáculo anual, aún hoy se reúnen personas delante del monumento este día, ahora acordonado, y recibe diariamente una riada de turistas. ¿Por qué la gente se siente atraída por piedras antiguas como Stonehenge y otras?  Don Robbins señala que no es sólo para ver como el sol de junio atraviesa el círculo por un punto determinado, “sino simplemente para experimentar o intentar averiguar in situ cuál fue el propósito de los arquitectos que construyeron estas piedras y las ganas de tocarlas, como si su aspereza y rugosidad nos aportara o nos hiciera sentir algo; y más ahora que está prohibida la entrada al recinto”. Hay una verdadera y oficial preocupación por el excesivo contacto humano con las piedras de Stonehenge, se teme que las pueda dañar y por eso están acordonadas. Pero Robbins exclama que tenemos necesidad de tocarlas!: “Al tocar las piedras abarcamos a través de los milenios las creencias de aquellos remotos antepasados que construyeron los círculos. Si las tocamos conocemos algo de los sentimientos, creencias y motivos de nuestros antepasados y conectamos con algo que podríamos entender sólo si pudieran leer su código”.

Los dólmenes

Dolmen de El Pozuelo del municipio onubense de Zalamea la Real / Foto: Flickr

Dolmen de El Pozuelo. Zalamea la Real, Huelva, España. Foto: Flickr

El dolmen es otro tipo de obra megalítica. Literalmente significa “mesa de piedra”. Está constituida por dos o más piedras colocadas horizontalmente, encima de otras dispuestas en vertical, llamadas por los arqueólogos ortostatos, formando una “mesa” que originariamente estaba cubierta por un montículo de tierra llamado túmulo que la protegía y que puede estar delimitado por un borde denominado anillo peristáltico. Su funcionalidad es básicamente funeraria donde se realizaban los rituales funerarios y las prácticas de culto a los antepasados y ofrendas a los muertos y ya se intuye un anhelo por saber sobre el más allá. Los dólmenes más sofisticados  en su interior suelen presentar elementos verticales (pilares, estelas, jambas, etc.) que dividen el espacio y se localizan los ajuares de los individuos enterrados. La boca de la galería de los dólmenes se abre generalmente hacia la salida del sol.

Vista del corredor y vestíbulo que preceden a las dos cámaras funerarias.

Dolmen de los Gabrieles (III milenio). Valverde del Camino, Huelva, España. Foto: Román Calvo

Se han identificado varios tipos de dólmenes, los de galería que no diferencian el espacio de acceso de la cámara, de forma trapezoidal y los dólmenes de corredor y de cámara, que son estructuras en las que se distingue un corredor de acceso y su cámara, de forma circular, semirectangular o poligonal. Otros pueden tener varias cámaras y son monumentos de gran complejidad arquitectónica, poseyendo un corredor que habilita el acceso al interior, contando con cámaras laterales, paralelas, cruciformes, etc. Hay muchísimos dólmenes en toda Europa y particulamente en en sur de la península ibérica, sobretodo en la provincia de Huelva  que cuenta con importantes monumentos megalíticos; y el más grande dolmen de Europa es el de la Menga, llamado también cueva de la Menga, en Antequera, en el sur de España (foto inferior).

Resultado de imagen de dolmen de la manga antequera images

Dolmen de la Menga (3750-3650 a.C). Antequera, Málaga, España

El conjunto de la Menga lo forman tres dólmenes: Menga, Viera y El Romeral. Plantea el interrogante de la orientación porque tanto Menga como Viera no están orientados al sol naciente sino hacia una gran peña, llamada Peña de los Enamorados, de extraña apariencia, parece un rostro mirando al cielo. Las piedras son de tamaño descomunal y se extrajeron de una cantera cercana; la losa del dolmen de Menga es una de las mayores piedras trasladadas en la historia. Además estas piedras fueron labradas, ya que tanto los ortostatos verticales como las losas del techo, pese a tener bordes irregulares, se ajustan entre si de forma tan perfecta que no puede pensarse que fuera casual. El nombre de la Menga significa bruja o hada. La cueva fue usada en el siglo pasado como redil de ganado –probablemente cabras.

Santa Bárbara de Casa | Mapio.net

Tholos del Cabezo del Molino, Santa Bárbara de Casa, Huelva, España. Foto: mYr

Otro tipo de monumento megalítico es el  sepulcro de falsa cúpula  también llamado tholoi cuando son de planta circular. Se caracteriza por tener una cámara funeraria construida mediante el sistema de aproximación de hiladas, que se apoya en ortotastos o muros de mampostería. Suelen presentar un corredor de ortotastos, lajas de revestimiento o muros de mampostería, y están cubiertos por túmulos. Los llamados hipogeos son cuevas artificiales excavadas en la roca o en terrenos arcillosos. Existen diversidades formales y tipológicas, pudiendo tener atrios externos, corredores o pozos de acceso, una o varias cámaras circulares, etc.

Los menhires

Menhir signfica “piedra larga” y se trata de un megalito configurado por una larga piedra hincada verticalmente en el suelo. Puede aparecer sola o formando alineaciones en hileras paralelas o circulares.

Resultado de imagen de menhir images

Menhir de Kerloas. Pouarzel, Bretaña, Francia

En estos tiempos ancestrales, se creía que los menhires eran estatuas estilizadas de los muertos, como el ciprés, árbol asociado desde la antigüedad a la muerte y a los cementerios, a su vez, símbolo de hospitalidad. No obstante, en particular, porque está erguido, sería un símbolo del principio masculino, una representación del órgano sexual en actividad, pero también de la vigilancia. Se le ha relacionado también con la estaca del sacrificio y, en consecuencia, con el eje del mundo con todos sus símbolos asociados: el árbol cósmico o la cruz. Algunos pueden llegar a ser muy altos como el menhir de Kerloas, el más alto de Bretaña (imagen superior), que mide 9 metros y medio.

Resultado de imagen de obelix  menhir images

Obélix talla un menhir

Los menhires más conocidos los ha tallado Obélix que vivía en un pintoresco poblado galo en el norte de la actual Francia. Él y sus paisanos se enfrentaban a menudo a los romanos que querían subyugarlos y que formaran parte de su autoritario imperio. Para Obélix un menhir era solamente un preciado regalo. Hablo del cómic francés Asterix, de René Goscinny y Albert Uderzo que ha hecho y hace- creo- las delicias de grandes y pequeños de mi país de origen, Cataluña, y nos ha mostrado vestigios del mundo megalítico y las tradiciones celtas. Forman parte de mi infancia y juventud y aún lo releo con gran placer cuando tengo oportunidad.

Resultado de imagen de obelix menhir images

Obélix transporta un menhir

Naturalmente, es una maravillosa ficción. Como lo ha sido en Estados Unidos la divertida y conocida serie de dibujos animados The Flinstones (Los Picapiedra) que también se ha visto en Europa y que me gustaba mucho de pequeña cuando la pasaban por TVE y que, quizás, inconscientemente, despertó mi afición por la prehistoria y por todo tipo de piedras.

Resultado de imagen de carnac images

Alineamiento de menhires (4500-3330 a.C). Carnac, Bretaña, Francia

Carnac es un lugar  excepcional: más de tres mil menhires a la vista sin ninguna explicación convincente emplazados alrededor del pueblo de Carnac, en Bretaña. Fueron tallados con piedra local durante el Neolítico, entre el 4500 y el 3330 a.C. Se trata del conjunto megalítico más grande del mundo, ocupa unas dos millas. Las alineaciones se pueden ver desde la carretera y muchas de ellas se encuentran dentro del pueblo. Se coincide en que se podría tratar de una alineación astronómica, pero tampoco está claro.

Obeliscos

File:Central Park - The Obelisk (New York) (31366512848).jpg

Obelisco de Cleopatra. Central Park, Nueva York. Foto: Wiki

Parecido a los menhires pero mas complejo o al menos tenemos mas información destaco los obeliscos, monumento pétreos en forma de pilar, de sección cuadrada, con cuatro caras trapezoidales iguales, ligeramente convergentes, rematados por una pequeña pirámide. Su origen se encuentra en Egipto y se tallaron de un solo bloque de piedra (monolitos). La mayoría de los obeliscos procedían de las canteras de granito de Asuán. Actualmente se conocen más de treinta obeliscos egipcios terminados y uno inacabado, estirado en dicha cantera, que es el que más me ha cautivado. Muchos se han reubicado en Europa a lo largo de los siglos: en París, Estambul, Cesarea, Roma, Florencia, Urbino, Catania, Londres e incluso hay uno en el Central Park de Nueva York. Aunque la memoria colectiva ya ha asumido estos obeliscos en sus nuevos emplazamientos, sus entornos actuales poco tienen que ver con su ancestral significado. Hoy el estado egipcio no permitiría el traslado de ninguno de los obeliscos aúnen pie en el país. Luego, en los siglos XIX y XX fueron ampliamente imitados como símbolos de poder, se puede decir que no hay ciudad importante que no tenga uno, grande o pequeño. Originalmente estaban relacionados con el sol, elemento clave en la mitología y las creencias de los antiguos egipcios. Simbolizan los rayos solares, las ascensión solar y la luz. Plinio ya les había dado ese significado, serían entonces rayos de sol petrificados, de hecho captarían los rayos del Dios del sol y los expandirían, seguramente estaban cubiertos de oro en su cumbre, pero no ha quedado rastrosEn Egipto se disponían integrados en complejos con templos, laberintos, jardines y otras estructuras arquitectónicas, nunca tuvieron la misión de morada ni de cobijo ni albergan un Dios como un templo, solo expresan su significado de forma simbólica. Pueden ser espectaculares, como lo es todo en Egipto

 Las piedras preciosas

Hope Diamond

The Hope Diamond. National Museum of Natural History, Washington DC. Foto: Chip Clark

En el Smithsonian National Museum of Natural History de Washington DC, lo más visitado no son los esqueletos de dinosaurio o el inmenso elefante/mamut del vestíbulo sino un diamante,The Hope Diamond (imagen superior), de 45,52 quilates, cuyo pasado se remonta a Luis XIV. Guardado en una vitrina que es como un bunker y flanqueado por guardias de seguridad, el diamante es deslumbrante, tiene el color azul/cobalto de las profundidades del mar cuando lo contemplas. Cuando cierra el museo, el diamante se baja mecánicamente al pedestal que lo sostiene para su almacenamiento más seguro. Probablemente procedía de la mina Kollur, en Golconda, India, tenía una forma algo triangular y estaba tallado de forma tosca. Lo había comprado un comerciante francés, Jean Baptiste Tavernier, que describió su color como el de una “hermosa violeta”. Lo vendió a Luis XIV en 1668, sus joyeros lo volvieron a tallar y lo denominaron el diamante azul de la corona. El rey lo lucía en su cuello colgado de una cinta en ceremonias. En 1792, en el saqueo de las joyas de la corona durante la Revolución francesa desapareció. Apareció más tarde en Inglaterra, pasó por varias manos sin certificar y la documentación más segura es cuando en 1839 se encuentra el catálogo de la colección de gemas del conocido Henry Philip Hope, de quien el diamante toma su nombre que luego pasó a sus descendientes y a muchos otros propietarios hasta que apareció en manos de Pierre Cartier en 1909 que lo montó como un colgante en un collar con 45 diamantes (tal como lo vemos hoy) y quién que lo mostro a Evalyn Walsh McLean, de Washington DC, su penúltima propietaria. El Hope ha sido rastreado y estudiado por Jeffrey Post, que fue el responsable de las piedras preciosas, ahora retirado, del Smithsonian. Cuenta Post que cada vez que el diamante hacía su aparición era nuevamente cortado sea por motivos estéticos o, en un caso, para encubrir un delito hasta su versión actual, un poco más pequeño. Su importancia no se debe a su recorrido histórico, muchas gemas tienen recorridos parecidos llenos de vicisitudes, sino que no es un diamante como los otros, es extremadamente raro y sólo se encuentra en uno de cada varios cientos de miles de diamantes. “Su creación, hasta donde sabemos, es un evento completamente único en la historia de la Tierra”, dijo Post en 2010, mientras estudiaba la coloración inusual del diamante. L’Smithsonian Magazine explica porque: “Por una concentración variable de boro que oscilaba entre cero y ocho partes por millón, lo que convertía al Hope en un mosaico de azules. Post también descubrió que bajo una luz ultravioleta, Hope fosforesce y brilla y se vuelve de color naranja durante aproximadamente un minuto. ¡Ay de cualquier ladrón que desee llevarse la gema de valor incalculable, porque un espectrómetro puede medir el espectro de luz y detectar la “huella digital” de la gema, una huella reveladora que difiere de un diamante a otro!”. La citada Evalyn Walsh McLean fue su penúltima propietaria desde 1911 a 1947 y lo colgaba alrededor del cuello de su perro. Cuando murió su marido, el famoso joyero Harry Winston le compró el Hope, junto con su cadena de collar de 46 diamantes y otras valiosas joyas. En 1958, lo incluyó en su itinerante exposición The Court of Jewels, y luego lo donó y lo envió por correo postal al Smithsonian, se supone por correo certificado. Aún conservan la caja en la que llegó que lo exhibe en su museo de historia natural. 

Resultado de imagen para rubies sin tallar

Rubí

La fascinación por las piedras preciosas viene de tiempos ancestrales. La Jerusalén celestial estaba construida con piedras preciosas. Según el libro de Ezequiel el jardín del Edén está lleno de piedras de fuego, que son simplemente piedras preciosas. Los antiguos griegos las usaban como metáforas. Sócrates dijo que en el otro mundo todo brillaba, que las piedras del camino y las montañas tenían la calidad de las joyas. El filósofo helenístico Plotino señaló que las esmeraldas, rubíes y diamantes, son fragmentos ínfimos de las piedras que se ven en el otro mundo, donde todo resulta más brillante y claro y más real que en el nuestro. Estas piedras de fuego nos recuerdan ese otro mundo que no es otro que el de nuestra imaginación. En realidad, las piedras preciosas son sólo fragmentos de la naturaleza, proceden de la madre tierra, el ser humano las descubre y le gustan, admira su belleza y le fascina su brillo, las arranca de sus entrañas, les da un valor simbólico y, luego, económico con lo que se despierta la codicia y las mujeres las lucen por distintas razones.

File:Audrey Hepburn in Breakfast at Tiffany's.jpg

Fotograma del film de Blake Edwards Breakfast at Tiffany’s (1961)

El filósofo Georges Santayana dijo que las piedras preciosas son preciosas porque en este mundo volátil y perpetuamente inestable son lo más cercano a la permanencia absoluta. Más o menos lo mismo creía Holly Golightly/Lula Mae Barnes, interpretada por Audrey Hepburn en la película Breakfast at Tiffany’s cuando se paseaba por la tienda de Tiffany, en la Quinta Avenida de Nueva York de madrugada, decía que era un lugar donde se sentía segura. Hay que tener en cuenta que la superstición siempre ha rodeado a todo tipo de piedras. Hay quien habla de piedras encantadas consideradas benevolentes: amuletos, brazaletes y collares que se guardan como talismanes y que incluso se colocan en los cimientos antes de construir un edificio para que lo proteja de todo mal. Hoy, hay un interés creciente en las Crystal Healing, piedras que curan; una creencia que proviene de antiguas civilizaciones y del mundo rural que atribuye a determinadas piedras preciosas o semipreciosas poderes sanadores. Es un detonante el gran éxito de los dos volúmenes de Judy Hall, The Crystal Bible, aunque, en mi opinión, son una especie de fraude. Piedras preciosas y semipreciosas con significados que van más allá de su valor económico y estético. Que te curan de todos tus males y te protegen de todo. Sinceramente, no me lo creo, de las piedras preciosas y semipreciosas sólo creo en la belleza y magnetismo de sus colores y diseños, pero … se non è vero è ben trobato. (Yo siempre vuelo con un rubí que me regaló mi madre, tengo la sensación de que me protege …).

Los fósiles

Fósil. Concha petrificada

Así como con lo fósiles. Mi primera fascinación por las piedras fue en Tavertet, Cataluña, donde mis abuelos paternos, republicanos catalanistas (ahora los llamamos independentistas) que cuando volvieron del exilio en Francia, se instalaron en una entonces apartada, pequeña y antigua masia. Uno de los juegos preferidos de mis hermanos pequeños y yo – y los mayores también- era ir a buscar fósiles. En la zona (Les Guilleries, provincia de Barcelona) había entonces un montón, los encontrabas simplemente caminando por senderos, en los terrers, y en los campos, había tantos que ya ni los guardabas, me maravillaban las grandes caracolas, sus formas sinuosas, las conchas que aparecían por doquier enteras o con sus rayas impresas en la piedra, o las estrellas de mar; en la masia había fósiles marinos en todos los rincones, amontonados, les dábamos poco valor precisamente por su cantidad, pero a mi, me dejaron hechizada para siempre. Estos fósiles nos indican una presencia anterior que era marina, pero que la piedra ha absorbido y en piedra se ha convertido. Es lo que llamamos historia natural, en un proceso en el cual el ser humano no ha intervenido para nada. 

About Ammonites - FossilEra.com

Ammonite fósil procedente de Suiza. Foto: Fossilera

Los arqueólogos les han dado su función. La arqueeologa inglesa Myra Shackley, jefa del laboratorio de arqueología de la Universidad de Oxford, en su libro Rocks and Man, explica que la popularidad de los ammonite fósiles (imagen superior), hallados frecuentemente como ornamentos en antiquísimas tumbas, se debe a sus espectaculares formas sinuosas que se utilizaban como amuleto contra las serpientes, ja que se creía que procedían de estos reptiles. Las amonitas eran moluscos depredadores que se parecían a los calamares. Estos cefalópodos tenían ojos, tentáculos y conchas en espiral. Están más estrechamente relacionados con un pulpo vivo, aunque las conchas se parecen a las de un nautilo. Petrificados, aparecieron por primera vez en el registro fósil hace 240 millones de años, descendiendo de cefalópodos de caparazón recto. En culturas más tardías, los ammonite fósiles se han vinculado a amuletos de fertilidad, aspecto vinculado también a muchos monolitos y a las Venus, como ya se ha dicho. En realidad, lo que atrae de los fósiles es que son seres vivos petrificados y sus caprichosas formas. Así pues, la existencia de piedras que traen buena suerte es masiva y prendió en la antigüedad y aún perdura!; son una prueba de las creencias y del poder que algunas piedras aportan y que pueden ser utilizadas con fines positivos, aunque científicamente no haya sido probado.

Piedras inscritas

Savassona, el bosque mágico de Catalunya

Petroglifo de Savassona. Tavèrnoles, Cataluña. Foto: Joan Soldevila Adán

Otro tema son los petroglifos, que son signos o imágenes grabadas en las rocas, los más antiguos de los cuales datan del Paleolítico Superior y el Neolítico. La palabra proviene de la terminología griega petros (piedra) y glyphein (cortar). De petroglifos se han encontrado en los cinco continentes y de todas las épocas. Hay tantos y tan diversos y con tantos significados que merecerían todo otro largo post.

File:The inscription on the Offering of Craterus (Krateros) at the Sanctuary of Delphi on October 4, 2020.jpg

Máximás Délficas. Delfos, Grecia. Foto: Wiki

Las Máximas Délficas son una lista de 147 citas de la Grecia antigua cinceladas a la piedra y que ofrecen consejos sobre cómo llevar una vida sensata, virtuosa, honesta o feliz. En realidad, son aforismos muy cortos que todavía hoy sirven, algunos son muy claros y básicos, de libro de autoayuda, otros más crípticos y otros son inconcebibles e imposibles. De todos modos, quien no ha escuchado a los tres más conocidos:

Conócete a ti mismo. Nada en exceso. No hagas promesas

Estas máximas se inscribieron por primera vez en las piedras del Templo de Apolo de Delfos, sede del oráculo, desde donde la sibila pronunciaba las profecías ambiguas, y lugar de culto del Dios de las artes y la luz. Las dos Máximas Délficas mencionadas podrían haber sido cinceladas en el frontón del templo, en las tres bandas. Las demás se encontraban en varios sitios del templo y las inscripciones probablemente se renovaron con cada reforma importante del templo. Se cree que había cientos de inscripciones por todas partes, no sólo en el templo, sino alrededor de los edificios de Delfos, ahora los llamaríamos grafitis. Hoy las piedras que las acogen desde hace siglos están esparcidas por el recinto arqueológico y las puedes ver subiendo hacia el estadio, la parte más alta, junto a las vías principales. El lugar de Delfos es espectacular, de gran belleza paisajísitca, las ruinas colgadas en la vertiente de la montaña del Parnaso y el valle al fondo y el mar Egeo visible en días despejados. Es un espacio donde lo sagrado se intuye, mientras que las máximas son mucho de tener los pies en el suelo. Se creía que sus orígenes eran divinos, que el propio Apolo las había transmitido a la sibila. Platón afirmaba que habían sido dedicadas al oráculo por los famosos siete sabios de Grecia -que vivieron entre los siglos VII y VI aC- y más adelante también lo afirmaron Diógenes Laerci, un biógrafo de filósofos que vivió en el s. III, y Ioannes Stobaeus, un erudito neoplatónico del siglo V, que fue quien las recopiló. Estudios más recientes apuntan a que este tipo de enseñanzas éticas se basaban en proverbios populares que se conservaron a través de la tradición oral y que quizás algunos podrían atribuirse a los siete sabios y que posteriormente se cortaron en la piedra del templo. Lo cierto es que estas máximas formaron parte del mismo núcleo de la filosofía estoica. Adjunto las máximas: https://www.labrujulaverde.com/2020/10/las-147-maximas-y-la-misteriosa-e-del-santuario-de-delfos

Piedras visionarias

Se trata del engaño de la “Bola de cristal” que podemos ver en ferias, en oscuros locales y ahora en programas de televisión-basura. Se supone que debe ser de vidrio; en realidad, la auténtica bola de cristal está hecha de cuarzo. ¿Porque hay esta arraigada creencia aun hoy en mucha gente que mirando una bola de cuarzo puedes ver tu futuro? Don Robbins, nos explica que es debido a que en la Antigüedad había creencias universales en el destino que podía ser interpretado a través de presagios y a través de sacrificios humanos o animales; así la adivinación o el sortilegio podían venir de dentro de la “piedra”, gracias a una interacción con algo procedente de las profundidades del cristal, que es una roca que proviene, claro, de la madre-tierra.

Las piedras sagradas

BIKE CLASSICAL: Didyma: The Sacred Way Pt.1

Vía Sacra des de Milet a Dídima, antiga Jònia, Turquía

Las diferentes etnias, civilizaciones y religiones han necesitado para sus imaginarios colectivos disponer de piedras sagradas. Ya he mencionado la Kaaba islámica y las Tablas de la Ley judeo/cristianas. En la historia de Inglaterra, los reyes sajones se coronaban sobre piedras consideradas sagradas, tal y como se rememora en la piedra de Kingston-upon-Thames, en Surrey. A orillas del mar mediterráneo oriental, en la llamada Asia Menor, la antigua Jonia, en el sur de la actual Turquía, he visitado la Vía Sagrada entre Mileto y Dídima (imagen superior) de unos 15 km excavados y todavía faltan más tramos por excavar. Se sitúa en una llanura poco poblada entre campos de algodón, todavía se conservan tramos empedrados de la Vía y otros tramos conformados con cantos rodados prensados y gránulos de ladrillo. En el museo de Mileto se explica que la Vía Sagrada acogía la procesión ritual de Año Nuevo que transcurría entre el templo de Delphinion, en Mileto, y el templo de Apolo, en Dídima, donde se hacían las ceremonias religiosas. Durante el recorrido que duraba cuatro días había descansos e intervalos, se sacrificaban animales y se cantaban canciones sagradas llamadas Paion, cuyas piedras eran testigos mudos. En la época griega arcaica, cuando se celebraba el ritual, el camino no estaba asfaltado, el adoquinado que vemos hoy es de época romana romana probablemente del siglo II. Cuando se llegaba a Dídima, la gente se postraba delante del templo de Apolo que era la sede de un oráculo tan importante como el de Delfos en la antigüedad. Cerca del santuario estaba la stoa y otros edificios que podían haber dado servicios de alojamiento de los peregrinos, de los que esperaban la profecía del oráculo o para los asistentes a la Gran Didymeia, un concurso de dramaturgia que se hacía cada cuatro años. Siglos más tarde, los emperadores romanos respetaron los rituales de Dídima, hicieron donaciones al templo de Apolo y Trajano pagó los gastos de mejora de la Vía Sagrada. Las sacerdotisas del oráculo habían profetizado que Trajano y Adriano serían emperadores. Las ceremonias de profecías se realizaban en los meses de abril y mayo. Las sacerdotisas, en estado de trance, protegidas por las altas columnas y los muros macizos del patio central del templo proclamaban las profecías en versos hexamétricos. Cabe decir que su trance, así como el de las sibilas de Delfos, lo provocaban unos gases etílicos que emergían del subsuelo -tanto en Delfos como en Dídima pasaba una falla según han confirmado los análisis geológicos- que cuando se aspiraban provocaban un estado como el que más o menos propicia el LSD.

Miletus Museum - sphinxes from the sacred way to Didyma

Esfinges que franqueban la Vía Sagada entre Mileto y Dídima. (s. VI-V aC). Miletus Museum, Mileto, Turquía. Foto: TAN

El final y el principio de la Vía Sagrada estaba flanqueado por esfinges hoy exhibidas en el pequeño museo de Mileto (imagen superior) y por leones que se han ubicado en el jardín de esculturas y relieves exterior. La entrada a Dídima debía ser casi temible: los leones y las esfinges, aunque no son de gran tamaño, pero una al lado de la otra seguramente imponían, estaban situadas en la terraza de un edificio. La esfinge es un animal fabuloso con cabeza y busto de mujer y cuerpo, alas y pies de león, son símbolo de lo enigmático, guardianas de lugares inaccesibles, de bienes preciados. En la antigua cultura griega, donde nos encontramos, se la depositaba sobre una roca que representa la tierra, tiene alas pero no puede volar, era símbolo para los griegos de una feminidad pervertida, o sea que provocaban un gran respeto. Las esculturas de la Vía Sagrada de Mileto en Dídima reciben el nombre de Brankhid y fueron realizadas durante el período arcaico entre los siglos VI-V a.C. El nombre de Brankhid fue dado por arqueólogo británico Charles Newton debido a que Brankhidai o Branchidae es una antigua dinastía que dio nombre a Dídima y el término fue el utilizado durante los primeros períodos. Charles Fellows y Charles Newton fueron los primeros en excavar la Vía Sagrada y desenterraron las esculturas, uno de los leones y diez esfinges que se llevaron al British Museum de Londres, creo que visto el museo de Mileto deberían volver a Mileto, a su pequeño museo, no es lo que más visitas recibe ni el más importante, pero está condiciones para acogerlas. Cabe decir que la Vía Sagrada no está del todo exacavada, la Vía continuaba hasta el puerto de Panarmos y desde 2010 se trabaja en esta zona. Mileto era la ciudad más importante de Asia Menor en la Antigüedad, tenía un puerto fluvial importante, pasaba el río Menderes que desembocaba en el mar a pocos kilómetros, ahora el río se ha desecado en esta zona y el mar se ha retirado, lo que ha alejado a Mileto de la orilla del mar.

Category:Temple of Apollo in Didyma - Wikimedia Commons

Temple d’Apolo. Dídima, Turquía. Foto: Wiki

La Vía Sagrada y el oráculo de Dídima propiciaron la existencia de un gran templo monumental, datado ya del siglo VI aC dedicado a Apolo que fue, a nivel arquitectónico, uno de los mayores de su época. No me extraña que en la época provocara una gran impresión, todavía hoy medio en ruinas impone en sobremanera, las tres altas columnas que quedan, los grandes sillares de los muros, los inmensos bloques, las escaleras y un montón de fragmentos arquitectónicos amontonados y dispersos, todos de mármol blanco procedente de canteras de mármol cercanas. El peristilo (las paredes principales y las columnas del templo), cerraba un amplio patio abierto donde tenían lugar las profecías del oráculo y donde había una fuente sagrada (como la de Castalia en Delfos) que a lo largo del siglo VII aC estaba rodeada por un muro de arcilla cuyos restos se hallaron en excavaciones arqueológicas. Parece que la fuente se secó y en tiempos helenísticos, en el s. IV a. C., cuando el templo se monumentalizó aún más y se amplió el patio, se construyó una casa para cobijar la fuente. Los muros que pueden verse hoy son sólo un tercio de la altura que tenían y ya son considerables, en el lugar la piedra te engulle. Te puedes pasear por el recinto entre fragmentos de mármol donde se han esculpido relieves que muestran parejas de grifos y leones y adornos florales. En el siglo V se construyó una iglesia bizantina en el patio, que fue eliminada durante las excavaciones de principios del siglo XX.

Resultado de imagen de Delphic sanctuary images

Santuario de Delfos, Grecia

Los antiguos griegos emplazaron su más sagrada piedra, el Omphalos (en griego significa ombligo), originariamente de mármol blanco, en el Santuario de Delfos. En el relato mitológico de la creación de Delfos, Zeus quería localizar el centro de la tierra. Envió dos águilas desde los dos puntos donde se acababa el mundo; fueron lanzadas a la misma hora y volaban a la misma velocidad. Se cruzaron encima del área de Delfos. Desde el punto exacto de cruce, Zeus dejó caer una piedra que quedó fijada en el punto del santuario donde ahora hay una piedra que lo indica (imagen superior). Desde entonces, para los antiguos griegos, este sitio era el centro del mundo. No me extraña que así se creyera, el lugar es extraordinario, el recinto está como colgado en una vertiente del monte Parnaso, el Olimpo donde vivían los dioses, las piedras con las que construyeron los edificios que quedan en pie, aparte de los pocos mármoles, procedían de las canteras de la propia montaña que ves al lado y detrás y según la luz se confunden con ella. Detectas lo sagrado en esta zona. Se cree que el nombre de Delfos deriva de la palabra griega para agujero, caverna o incluso matriz, de ahí también que se evoque el lugar como centro de la tierra.

Resultado de imagen de omphalos delfos images

Omphalos. Museo Arqueológico de Delfos, Grecia

En el museo arqueológico de Delfos se puede ver una piedra tallada en relieve y de forma ovalada que se supone corresponde al antiguo Omphalos, el indicador del centro de la tierra. Sin embargo, el profesor de historia antigua de la Universidad de Warwick, Michael Scott, en su libro Delphi, enumera otros significados que se han dado a esta piedra. Para algunos corresponde a un símbolo de la “voz” de los dioses y para otros fue la tumba o donde vivía bajo tierra de la serpiente Python, hija de la primera pitonisa Gea o Gaia que significa tierra, o también se cree que cubría la tumba de Dionisio, el segundo dios importante del santuario. Delfos era la sede del oráculo de su nombre, la pitonisa o la sibila clamaba las profecías desde el templo de Apolo, tal como hemos visto en Dídima. Entonces, parece que el omphalos ocupaba un lugar importante en el oráculo. Según fuentes antiguas, se ubicaba en el adyton (la zona sagrada restringida) del templo de Apolo, al lado del laurel profético y del trípode sagrado, donde se sentaba la sibila que pronunciaba su oráculo a la persona que lo solicitaba. El omphalos estaba cubierto con una tela a la que se adherían bandas de lana llamada agrenon, en los puntos donde se ataban las bandas se inscrustaban piedras preciosas talladas en forma de gorgonas; dos águilas doradas se colocaban en la parte superior. Entonces, la decoración en relieve sería una imitación del agrenon. Teorías recientes creen que el omphalos si bien estaba en el Adyton, se emplazaba sobre la escultura The dancers of Delphi, exhibida también en el museo arqueológico de Delfos. Se trata de tres magníficas figuras de mármol en alto relieve, o cariátides, encima de una columna de acanto encontrada cerca del santuario de Apolo. Los arqueólogos no se ponen de acuerdo si la piedra es original o, como cree Scott, una copia helénica o romana, que también el museo también certifica.

File:Naxian sphinx in Delphi.jpg

Esfinge de Naxos (alrededor de 500a.C). Museo Arqueológico, Delfos, Grecia. Foto: Wiki

En el mismo museo arqueológico de Delfos, cerca del omphalos y se puede contemplar a la gran esfinge de Naxos, tallada de un bloque de mármol de Naxos. Las esfinges fueron unos de los seres híbridos más representados en la Antigüedad. Tienen cuerpo de león y cabeza y pechos de mujer y en Grecia le añadieron alas de pájaro. Se ubicaban a las entradas de los templos y necrópolis y en vías sagradas; su misión, en principio, es proteger del mal y por lo tanto imponer y crear temor, o guardar los más grandes secretos. Sin embargo, tienen varias interpretaciones. Desde seres voluptuosos y símbolos de feminidad pervertida a personificar la madre posesiva e inhumana. Asimismo se revelan como las garantes del conocimiento más profundo y de todos los tiempos y solo pueden ser vencidas por la inteligencia y la sagacidad. Se asienta sobre la roca, símbolo de la madre-tierra. Sus rostros son enigmáticos, parece que nada las perturba como si solo ellas supieran la verdad de todo y de ahí la expresión es como una esfinge se refiere a aquella persona que no se deja conocer. Además de la colosal esfinge de Gizeh en Egipto, destaco por su perfección técnica y por ser de las figuras que más me han impactado, aún que sea dentro de un museo, la esfinge de Naxos, conservada en el arqueológico de Delfos (imagen superior). Aproximadamente en el año 560 a. C. la isla de Naxos, envió una grandiosa ofrenda a Apolo en Delfos: la estatua de la mítica esfinge que se colocó encima de un capitel de una columna jónica. El conjunto medía 12,50m de altura y se ubicó cerca de donde la Sibila proclamaba su oráculo. Con esta ofrenda Naxos conmemoraba su supremacía política y artística en la Grecia arcaica (la isla de Naxos junto a la de Paros eran las islas proveedoras del mejor mármol de la época). La criatura demoníaca de sonrisa enigmática está tallada en un enorme bloque de mármol y combina la estructura sólida y firme con una tendencia decorativa al representar el cabello, el pecho y las alas, lo que reduce la impresión de volumen masivo. Como nos enseña una inscripción del siglo IV a. C. grabada en la base de la columna, los sacerdotes de Apolo honraron al pueblo de Naxos con el privilegio de promanteia, es decir, la prioridad para recibir un oráculo. Hay que imaginarse el efecto que producía esta esfinge a las personas que se preparaban para escuchar el oráculo de la Sibila. Apolo es reconocido como el dios oráculo más importante, que respondió a la necesidad interna de los humanos de conocer su futuro y tomar las decisiones correctas. En Delfos, las consultas tenían lugar una vez al mes en el centro del templo, donde la voluntad del dios se expresaba a través de los gritos inarticulados de la sibila, que luego el sacerdote interpretaba y muy probablemente ponía en verso. Se han conservado seiscientas quince profecías en fuentes literarias y en un número muy limitado de inscripciones. Respondían a diversas cuestiones de carácter militar, religioso, estatal o personal, como formar una familia, ganar en los juegos, etc. La interpretación de estas profecías (oráculos) siempre fue ambigua, lo que significaba que podían ser interpretadas por una persona que hacía la pregunta. Lo cierto es que los oráculos eran esenciales y respetados en el mundo mundo griego antiguo, y el de Delfos era el más importante, situado en las montañas, frente al Parnaso. La vista es espectacular y el ahora sitio arqueológico es de los que más me han impresionado e interesado.

La piedras-ruinas

Esto es lo que queda de la antigua Palmira

Ruinas de Palmira, Siria. Foto: National Geographic

Las piedras sagradas nos llevan a la ruinas, especialmente a las del mundo antiguo. Qué son las ruinas sino un montón de piedras en donde intuimos – o creemos intuir- que los antiguos habían alcanzado la perfeccion en el arte, en la arquitectura y en el urbanismo. He visto a lo largo de los años muchas ruinas greco-romanas en la orilla del mar Mediterráneo, desde Baelo Claudia, en Cádiz, hasta Palmira, en Siria y todas son, más o menos, parecidas: columnas rotas, otras preservadas casi intactas en su sitio, fragmentos de cornisas, frisos, capiteles y arquitrabes de arduo trabajo escultórico;  estatuas privadas de sus antaño perfectos miembros (la mayoría ya están en los museos), piedras erosionadas… El esplendor de estas ciudades en ruinas se reduce a tal como estaba en su materia primitiva, a la piedra apenas desbastada, fragmentos caídos y esparcidos por el suelo aquí y allá. Qué son las ruinas sino ecos del pasado que contienen la historia de la Humanidad, que no es poco, y ecos de estas ciudades en las cuales todo ha desaparecido excepto las piedras que permanecen en su trazado urbanístico y en sus muros descabezados; en conclusión, estas ruinas al raso de piedra, nos señalan como se organizaban estas sociedades. Y sus monumentos, templos, teatros, anfiteatros y ágoras, los que no fueron destruidos y engullidos por una civilización o cultura posterior, a pesar de que estén incompletos, de los que apenas quedan las bases de los muros o unos cuantos restos de columnas algunas de pie sin entablamentos y que aún, estas piedras labradas en vertical, preservan su fuerza, sabes de su función sustentadora; todo el conjunto no permite el olvido. Hoy, los “pedraferits” aún nos emocionamos pisando y tocando estas piedras que envejecen con toda nobleza. Demos las gracias a los arqueólogos por sacar los restos de estas antiguas civilizaciones a la luz, estudiarlas y preservarlas.

File:Palace of Knossos Crete Greece-9 (43720533420).jpg

Palacio de Cnosos, Creta. Foto: Wiki

Las ruinas nos llevan al recurrente debate si hay que reconstruir o no, si parte de las edificaciones de piedra medio derruidas hay que reconstruirlas con más o menos fidelidad con la imaginación, documentos que hayan quedado o bien con otros fragmentos dispersos que podrían corresponder. Las excavaciones dirigidas por Arthur Evans en Palacio de Cnosos en Creta y la reconstrucción hecha por el mismo arqueólogo encienden el debate (imagen superior). Buena parte del mundo científico no se lo ha perdonado, se cree que debería simplemente haber consolidado ruina y dejarlo tal cual, ahora seria impensable un reconstrucción de tal manera en el mundo occidental. Cierto, pero cuando visitas el palacio tampoco molesta, sólo reconstruyó una parte, no todo, tampoco hay que exagerar tanto. No es un palacio inmenso, de murallas ciclópeas y grandes sillares de piedra. Se usó mucha madera y los muros son delgados, se construyeron con piedras pequeñas con argamasa. Durante 30 años, tenia 49 cuando empezó las excavaciones, Cnosos fue su pasión y su propiedad particular. LLegó a tal punto que se considera que el descubrimiento de la civilización minoica se debe a un solo hombre: Arthur Evans. El arqueólogo Heinrich Schliemann el descubridor de Troya, ya había pululado por la zona e incluso quiso comprar los terrenos donde se sabia que había un palacio enterrado pero no pudo cerrar el trato. Antes unos cuantos arqueólogos aficionados ya hicieron sus pinitos. El 1899, Evans empezó las excavaciones en este laberinto de edificaciones, con escaleras, cámaras, pasillos, terrazas y patios y enseguida se da cuenta de que se trata de una civilización pre-griega, la minoica, la del mito del minotauro y, como el hilo de Ariadna, va descifrando sus entresijos. Dibujó los planos con ayuda de arquitectos profesionales desde el inicio de las excavaciones y antes de finalizarlas tomó la controvertida decisión ya discutida en su momento (le retiraron una subvención de la Escuela Británica de Arqueología en Atenas): reconstruir una parte del palacio. Evans le escribe a su padre en 1900: “El palacio de Cnosos ha sido idea y obra mía, y ha sido uno de esos los descubrimientos que nadie puede abarcar en lo que dura una vida e incluso en lo que duran varias vidas humanas”. De hecho, si nos ponemos en esta tesitura, la Acrópolis de Atenas a lo largo de los siglos ha sufrido no pocas reconstrucciones! El ensayista polaco Zbigniew Herbert (1924-1998) en su libro sobre Creta, Un laberinto junto al mar, sí que cuestiona estas reconstrucciones del pasado con este bello texto: “Cuando entramos en contacto con obras del pasado, queremos tener la certidumbre de que son auténticas, de que nadie las ha modificado, de que nadie ha intervenido para embellecerlas, perfeccionarlas o hacerlas más comprensibles. Deseamos tender un puente encima del abismo del tiempo, unirnos sin la ayuda de intermediarios, con las personas y los dioses de hace milenios. Yo, que no soy excesivamente espiritual, siempre busco alguna huella material que me permita cerrar un pacto, una alianza, con los ancestros, por lo que invariablemente me conmueven las roderas de las vías romanas, los peldaños de las catedrales desgastadas por los peregrinos y las marcas de cantería de las piedras”.

museo-de-arqueologia-de-cataluna-mac-empuries-esculapi-mar | Bosch API

Estatua de Esculapio. Ruinas de Empúries, Cataluña

La escritora belga Marguerite Yourcenar escribió también un hermoso texto en su libro El Temps, aquest gran escultor sobre estas piedras en ruinas, aquí configuradas como escultura y que han vuelto, más o menos, a sus orígenes: “El día en que una estatua  termina su vida, en un sentido, la comienza. La primera etapa, por el cuidado que ha puesto el escultor, ha pasado del bloque a la forma humana; en una segunda etapa, el curso de los siglos, a través de alternativas de adoración o de indiferencia, mediante grados sucesivos de erosión y deterioro, paulatinamente volverá al estado mineral informe del que la había sustraído el escultor; […]  además, fueron obras maestras. Estos duros objetos configurados a imitación de las formas de la vida orgánica han sufrido, a su manera, el equivalente de la fatiga, del envejecimiento, de la desgracia. Han cambiado como nos cambia el tiempo”.

File:The Bassai sculptures, fragments of sculpture from the Temple ...

Fragmentos de esculturas del templo de Apolo Epikourios (420-400 a.C). Bassae, Grecia. British Museum, Londres

Y continúa: “Algunas de estas modificaciones son sublimes. A la belleza tal como la ha querido el cerebro humano, una época, la forma de ser de una sociedad, se le añade una belleza involuntaria, asociada a los azares de la historia, debida a los efectos de las causas naturales y del tiempo. Estatuas rotas, que de este fragmento nace una obra nueva, perfecta en su segmentación. Ese cuerpo tosco, se parece a un bloque desbastado por las olas; este otro fragmento mutilado apenas no se diferencia de la piedra o el guijarro recogido en una playa del Egeo. […] Todo hombre está aquí, su colaboración inteligente con el universo, la lucha contra él mismo, y esta derrota final donde el espíritu y la materia que le hacen de apoyo se extinguen casi juntos, su intención se afianza hasta el final en la ruina de las cosas”.

Victoria alada de Samotracia - Wikipedia, la enciclopedia libre

Victoria de Samotracia (s. II a.C). Musée du Louvre, París. Foto: Wiki

El uso en la representación fáctica de la piedra alcanza el nivel de perfección con la idealización del cuerpo humano en la antigua Grecia, siglos más tarde en el Renacimiento italiano y luego con el Neoclasicismo. La piedra habitual para esculpir era el mármol que en manos de grandes escultores consigue la excelencia máxima. John Sallis no lo puede describir mejor: “Es como si la piedra -puro y blanco mármol- hubiera perdido su pesadez por completo, como si hubiera sido dotada de alas”. La escultura de la Victoria de Samotracia (imagen superior) exhibida en el museo del Louvre así lo refleja. En el mismo museo se exhiben los esclavos de Miguel Ángel (imagen inferior), atrapados trágicamente al bloque mármol del que se han esculpido. Mientras que en la Victoria es como si la piedra solo diera cuerpo a la figura, como si nadie la hubiera esculpido y, efectivamente, parece que pueda volar y no solo por las alas -también por la situación estratégica a lo alto de la escalera monumental del museo del Louvre- los esclavos parece que quieran liberarse del bloque y no pueden, El esclavo rebelde lo intenta y al otro la muerte se lo lleva; pero, al fin y al cabo, ambos petrificados, aunque ligeros, nunca podrán volar porque el escultor -estaba en sus manos- así lo decidió y el pilar de mármol desbastado los ha atado para la eternidad.

File:Esclaves de Michel-Ange - Musée du Louvre Sculptures.jpg

Miguel Ángel. El esclavo rebelde (1513) y el Esclavo moribundo (1516). Musée du Louvre, París. Foto: Wiki

Las piedras restituidas

Desde las primeras civilizaciones, los hombres se han dedicado, entre otras cosas, a destruir lo que antes habían construido. Las piedras son el testimonio más fehaciente. Destrucción, básicamente, por guerras para entonces volver a construir de nuevo o bien reconstruir, cabe decir que en algunos casos la destrucción de edificios y monumentos se debe a causas naturales como los terremotos. Cuando de las barbaridades habituales o desastres naturales las piedras se han despedazado o roto o dispersado se suelen volver a utilizar para otras construcciones (eso del reciclaje ha existido siempre), sea en el mismo sitio o en otro. A veces no ha sido un problema de destrucción, sino simplemente el abandono de una construcción que ya no tiene el uso para la que se levantó. Uno de los casos más conocidos es el Coliseo de Roma que a lo largo de los siglos se fueron desmantelando los bloques de mármol travertino que lo recubrían para utilizarlos para otros edificios. En Roma era algo corriente. O la mezquita de Cordoba, muchas de sus columnas o capiteles provienen de antiguas construcciones romanas.

File:Castle of St. Peter in Bodrum, Turkey.jpg

Castillo de San Pedro (s. XIII-XIV). Vista actual desde donde se levantaba el Mausoleo de Halicarnaso. Bodrum, Turquía. Foto: Wiki

Un caso claro y bien documentado lo he visto en Bodrum, en la costa mediterránea de la actual Turquía, donde el Mausoleo de Halicarnaso, que fue una de las siete maravillas del mundo antiguo, fue destruido por guerras y principalmente por dos terremotos. Cuando los Caballeros del Hospital de San Juan, antiguos cruzados, llegaron a la zona tras ser expulsados de Tierra Santa, se establecieron en la isla Rodes y a principios de 1400 conquistaron Bodrum, que está muy cerca, y construyeron el Petronium, un vasto e imponente castillo/fortaleza todavía muy bien conservada y que se sitúa en un pequeño promontorio desde donde se domina el puerto de la ciudad y la entrada a la bahía. Los constructores lo levantaron con los sillares cuadrados, muy bien tallados, que procedían del inmenso Mausoleo de Halicarnaso que estaba justo enfrente, al otro lado de la playa (ahora puerto).

File:Mausoleo di alicarnasso, vasca rituale 03.JPG - Wikimedia Commons

Ruinas del Mausoleo de Halicarnaso (s. IV aC), Bodrum, Turquía. Foto: Wiki

Del mausoleo de Halicarnaso hoy sólo quedan cuatro piedras, fustes de columnas, fragmentos de entablamientos… unas ruinas que no permiten imaginarse lo que fue el mausoleo, sólo cuando lo ves reconstruido digitalmente (buscar en google), pero sí impresiona el lugar estratégico donde se erigió, lo que hoy decimos, tiene buenas vistas al mar. Halicarnaso fue una ciudad que floreció durante el período de la dinastía persa de los Hekatomnos (siglo IV aC). Vivió una gran prosperidad comercial y militar, bajo el reinado del sátrapa Mausollos (377-353 a. C.) quién inició un programa de reconstrucción de la ciudad a escala monumental, magníficos santuarios y grandes murallas con una arquitectura de estilo griego. El monumento más grande que legó es su mausoleo que se empezó mientras estaba vivo y que se terminó después de su muerte, bajo la supervisión de su esposa y hermana Artemisia II (de Mausollos viene la palabra mausoleo, gran tumba). Fue ella quien encargó la obra a los arquitectos Satyros de Paros, que ya había trabajado por la familia, y Pythius de Priene, que había escrito tratados de arquitectura. El mausoleo era inmenso. Las fuentes antiguas dicen que su altura es lo que ahora sería un bloque de 10 pisos. Estaba recubierto de mármol blanco de proconesus, de excelente calidad, que brillaba a la luz radiante del sol mediterráneo. El mausoleo estaba adornado con más de 400 esculturas de mármol en cuatro niveles distintos y frisos decorativos. En ella trabajaron los escultores Skopas, Leochares y Bryaxis. En este binomio inacabable de construcción-destrucción, Alejandro Magno conquistó Halicarnaso y puso fin a la dinastía de los Hekatomnos. Y cuando Bodrum cayó en manos de los turcos en 1522, el mausoleo fue casi completamente desmantelado. No fue hasta 1856 cuando el arqueólogo inglés Charles Thomas Newton, mientras exploraba el centro de Bodrum, descubrió los restos enterrados de este monumento. Muchas de sus esculturas y relieves pueden verse hoy en el British Museum de Londres, lo que sería otra forma de restitución de piedras, ahora reclamadas por el gobierno turco. Visto el museo de Bodrum, emplazado dentro del castillo, donde las pocas piedras que no se llevaron se exhiben ahora en las mejores condiciones y en un excelente montaje museográfico, habría que devolverlas.

Chapel in Bodrum CastleB

Capilla del castillo de San Pedro (s. XIII-XIV). Bodrum, Turquía. Foto: Istambul Fantasy

Una de las construcciones arquitectónicas más relevantes del castillo es la capilla, probablemente levantada por primera vez en 1406 y reconstruida más tarde en estilo gótico por los mencionados caballeros del Hospital de San Juan en 1519-20, encargada por el comandante del castillo Giacomo Geltrú y por el gran Maestro de la orden, Jacques de Milly, como se lee en una inscripción de mármol en el muro exterior. La capilla es de proporciones perfectas, de este gótico austero, sin ornamentación que me recordó la iglesia de Santa María del Mar de Barcelona. Sólo consta de una nave y un ábside y de la bóveda ligeramente apuntada. Han dejado un cristal en el suelo para ver los restos debajo. Las piedras con las que se ha construido provienen, por supuesto, de los restos del Mausoleo de Halicarnaso. La capilla se convirtió en mezquita después de la conquista otomana en 1523, pero, afortunadamente no la tocaron, sólo añadieron al lado minarete que destruyeron los franceses en un bombardeo naval en 1915 y vuelto a reconstruir en 1997 en su forma original. O sea, Bodrum es la muestra perfecta de la capacidad humana que parece que sólo vivimos para destruir y construir e ir siguiendo la rueda el tiempo. Quizás el patrimonio arquitectónico no es otra cosa que aquel dicho tan catalán del aquí caic aquí m’aixeco (aquí caigo aquí me levanto), con las piedras también lo hacemos.

Las piedras del espíritu

Más allá de los tiempos prehistóricos y antiguos, es común que cada nación o religión tenga su lugar sagrado como puede ser una montaña, así como hay ríos y fuentes que lo son, o edificios con alta carga histórica y simbólica. A veces, el lugar más humilde puede tener un “espíritu” a veces llamado genius loci: una simple cueva, un monolito o un círculo de piedras altas y solitarias en un páramo vacío, una igesia románica en la montaña, un a punto de caer e inaccesible castillo, ruinas abandonadas, un viejo cementerio olvidado o una vieja casa lóbrega o una catedral gótica.

Wikiloc | Foto de Església de Sant Joan de Caselles (1/3)

Sant Joan de Casenelles (s. XI). Canillo, Andorra

Para poner un ejemplo, las pequeñas iglesias románicas de los valles del Pirineo catalán y andorrano, mantienen un espíritu del lugar. Son iglesias hechas de piedras toscas de una tipología arquitectónica muy simple y regular, bien proporcionadas, de escasas ambiciones monumentales que no proponen soluciones técnicas sofisiticades pero que por su sencillez y funcionalidad han perdurado a través de los siglos, como si siempre hubieran estado en el lugar. Se construían con la piedra de canteras muy próximas, de ahí que parezcan como un brote de la misma tierra a la cual se fusionan completamente. Son una referencia del poder eclesiástico en la época medieval, a la que corresponden, que era muy presente en todos los núcleos de población y el campanario era el punto visual más importante. Estas iglesias suelen tener influencia lombarda, parece que maestros de obras itinerantes procedentes de Lombardía dejaron esquemas de la planta  y el modelo de las arquerías ciegas externas; sin embargo, las levantaban maestros de obras rurales, que habían nacido y vivín en la zona, y con la piedra que tenían más a mano y que bien les servía. El paramento de los muros es normalmente irregular; la piedra pomez se emplea para los elementos decorativos ya que es muy fácil de trabajar. Las argamasas que atan los paramentos son de cal y de arena.

Church of Santa Coloma

Santa Coloma (s.XI). Andorra la Vella

Pongo por ejemplo la iglesia de Santa Coloma, en Andorra la Vella, la mayor parte de la cual permanece intacta desde el s.XI. Tiene como singularidad su campanario circular y la forma cuadrangular del ábside, cuando estas iglesias del Pirineo suelen tener campanario cuadrangular y ábside semicircular. Los materiales locales empleados para su construcción son el granito, la piedra pómez y losas de pizarra. En Andorra hay dos canteras de granito importantes y de composición muy similar. La más grande se encuentra en Engolasters y la más pequeña, el plutón de Santa Coloma, está justo en frente de la iglesia. En el folleto de visita de la iglesia leo: “El granito es una roca ígnea intrusiva, es decir, fomada en el interior de la tierra por la lenta solidificación de un magma, por tanto, los minerales pueden crecer hasta alcanzar tamaños que podemos ver a simple vista. En el granito de la iglesia [Santa Coloma] se pueden distinguir fácilmente los tres minerales principales que lo forman: quars- de color blanco transparente-, feldespato- de color blanco opaco- y biotita o mica negra- de color negro brillante”.

Andorra la Vieja - Wikiwand

Campanario de la Iglesia de Santa Coloma (s. XI). Andorra la Vella. Foto: Wikiwand

En cuanto a la piedra pómez, “es una roca formada por carbono cálcico, muy porosa, de color blanquecino y sin ningún mineral observable a simple vista. Se forma en la superficie de pequeñas cascadas de agua y en fuentes naturales con materia orgánica abundante”. En Andorra hay varios lugares donde se ha extraído piedra pómez a lo largo de la historia y hoy en día la explotación de esta piedra está prohibida por ley en el país. La piedra pómez pesa poco y es de fácil corte, es el material empleado para llevar a cabo las bóvedas de cañón y los diversos elementos decorativos de los edificios; por este motivo, en la iglesia la encontramos en la puerta de acceso y el campanario. La pizarra que se utiliza en el tejado del campanario y del porche es muy abundante en la geografía andorrana. Es de color gris oscuro y se rompe en losas o láminas, por lo que ha sido utilizada a lo largo de la historia para hacer tejados. Aún hoy, la normativa obliga a utilizar en las construcciones de nueva factura que se hacen en el país. Hay varios sitios de Andorra de donde se extrae la pizarra en losas, en los llamados llosers.

Reims Cathedral interior, France (High Gothic) note the large rose ...

Jean d’Orbais. Catedral de Reims (s.XIII), Francia

En las grandes catedrales de la época gótica la piedra también es omnipresente, aquí, ésta se impone por su carácter monumental. Una vertiginosa catedral gótica incita a un silencio reverencial y se detecta un casi palpable olor a santidad que proviene de sus altísimos arcos y elevado techo, es como una especie de alta cueva de piedra que inspira mucho respeto, especialmente por la proeza y complejidad de su construcción. La frenética actividad que conllevó la construcción de las catedrales, con los numerosos problemas de todo tipo que surgían, no se nota ni llegan a nosotros. Ha sido sobrepasada por la sensación de que como si supieras que algo divino o espiritual ocurre, incluso en los no creyentes. El filósofo Hegel escribió sobre la arquitectura gótica: “No hay ninguna arquitectura que dadas tan inmensas, pesadas masas de piedra… haya conservado sin embargo el tipo de lo ligero y grácil tan plenamente”. Aquí la piedra de la catedral parece que se ha liberado de su pesadez y de su materialidad para elevarse solemne y majestuosamente hacia el cielo. Nada que ver con la simplicidad de una iglesia románica arraigada en la tierra, al mundo campesino. Las catedrales son el prototipo de la arquitectura de las ciudades con todo su revuelo.

Monastery of Santa Maria de Ripoll | Cultural Heritage ...

Claustro del monasterio de Ripoll (s.XII-XV). Cataluña. Foto: Patrimoni Cultural Gencat

Este tipo de reverencia, ganas de estar en silencio o reconocimiento del espíritu del lugar o genius loci confluye cuando nos encontramos dentro de un claustro. Desprende una enorme sensación de paz y serenidad, nos sentimos bien bajo sus vueltas. Influye su disposición de planta cuadrada que aporta estabilidad, se convierte en los cuatro puntos cardinales que necesitamos y donde nos agarramos para sentirnos seguros en este deambular por la vida. Influye también, naturalmente, la presencia omnipotente de las piedras que tomando la forma de bóvedas, bancos, arcos y columnas, y las galerías que nos resguardan del viento, la lluvia y el sol. Vuelve a aparecer esta misión de la piedra como elemento protector, a la vez que, en el caso de los capiteles esculpidos de los claustros, se convierte en un medio para plasmar imágenes religiosas con un claro sentido didáctico, algunos de una gran calidad artística. Lo extraordinario de un claustro es que el peso de la piedra se ve aliviado por el patio central abierto que aporta luz y permite respirar y es apto para elevarse hacia la contemplación del cielo para el que tiene fe. Asimismo, se arraiga en la tierra a través de un pozo, una fuente, los árboles y plantas y las huertas que suelen situarse en este espacio central. En definitiva, si nos encontramos bien en un claustro quizás es porque contiene todo lo que necesitamos, con el valor añadido de la solidez de la piedra. Nada falta y nada sobra. Todo está en equilibrio, en su sitio.

Las piedras intimidantes

Imagen relacionada

Juan de Herrera. Palacio/Monasterio del Escorial (siglo XVI). España

Hay edificios en los que su construcción en piedra intimida, no invitan al recogimiento de una iglesia románica, o la espiritualidad de una catedral gótica o a la sensación de protección que ofrece un claustro. Sería el caso, para poner un ejemplo, del monasterio/palacio de El Escorial. Al pie de la Sierra de Guadarrama se alza la imponente mole de granito de este edificio de geometría pura y de aspecto frío y adusto, “sin nada que denote el paso del tiempo, que en cualquier edificio va dejando huellas; la implacable perfección geométrica no admite ni siquiera que el tiempo modifique lo más mínimo la voluntad soberana”, señala el arquitecto Ricardo Aroca.

Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

Juan de Herrera. Palacio/Monasterio del Escorial (siglo XVI). España. Foto: Lukasz Janyst

Se trata de un edificio que aún reconociendo todos sus valores artísticos y arquitectónicos, sus equilibradas proporciones y perfecta simetría, su extrema austeridad y severidad impone tanto que puede acongojar o intimidar, de entrada, no invita a la visita. Probablemente, el material con que está construido, el gélido granito gris, tan aguzado, influye mucho en esta percepción, así como la impresión que da de presidio, de espacio cerrado que la unidad del cubo contribuye a provocar también. El escritor Josep Pla escribió: “Es como un gran barco naufragado por el azar de las fuerzas cósmicas en el lugar donde ha naufragado. El viento, en los ángulos de granito, pasa cortando e inhóspito, como por la proa de un barco medio hundido”.

Juan de Herrera. Palacio/monasterio de El Escorial (siglo XVI). España

Su concepción matemática y su orden geométrico basado en el cubo y el cuadrado aplicado de manera rigurosa y su construcción impecable y contundente lo aleja de toda veleidad y superficialidad. Eres consciente de que surge de un momento muy significativo de la historia de la Península Ibérica. Un rey, Felipe II, una sociedad, una clase dirigente muy potente lo creó, precisamente es por la ausencia total de decoración, donde no hay nada que te distraiga, solo piedra, nada más, que muestra su poder absoluto. A raíz de la muerte de su padre Carlos V, en 1558, decidió fundar un monasterio bajo la advocación de San Lorenzo en el recuerdo de la victoria de San Quintín sobre los ejércitos franceses el día de San Lorenzo, 10 de agosto de 1554. Felipe II decidió el personalmente el emplazamiento y supervisó su construcción con maníaca minuciosidad y se erigió en solo 23 años. El historiador e hispanista británico John H. Elliot señala que “se escoge este lugar y no otro cerca de Madrid por lo espacioso del terreno, por la abundancia de agua y, sobretodo, por la existencia de una buena piedra para edificar, procedente de las canteras cercanas”.

La piedra de la sierra de Guadarrama es el granito duro, compacto y difícil de labrar y el color gris puede irse tiñendo de pardo por oxidación del hierro que puede contener, dependiendo de la cantera de procedencia. Los bloques se acarreaban de la cantera a la obra, donde se labraban y aparejaban a la medida de lo necesario en cada momento. La inventiva de los canteros puede apreciarse en lo variado del aparejo de la fábrica alrededor de los huecos.

Ricardo Aroca cuenta que los enormes volúmenes de piedra hacían la construcción muy lenta, entonces Fray Antonio de Villacastín, hermano de la orden, versado en el oficio de la cantería, propuso dividir la tarea en tajos simultáneos. El rey convocó a 60 maestros canteros del reino y fueron seleccionados 20. Entre cada dos se comprometieron a llevar a cabo uno de los diez destajos en que se dividió la obra, empleando al menos cada uno 40 oficiales, lo que supone del orden de mil personas trabajando, solo en la iglesia. Para más información ver mi ensayo sobre el cubo en la arquitectura de Juan de Herrera y Rafael Moneo: https://angelsferrerb.wordpress.com/2018/09/15/moneo-analiza-el-cubo-en-la-arquitectura-de-juan-de-herrera-y-su-relacion-con-ramon-llull/

Castillo de Sant Martí de Centelles, Cataluña. Foto: Cat de setmana

Los castillos, sobre todo los construidos con piedras, que son la mayoría, intimidan. Sin embargo, cabe decir que los europeos y los habitantes del Oriente próximo estamos acostumbrados a este tipo de edificaciones. En mi país natal, Cataluña, pocas poblaciones no tienen un castillo, así como en muchas otros del continente europeo e Inglaterra, aunque estén en ruinas sobre una colina o sólo quede una torre medio derruida o restos de una muralla. Forman parte de nuestro paisaje y de nuestra memoria colectiva. He crecido rodeada de castillos, en las colinas de la Plana de Vic, mi ciudad natal, todavía quedan sus restos y en lo alto de la ciudad permanecen importantes vestigios del castillo de los Montcada. Asimismo, con el paso de los siglos, algunos castillos se han ido reconvirtiendo en palacios o casas señoriales, sobre todo los situados en zonas más llanas. La construcción de un castillo propiciaba que a su alrededor se establecieran otras edificaciones que debía de protegerse con murallas. En Estados Unidos, mi país de adopción, no tenemos castillos y los echo de menos, en todo caso quedan baluartes de las guerras de la independencia en la costa este y de la colonización española en Florida como el de Saint Agustine o el de San Juan de Puerto Rico, pero no tienen la presencia imponente de un castillo medieval europeo. El castillo se encuentra en el imaginario de todo niño o niña europea al menos de los nacidos en el siglo XX y de antes (ahora ya no lo se). Quien no ha hecho castillos en la arena de la playa con la ayuda de cubos en forma de almenas, quien no ha leído cuentos o visto películas en las que aparezca un castillo y en cualquier juego infantil manual tipo lego, no ha construido un castillo. Recuerdo muy vivamente haber saltado de niña por los restos de estos castillos medio derruidos de las colinas de la Plana de Vic (Malla, Tona, Orís, Gurb, Sant Vicenç de Torelló, Saladeures, Sant Julià de Vilatorta, El Brull, Casserres, San Martí de Centelles, Savassona, etc….), jugar a esconderse o simplemente andar entre las piedras, y desde su posición elevada ver la niebla que cubría la Plana de Vic por la mañana; de mayor hacía lo mismo pero por estudios ayudada por la documentación. No olvidemos que a nivel mitológico Jerusalén era una ciudad amurallada, todavía lo es, y en la conciencia judeo-cristiana perdura este tipo de construcción. No hay edificio que responda más al pasado que un castillo porque ya no se construyen castillos hoy en la forma que los conocemos, ni de piedra. Restaurados, abandonados o llenos de turistas, todavía hoy los castillos parecen organismo vivos y las guías nos cuentan sus historias, reales o ficticias, de las que las piedras han sido testigo mudo, conocen las que no se saben y no protestan cuando se manipulan. Los castillos se construían con grandes sillares tallados de forma rectangular o cuadrada, procedentes de canteras cercanas, a veces, de la propia montaña donde se asentaban, a la que ya se han fusionado. A veces queda una sola torre, o muros desarmados que son suficientes para intuir el dominio que tuvieron. En Europa, los castillos forman una parte de la historia de un territorio sobre todo de época medieval que no se explica sin estas construcciones pétreas que parecen inexpugnables, incluso medio derribadas. Los muros ciclópeos que a veces rodean a los castillos, ya tenemos constancia de ellos en la Antigüedad, por ejemplo en Micenas, son realmente obras maestras de la construcción que han resistido los embates del afán innato de los hombres por la destrucción y valga la paradoja, para protegerse de la destrucción que ellos mismos causan.

File:Krak des Chevaliers Castle, Syria.jpg

Krak de los Caballeros, Siria. Foto: Wiki

Asociamos los castillos a la violencia, una sociedad pacífica no necesita fortalezas. Si se construyeron en la cima de montañas o promontorios era para defenderse pero también para controlar un territorio, desde una posición elevada, por tanto se convierten en un potente símbolo de un poder terrenal vinculado a un espacio inaccesible, con un señor del castillo intocable que hace y deshace, que puede encerrar a quien quiera entre sus muros, o lanzar desde la torre más alta a quien quiera. Su situación en lugares encaramados ofrece una morada sólida, reducto inexpugnable, los castillos medievales dan la impresión de seguridad, son símbolo igualmente de protección. Sin embargo, sus paredes macizas y murallas, que servían para defenderse de todo tipo de agresiones, provocan una sensación de intimidación. Cuántas historias de asaltos a castillos, subiendo por sus murallas, por estas piedras imbatibles donde se busca una rendija para entrar en el recinto sellado por enormes piedras, la historia ha documentado asedios que duraban años para conquistar una ciudad amurallada y su castillo. La pintura y los relieves escultóricos lo han representado, la literatura lo ha recreado y el cine lo ha escenificado. Cuando estás dentro de un castillo la intimidación aumenta, aunque hoy, en los que están museizados, la sensación se alivia. Sin embargo, al cabo de un rato, -al menos a mí me pasa-, tengo ganas de salir, los largos o estrechos y oscuros pasadizos, las habitaciones de techos altísimos, la poca luz, las pocas ventanas estrechas, las piedras tremendas parece que te agarran, y ya no hablemos de las mazmorras donde los sillares parecen más grandes, entonces de la intimidación se pasa al terror, sólo con pensar en la gente que ahí estuvieron encerradas.

File:Palace of the Grand Master of the Knights of Rhodes (9454421010).jpg

Castillo/ Palacio del Gran Maestre de la orden Caballeros Hospitalarios de San Juan. Rhodas, Grecia. Foto: Wiki

La cuestión de la arquitectura militar es que evoluciona muy poco, un castillo del s. XI no es muy diferente a uno del XV, su tipología arquitectónica es muy repetitiva a lo largo de los siglos, torres, almenas, fosos, puertas inquebrantables, patios cerrados y muros… no admite demasiadas florituras como los palacios o las iglesias. Y todos han sufrido derribos y reconstrucciones que luego se refuerzan con mejoras técnicas sin cambios sustanciales de estilo. No da para más. La violencia, pues, no permite hacer volar la imaginación de los arquitectos. En la Edad Media los cruzados fueron grandes constructores de castillos/fortalezas en su camino hacia Tierra Santa. Conquistaron tierras y crearon lugares donde asentarse en sus idas y venidas con formidables castillos, morada y edificación defensiva a la vez. Vinculados a órdenes militares con sus esoterismos incluidos. Construidos por los arquitectos de la orden de los caballeros Templarios o por los del Hospital de San Juan, no son muy diferentes entre sí, fortalezas de piedras imponentes, emplazados en lugares maravillosos junto al mar. He visitado los Rhodas (Grecia), Bodrum (Turquía), San Juan de Acre (Israel) o KraK de los Caballeros, este en el desierto de Siria. Tal como con los castillos en Europa, tienen lo que ahora llamamos unas buenas vistas y antes era control del territorio o del mar. Los castillos se han convertido en un atractivo turístico y los que se encuentran dentro de las ciudades pueden cohesionar un centro histórico y revalorizarlo. La piedra aquí ya no intimida, reclama. A quien no le gusta pasear por un pueblo medieval con su castillo.

File:Lleida-15-1 seu vella.jpg

La Seu Vella, Catedral de LLeida (s. XIII). Foto: Wiki

En la época medieval muchas iglesias tomaron prestada la forma de las torres de un castillo, especialmente las catedrales. Sus altos campanarios no se culminaban con almenas pero sí que se coronaban con techos triangulares, cúpulas o altas agujas. Podían ser torres muy esbeltas y tan altas que se podían ver de muy lejos. Los obispos eran los auténticos señores de estos edificios, como el señor feudal de su castillo, y querían una construcción poderosa, altiva y tan intimidante como un castillo para atraer a sus fieles, otro tipo de servidores, de hecho. Se terminaron convirtiendo en verdaderos baluartes episcopales imponentes. La diferencia es queen tiempos de guerra podían devenir refugios, espacios sagrados que no se podían violar. El Abad Oliva, abad de los monasterios de Ripoll y Sant Miquel de Cuixà y Obispo de Vic (en la actual Cataluña), ante las frecuentes disputas sangrientas entre nobles estableció en el año 1027, el decreto de Pau i Treva de Déu, por la cual se establecía el derecho de refugio que la iglesia ofrecía dentro del templo y en las sagreras (un espacio perimetrado alrededor) y se prohibían las acciones bélicas dentro. Al paso de los siglos medievales, ya en los siglos XII y XIV, en las iglesias y catedrales, situadas en altos promontorios, además de sus torres/campanarios que son como de vigía y defensa, se les añadieron grandes cimborios y otros elementos arquitectónicos parecidos a arquitecturas militares de volúmenes muy sólidos y macizos, y muros que parecen murallas que imponen tanto como un castillo. Incluso podían ser convertidas en fortalezas militares como ocurrió con la Seu Vella de LLeida (imagen superior) cuando en 1707 el rey Felipe V, la convirtió en ciudadela militar.

Las piedras del dolor y la crueldad

Resultado de imagen de castell de montsegur images

Castillo cátaro de Montsegur. Occitania, Francia

Vinculados al tema de la violencia, los castillos son también moles de piedras con sus respectivos genius loci. Tenemos el ejemplo del encaramado castillo de Montsegur, en Occitania,  puesto que es objeto de un montón de mitos y leyendas tan deslumbrantes como un Stonehenge pero con hechos históricos tan escalofriantes como los citados sacrificios humanos atzecas, lo que ocurría en la Torre de Londres o en las cárceles de la Santa Inquisición española, todo lo que conlleva de destrucción una guerra hasta Auschwitz, como tantos y tantos en la historia de la humanidad. Se dice que Montsegur era un calendario astronómico, las noches de solsticio de verano y por San Juan el recinto de Montsegur se llena de iluminados o visionarios que quieren ver salir el sol; se dice que cada vez que el sol entra en un nuevo signo zodiacal, los rayos iluminan algún punto clave de la construción. El mito más extendido es que el Santo Grial se ocultaba en Montsegur, leyenda que proviene del hecho de que los historiadores han documentado un tesoro que, en realidad, consistía en unas pocas piezas de oro y plata, pero que ha hecho volar tanto la imaginación que se ha llegado a creer que era el sagrado cáliz. Lo que sí desgraciadamente es cierto es que el castillo de Montsegur fue el ultimo reducto del catarismo, una religión considerada herética por la iglesia y finalmente vencida por una cruzada ordenada por el Papa Inocencio III. Occitania, en el siglo XII, era un país próspero y codiciado por los señores feudales del norte de Francia que se unieron a esta cruzada papal. El año 1243 se decidió la destrucción de Montsegur en un concilio católico en Beziers. Asaltaron el castillo y en el asedio final los vencedores prepararon una hoguera al pie del peñasco en el que fueron quemados vivos más 200 cátaros por no querer abjurar de su fe. Una estala de piedra con una cruz conmemora este lugar.

Resultado de imagen de montsegur camps dels cremats images

Estela de piedra conmemorativa de los quemados en la hoguera de Montsegur. Occitania, Francia

Los monolitos son luchas contra el olvido, delante de un monolito conmemorativo de lugares donde han ocurrido hechos horribles percibimos sensaciones diversas que van desde el escalofrío al miedo y el respeto hasta la sensación de presencias del pasado. Incluso las personas más prosaicas, científicos y académicos incluidos, suscriben la idea de que hay una especie de “atmosfera” en este tipo de “piedras”. Las llamo piedras del dolor y de la crueldad, cuando además de monolitos hay ruinas, los restos que “petrificados” – nunca tan bien dicho- presenciaron este sufrimiento y que transmiten congoja cuando se entrevé el horror, sea debido a guerras, maltratos, abusos de todo tipo e injusticias, etc. Muchas veces un hecho y un lugar reúne todo eso. Pongo por ejemplo una plantación azucarera en la Florida del siglo XIX que explotaba a esclavos y vivió guerras e injusticias varias.

Bulow Plantation Ruins Historic State Park | Florida State Parks

Bulow Plantation. Flagger Beach, Florida. Foto: Florida State Parks

En la antigua plantación BullowVille se cultivaba y procesaba caña de azúcar, algodón, arroz e índigo. Se situa en Flagger Beach, en la Florida de la costa atlántica, ahora un lugar turístico de largas playas y hermosos parques naturales. La plantación forma parte del Bulow Plantation Ruins State Park y sus ruinas se han consolidado y adecentado para la visita. Las ruinas, entre vegetación tropical, incluyen restos de una casa solariega, la fábrica, los muelles, pozos, el molino de azúcar así como las cabañas de los esclavos de las que solo quedan las trazas y cimentos. Las edificaciones estaban construidas con “roca coquina”, que es una manera de construir en esta zona de Florida que consistía en piedra, argamasa y trozos de conchas (coquinas).

La plantación fue iniciada en 1821 por Charles Bulow y continuada por su hijo John. En ese momento, Bulow era considerada la plantación más grande y próspera del este de Florida. Bulow trajo más de 300 esclavos para las fases iniciales de construcción y preparación de la tierra. Los esclavos fueron los que limpiaron y plantaron más de mil acres de caña de azúcar y mil doscientos acres de algodón, los que recogían y elaboraban los productos. El trabajo en la azucarera era extremadamente duro y la visita al lugar y los restos de piedra permiten que casi visualices las condiciones, lo cual produce una gran congoja, es aquello que ya no sabes donde mirar. “John Bulow era considerado una especie de monstruo”, dice el profesor de arqueologia de la Universidad de Florida, James Davidson, quien cita a un oficial del ejército de los Estados Unidos estacionado brevemente en la plantación Bulow durante la Segunda Guerra Seminole que escribió sobre el trato cruel hacia los esclavos africanos e incluso el asesinato de tres de ellos por el propio Bulow.

Bulow Plantation Ruins Historic State Park | Florida State Parks

Bulow Plantation. Flagger Beach, Florida. Foto: Florida State Parks

Estas piedras de la Bullow Plantation reflejan el trato que los nuevos gobiernos estadounidenses depararon a los nativos americanos. Esta zona estaba habitada por los indios Seminole. Tan pronto como Estados Unidos adquirió Florida a España, comenzó a instar a los indios a dejar sus tierras y trasladarse junto con otras tribus del sureste al llamado Territorio Indio, lo que hoy es Oklahoma. Algunos líderes Seminole firmaron un tratado en 1832 que renunciaban a sus tierras en Florida en un plazo de tres años, pero otros no, unos se mudaron a los Everglades y otros se quedaron. Entonces, cuando en 1835 llega el ejército de los Estados Unidos a Florida para hacer cumplir el tratado del gobierno, los indios Seminole que no aceptaron esta política de expulsión forzosa de su tierra, les plantaron cara y empezó la llamada Segunda Guerra Seminole (1835-1842), la guerra más feroz librada por el gobierno de los Estados Unidos contra los indígenas americanos.

En el marco de esta guerra, en 1836 los Seminole atacaron y destruyeron BulowVille y dieciséis plantaciones más a lo largo de los ríos St. Johns y Halifax. La plantación fue abandonada un año después y lo que ahora se puede visitar son los restos carbonizados de lo que quedó de pie. John Bulow había abandonado la plantación un año antes y se fue a París donde murió al poco tiempo. Y en cuanto a la guerra, el final de las hostilidades llegó en 1842, aunque nunca se firmó ningún tratado de paz. Para entonces, la mayoría de los Seminole se habían trasladado a Oklahoma y los pocos que quedaban las constantes patrullas militares y las recompensas por la captura de indios redujeron la población Seminole a aproximadamente 200 individuos en 1858.

Bulow Plantation Ruins Historic State Park | Florida State Parks

Bulow Plantation. Flagger Beach, Florida. Foto: Florida State Parks

Volviendo a los esclavos de la plantación Bulow, se ha podido saber como eran sus viviendas gracias a una de las reclamaciones por daños y perjuicios que, debido a la guerra, la familia Bulow presentó al Congreso de los Estados Unidos. Se describen 46 cabañas, de 3 por 4 metros hechas con bloques de piedra coquina y techos de tejas, se ha calculado que podían vivir en estas pequeñas cabañas de 6 a 7 personas, contando con el número de esclavos que tenía la plantación. En las excavaciones de la Universidad de Florida realizadas en los cimientos de una de estas cabañas, en 2018, James Davidson pudo confirmar  la crueldad del propietario por la escasez de material encontrado, lo que a su pareer indica que no poseían casi nada, algunos cuencos de cerámica procedentes de la casa solariega que se supone que era lo que se desechaba y útiles para hilar. Es casi imposible pasearse indiferente por lugares como esta plantación, como si fuera una atracción turística más (es así como la presentan, en realidad). No los contemplamos de una manera objetiva y razonable, aunque  los paneles de información de la plantación no esconden que hubo esclavos destacan, antes que nada, la importancia de esta azucarera y otras de la zona para el desarrollo económico de Estados Unidos…

Lalibela, an Ethiopian UNESCO World Heritage Site Famed for Its Rock-Cut  Churches, Has Been Seized by Military Forces | Artnet News

Iglesia de Lalibela (s. XIII). Etiopía. Foto: Hon Chiu Vincent

Otras piedras no muestran o representan el dolor o la crueldad, sino que la sufren. Es cuando por guerras o por motivos religiosos se destruyen o corren peligro de desaparecer. La historia de la Humanidad se puede recorrer y relatar de punta a punta por las destrucciones de sus edificios de piedra, creo que no hay civilización que no haya destruido  “sus piedras valiosas” o las de su vecino a sabiendas o por ignorancia. De ahí, las ruinas ya mencionadas. Pero es que aún ocurre en el siglo XXI. Casos recientes en Siria con los templos de Palmira dinamitados por ISIS, o los dos Budas gigantes de Mabiyan dinamitados por los talibanes y en 2021 las fuerzas militares del Frente de Liberación Popular de Tigray, un grupo de ideología nacionalista étnica y marxista leninista, han ocupado Lalibela, en Etiopía, un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978, conocido por sus once iglesias excavadas en la roca. Se construyeron en el siglo XIII de una manera monolítica, es decir, cada una tallada en un solo bloque de piedra gigantesco, sin añadir argamasa, ni cemento, ni madera, más que construidas se puede decir que estan esculpidas en el subsuelo de roca volcánica. Debido a la lava, el basalto se enrojeció por el hierro y, con los gases atrapados en el interior, hizo que esta piedra fuera liviana y fácil de tallar. Las iglesias tienen formas cúbicas ya que la mayoría son de planta de cruz griega. Las iglesias están conectadas por largos túneles y trincheras subterráneas. Se cree que los rebeldes del Frente tomaron el control de la ciudad sin disparos, pero algunos residentes locales han huido y existe preocupación por la seguridad de las iglesias y que no sufran un cleansing culture. En un comunicado, la UNESCO ha declarado que su comité científico está seriamente preocupado que la extensión del conflicto bélico etíope en Lalibela no comporte la destrucción del sitio o daños como ocurrió en Siria y en Afganistán. 

Lalibela - Wikipedia

Iglesia de Lalibela (s. XIII). Etiopía. Foto: Wiki

Lalibela es un lugar sagrado cristiano ortodoxo etíope, su construcción se atribuye al rey Lalibela (aproximadamente entre 1181-1221) a raíz de las Cruzadas cristianas a Tierra Santa. Lalibela, de la dinastía Zagwe, fue a Jerusalén y cuando regresó intentó crear una nueva Jerusalén en suelo africano, una Jerusalén negra y cristiana en las alta tierras de Etiopía (las iglesias estan a 2.500m de altura) accesible a todos los etíopes. Las iglesias todavía se utilizan para el culto diario y ceremonias especiales, recibiendo peregrinos y grandes multitudes en Navidad y Semana Santa. Como no se sabe quién las construyó, los fieles de la Iglesia Ortodoxa Etíope creen fueron talladas por ángeles. Leo en Art News -y veo las fotos- que la Unesco y equipos internacionales, en 2007, hiceron una más que discutible “reforma”: la de poner como unos paraguas para protegerlas, cosa que los locales no entendían y las llamaban cubierta de gasolineras, siempre habían estado al descubierto, sin graves problemas. Según sus creencias no se puede tocar una piedra ya que son sagradas.

Las piedras de la proeza

Wright Brothers National Memorial Information | Kill Devil Hills ...

Wright Brothers National Memorial. Kitty Hawk, North Carolina

Volviendo a los monolitos, ocurre al revés cuando estamos delante de un monolito o monumento conmemorativo a alguna proeza de la humanidad. Para los que somos amantes de los aviones y de volar, pongo por ejemplo el monolito gigante, el Wright Brothers National Memorial, dedicado a los hermanos Kilbur y Orwill Wright, quienes en 1902 diseñaron y despegaron con el  primer avión con vuelo a motor de la historia de la aviación. Se trata de un monolito/torre de granito, feote, de 27 metros de altura que se construyó en la cima de la colina de Kill Devil Hill, en Kitty Hawk, Carolina del Norte en 1932.  Desde la cima de esta colina, al lado del oceano Atlántico, se ve la planicie desde donde despegó el rudimentario primer avión, una réplica del cual está en el recinto del parque. El lugar es especial, siempre ventoso, refleja bien lo que había sido el sueño del hombre desde sus origenes: volar. “Su historia no se trata simplemente de construir el primer avión, sino de cómo resolvieron científicamente los problemas del vuelo propulsado”, se escribe en el centro de interpretación. En el monolito/torre hay inscrita la frase In commemoration of the conquest of the air by the brothers Wilbur and Orville Wright conceived by genius achieved by dauntless resolution and unconquerable faith”. Encima de la torre hay un faro marino y en el granito se dibujan los rayos del sol. El monumento fue diseñada por los arquitectos Robert Rodgers y Alfred Easton Poor.

Las piedras de las glorias

File:Statue Dante Florence.jpg - Wikimedia Commons

Enrico Pazzi. Monumento a Dante Alighieri (1865). Florencia, Italia

O sea, estos elementos de piedra, monolitos dedicados a proezas o episodios remarcables o estatuas que retratan a personajes históricos o poetas, pintores, escritores, músicos, a los cuales se les suele añadir atributos a sus hazañas o aptitudes, se denominan también con frecuencia monumentos. Las ciudades han utilizado la piedra para inmortalizar a sus glorias (también el bronze) y forman parte del paisaje urbano, de la memoria colectiva de todos. La palabra monumento proviene de una palabra latina que significa recordar. Una estatua quiere atribuir al personaje la inmortalidad y, escultóricamente, busca la atemporalidad. Estos recordatorios son lo que queda físicamente de lo que o a quien se ha dedicado; las cosas cambian y los monumentos permanecen, sólo indefensos ante el paso del tiempo, ante el desgaste si son de otros materiales pero si son de piedra no hace falta ni mantenimiento, excepto si son objeto de vandalismo. Ahora bien tampoco son inalterables, a veces el fin de un período histórico/político o el inicio de una revolución, lo primero que se hace es demolir el monumento, estatua o monolito que lo representaba. O no. Recordemos que en España nadie ha demolido el infame cruz/monolito de granito del Valle de los Caídos en recuerdo a la dictadura franquista o arcos de la victoria varios. (Me abstengo de buscar la foto).

Mount Rushmore National Memorial, Keystone - Tripadvisor

Gutzon Borglum y  Lincoln Borglum. Mount Rushmore National Memorial (1941). Keystone, South Dakota

A veces estos monumentos llegan a la megalomanía como el Mount Rushmore en Estados Unidos, ubicado en Keystone, South Dakota, donde el granito de la montaña de Rushmore fue tallado por el escultor Gutzon Borglum y su hijo Lincoln los cuales diseñaron y ejecutaron entre 1927 y 1941 las cabezas a escala gigante de los presidentes norteamericanos George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln. Los cuatro presidentes fueron elegidos por representar el nacimiento, crecimiento, desarrollo y preservación de la nación, respectivamente. No conozco el lugar pero por las fotografías y especialmente por el final de la película de Alfred Hitchcock North by Northwest, el lugar parece espectacular. Bien, los egipcios con su Ramsés en Abu Simbel (imagen inferior) hicieron más o menos lo mismo. Me abrumó el lugar, supongo que en Rushmore me pasaría lo mismo. Pero es indudable que la piedra realza su poder!

Abu Simbel - Wikipedia

Templo de Ramsés II. Abu Simbel, Egipto

La piedra de la esperanza

El problema de los monumentos o memoriales dedicados a personajes es que suelen caer en el culto a la personalidad, prevalece la grandeza, la majestuosidad. Hay monumentos de estos en todas partes. A veces no lo merecen, cuando se trata de dictadores o miltares sanguinarios,  a veces sí, como el caso de Martin Luther King, en el memorial situado en el West Potomac Pak de Washington DC, un bonito lugar al lado del río, en el Tidal Basin, enfrente del monumento a Jefferson, inaugurado en 2011 por el presidente Barack Obama en el 48 aniversario de The March on Washington for Jobs and Freedom.

Martin Luther King, Jr. Memorial (U.S. National Park Service)

Lei Yixin. Martin Luther King Jr. Memorial (2011). Washington DC. Foto: National Park Service

Lo incluyo por ser de piedra ya que en eso estamos, porque si alguien lo merecía es King, y porque sus autores para diseñar el memorial se basaron en una contundente y hermosa frase del discurso de King I Have a Dream de 1963 donde el simbolismo de la piedra es capital:

With this faith, we will be able to hew out of the mountain of despair a stone of hope.

Se puede traducir así: Con esta fe podremos labrar de la montaña de la desesperación, una piedra de esperanza.

Para el monumento se convocó un concurso y se presentaron 906 trabajos. En el año 2000 el jurado eligió el proyecto de ROMA Design Group que consistia en una piedra con la imagen del Dr. King emergiendo de una montaña. El monumento te conmueve y, a la vez,  te impone. Una montaña de la qual se ha cortado un bloque del que emerge la figura de Martin Luther King simbolizando la montaña de la desesperación y la piedra de la esperanza. La montaña está raspada para simbolizar la lucha y el movimiento social e incorpora  la famosa frase y otras de su discurso. Se entra en el memorial por el corte de la montaña y se llega hasta la piedra donde King mira al infinito pensativo, pero decidido. Tiene la atemporalidad de este tipo de esculturas/monumentos. Para tallar el granito se escogió al escultor chino Lei Yixin. Cuenta la página web del Memorial que Lei “llenó las paredes de su estudio con cientos de fotografías del Dr. King, y las estudió hasta que mantuvo firmemente en su mente la esencia del espíritu del hombre”.

Martin Luther King Jr. Memorial - Wikipedia

Lei Yixin. Martin Luther King Jr. Memorial (2011). Washington DC. Foto: Wiki

La escultura y la montaña están compuestas por 159 bloques de granito que fueron transportados al estudio Lei en Changsha, China, donde ensambló y esculpió el 80%  de la obra. Luego fue desarmada y transportada por barco al puerto de Baltimore, donde se ensambló nuevamente con destino en Washington DC y Lei la terminó en el mismo sitio. Completa el conjunto un muro con cascadas de agua donde se inscriben las citas que abarcan la larga carrera de derechos civiles del Martin Luther King y representan sus ideales de paz, democracia, justicia y amor. O sea, en este caso la piedra se ha convertido en una mensanjera de la esperanza. El monumento se ha contemplado a escala humana y se agradece cuando se visita, el problema es que visto desde el otro lado de la Tidal Basin, desde el monumento a Jefferson, se ve muy pequeño, no se puede discernir el conjunto.

Los puentes y acueductos

The Roman Aqueduct of Pont du Gard (Illustration) - Ancient ...

Pont du Gard. (s. I). Vers-Pont-du Gard. Occitania, Francia

Ahora suelen ser de hormigón y acero pero quien no se ha maravillado delante de los viejos puentes de piedra y acueductos, que aún siguen en pie! y que se han conservado muy bien. Recordemos el acueducto du Pont du Gard, en Francia, o el les Ferreres de Tarragona, en Cataluña o el de Segovia en España y los que aún son útiles en Roma con el mismo propósito: canalizar el agua hacia la ciudad. Obras de ingeniería muy bien pensadas y tan bien ejecutadas que a los ojos de hoy estas espléndidas arquerías de los acueductos romanos, sean completas o ya mutiladas, unen lo útil con lo bello y forman parte del paisaje urbano o rural.

File:Acueducto de Segovia - 23.jpg

Acueducto de Segovia (S. II). España. Foto: Wiki

Colosal arquería de granito es la que domina la ciudad de Segovia, con leyenda incluída  que atribuye su construcción al diablo. En el siglo pasado este acueducto aún administraba agua desde el manantial del río Frío, que dista a unos 15 kilómetros de la ciudad y a través de los accidentes del terreno, el agua se desliza hasta la torre del agua llamada el Caserón, punto en el que comienza la arquería de 728 m de longitud, y desde su altura mínima de siete metros en el arranque de los arcos llega hasta casi los 30 metros en la plaza del Azoguejo, sin contar los cimientos, de 5,50 metros, en total suman 163 arcos. No se sabe a ciencia cierta la fecha de su construcción, sólo que fue una obra de intendencia militar en el s.II. Es la más importante y colosal obra romana de la Península Ibérica. Había abundancia de piedra de buena calidad en la zona y aún estan bien conservado. El arquitecto Ricardo Aroca explica que “el granito se meteoriza con el tiempo, convirtiéndose en arena y en las piedras procedentes de la cabeza de la cantera este proceso de arenización estaba ya iniciado cuando se colocaron, lo que unido a la contaminación [se pasaba por debajo con el coche] ha obligado a actuar sobre 621 sillares. Aún así, el 87% de los sillares se encuentran en buen estado después de casi dos mil años!” El acueducto es patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Puente Romano de Cangas de Onís. Asturias. Los 10 puentes ...

Puente medieval (llamado puente romano). Cangas de Onís, España

En cuanto a los puentes su simbolismo es claro: unión entre pueblos, entre personas, entre ideas, comunicación, etc. Y cuando son de piedra decimos que ellos continuan ahí, imperturbables, mientras el río discurre por debajo de sus arcos, en un todo pasa y todo queda. Solo las guerras los han abatido o la destrucción del antiguo por uno nuevo. El origen de los puentes se remotísimo, los romanos despuntaron en su construcción.

Asimismo, aún se conservan los puentes de época medieval tanto los románicos con sus arcos de medio punto como los góticos con sus arcos apuntados con la forma de esquena d’ase (espalda de asno), con pendientes muy pronunciadas en cada lado y punto agudo en su centro. Estos  puentes góticos con sus altos arcos apuntados como el de Martorell en Cataluña (imagen inferior), de origen romano, o el de Cangas de Onís, en Asturias, o el de Ceret en Francia, en su momento, tenían los arcos más altos de Europa. Son pasto de leyendas que provienen del mundo medieval.

Roman bridge or Pont del Diable in Martorell

Pont del diable (s. XIII, reconstruido en 1963). Martorell. Foto: Catalunya.com

Siempre me ha intrigado el hecho de que muchos de estos puentes medievales de piedra se llaman del diablo. Los hay en Francia, Cataluña, España, Alemania, Suiza, Portugal y el Reino Unido, en Méjico y en Sudamérica; en Norteamérica, que yo sepa, no hay puentes llamados así. Las leyendas populares cuentan que habrían sido construidos por el diablo o con su ayuda en un pacto con el ingeniero para superar las dificultades y resolver bien el puente, o bien el diablo es su adversario y le mete todas las trabas posibles. Detrás de la leyenda, la realidad es muy clara: estos puentes eran muy difíciles de construir, representaron un gran avance técnico y por lo tanto había obstáculos constructivos, a veces se les derrumbaban. Sus ingenieros y los obreros que los construían eran héroes, requería un gran esfuerzo y era peligroso, casi como una catedral. De ahí que en el mundo medieval, que creía en la presencia de ángeles y demonios en la vida diaria, además de la arraigada creencia religiosa, las dificultades se asociaban al diablo, con los escasos medios técnicos de la época su construcción era una verdadera proeza y no siempre se lograban. Aún así, son muchos los que, más o menos restaurados, se mantienen en pie. Otras leyendas se refieren a pastores o ancianas que debía cruzar al otro lado del río y en un pacto con el diablo y a cambio de su alma éste les construiría un puente o como los constructores engañaban al diablo para seguir adelante con el puente. Hay tantas leyendas como imaginación tienen los hombres y mujeres.

File:Pont del Diable de Ceret.jpg - Wikimedia Commons

Puente del diablo de Ceret (s. XIV). Occitania, Francia

Leo que en el de Ceret, que se extiende encima del rio Tech, los lugareños querían que se construyera un puente sobre el río y pidieron al diablo que lo construyera para ellos. El diablo aceptó con la condición de que reclamaría la primera alma en cruzar el puente. Una vez construido, los lugareños enviaron un gato para que el diablo reclamara su alma. Luego, ninguna persona quería cruzarlo, por si acaso, esta leyenda es común a muchos puentes del diablo en Francia.

La literatura fantástica también ha tratado el tema del puente. El fascinante y enigmático libro, El sueño de Polífilo, editado en Venecia en 1499 y atribuido a Francesco Colonna, narra las peripecias de Polífilo en su viaje iniciatico en busca de su amada Polia por un mundo poblado de arquitecturas fantásticas, lugares mágicos, ruinas, ninfas y monstruos. En una ocasión, le pregunta a la ninfa llamada Logística porque a su salida de la caverna subterránea se topó con un hermoso y antiguo puente de mármol de Himeto, cuyos pretiles, uno era de piedra pórfida y otro de piedra ofita. La ninfa le respondió: “La piedra de pórfido es de tal naturaleza que no sólo se quema en el horno, sino que vuelve incombustible a las otras piedras que están cerca. Así es la verdadera paciencia, que no sólo no se enciende, sino que apaga a los que están encendidos”. Y en cuanto a la piedra de ofita, ésta no se arquea con el peso.

The Mehmed Paša Sokolović Bridge in Višegrad, protected by UNESCO ...

Mimar Sinan. Puente de Mehmed Paša Sokolović (1577). Visegrad, Bosnia y Herzegovina

Hablando de puentes recomiendo la extraordinaria novela del escritor serbio, premio Nobel de Literatura en 1961, Ivo Andric, El puente sobre el Drina. La trama se desarrolla en la ciudad de Visegrad y su puente llamado Mehmed Paša Sokolović por un período de cuatro siglos de dominación otomana y austrohungara y  las relaciones de sus habitantes a ambos lados del puente, musulmanes y ortodoxos de Bosnia y Herzegovina. El puente de piedra es omnipresente en la novela, inmutable, no obstante reflejo de un devenir histórico y sus graves conflictos.

No conozco el puente, pero la novela nos lo describe con todo detalle. El puente, con sus 11 arcos de mampostería es patrimonio de la Humanidad, la Unesco lo considera una muestra del apogeo de la arquitectura monumental otomana y la ingeniería civil. Es una obra maestra del gran arquitecto otomano Mimar Sinan.  Ubicado en una posición de importancia geoestratégica, el puente es testigo de importantes intercambios culturales entre los Balcanes, el Imperio Otomano y el mundo mediterráneo, entre el cristianismo y el Islam hasta el siglo XX cuando sufrió graves daños durante las dos guerras mundiales y, después de reparaciones temporales, se reconstruyó con el mismo tipo de piedra a principios de la década de 1950. Otra de las razones por las cuales la Unesco lo incluyó en su lista, según su comunicado, es porque aunque la piedra resiste sus cimientos pueden verse amenazados por el uso de las dos centrales hidroeléctricas, una en Bosnia y otra en Serbia, que afectan los niveles de agua del río.

Sean de verdad, sean legendarios o novelados, siempre es emocionante cruzar estos puentes, pisar la piedra milenaria que resuena, ver discurrir el río…

Las fuentes

No hay nada más unido a las piedras que una fuente, muchos ríos han nacido de un manantial que brota entre piedras y las fuentes se han construido con simples piedras o sillares y un caño de metal desde el origen de los tiempos para canalizar el agua que bebemos, así como son de piedra las cuencas de los estanques o los abrevaderos. La fuentes encauzan un elemento fundamental para la vida humana que es el agua y  cuando brota es símbolo de fuerza vital para los seres humanos. Suele hacerlo protegida y acompañada de las piedras. Al principio las fuentes cumplían un rol funcional para abastecernos el agua preciada, aún hoy las encontramos en los caminos de montaña o en las esquinas de calles o en pequeñas plazas de los pueblos.

Fem safareig…al rentador de Tavertet | fonts naturals, aigua ...

Fuente de Sant Cristòfol. Tavertet, Cataluña. Foto: Ramon Badia

Las fuentes de piedra forman parte de la infancia de los que ya hemos pasado lo años de juventud y procedemos de un medio más o menos rural. Recuerdo de pequeña ir con mis padres y hermanos a buscar agua a las fuentes, a les Set Fonts Sant Julià de Vilatorta. Recuerdo aún vivamente el sonido de los manantiales, el agua muy fría, en un hermoso lugar entre árboles y frondosa vegetación; o la fuente de Sant Cristòfol de Tavertet (imagen superior), donde vivían mis abuelos paternos, una fuente en forma de casita con un muy buen aprovechamiento del agua ya que además contenía un abrevadero y un lavadero, hecha con sillares que se han desgastado con el tiempo pero que siguen ahí imperturbables, tal como la volví a ver no hace mucho. Ir a buscar agua a la fuente era un ritual familiar extremadamente agradable y de lo más normal. Me dicen que ahora las aguas de las fuentes de Sant Julià de Vilatorta están contaminadas.

Tarragona… ¡Tierra de cultura! | Latitud91 Blog

Fontana del monasterio de Poblet (1151). Cataluña

A las fuentes las solemos llamar fontanas cuando son más grandes y pueden considerarse una extensión de la arquitectura o son como una escultura que juega con el agua, las encontramos en el patio los claustros, a veces se le da suma importancia como en el caso del monasterio de Poblet donde se protege la fontana o lavadero con un templete con boveda de crucería en el estilo cisterciense del monasterio. O las encontramos en los patios de las mezquitas. En estas tienen un sentido religioso también. En el Islam las fuentes son necesarias porque los fieles hacen sus abluciones antes de asistir a la oración.

Fountain of Neptune, Florence - Wikipedia

Baccio Bandinelli (1575). Fuente de Neptuno. Florencia, Italia

En las ciudades las fuentes se fueron sofisticando y perdieron su función de abastecer  agua para convertirse en decorativas, algunas son verdaderas obras de arte. Se sitúan en las plazas y combinan cuencas grandes y hondas con esculturas, sean de tema cristiano o mitológico, a veces con grandes chorros y saltos de agua. Pueden ser monumentales. Se diseñan para funcionar en el entorno arquitectónico que la rodea y, por lo tanto, con la intención de embellecer y enriquecer este entorno. Las plazas italianas son las reinas de este tipo de fuentes, algunas son incluso de mármol (las esculturas casi siempre). Por ejemplo la Fuente de Neptuno, situada en la Piazza della Signoria de Florencia (imagen superior), que presenta al dios romano del mar con varias náyades, o las de Bernini en Roma o la de la plaza de Perugia. Y en muchas otras ciudades en todo el mundo. Qué ciudad no tiene su fuente con su surtidor o manantial.

Villa d'Este

Pirro Ligorio. Jardines de Villa d’Este (s. XVI). Tivoli, Italia

La sofisticación máxima de las fontanas llega cuando se situan en jardines y parques de villas y palacios, como por ejemplo las del palacio de Versalles, o las de la Villa d’Este en Tivoli  o las del palacio de la Granja de San Ildefonso en Segovia que son unas verdaderas obras de ingeniería donde las fuentes de piedra con sus cuencas que suelen ser circulares, exagonales o octogonales,  se combinan con estanques, surtidores, cascadas, juegos de agua, esculturas de dioses, ángeles, ninfas, sirenas, náyades o criaturas míticas, con árboles, arbustos, plantas y flores y donde incluso se recrean grutas como por ejemplo en los jardines de los Reales Alcázares de Sevilla o en la Villa d’Este. Estas sofisticadas fontanas se construyeron durante el Renacimiento, el Barroco y el Neoclasicismo

Las piedras zen

Hagamos una incursión a Oriente. En Japón, se han creado jardines sólo con el propósito de incitar a la meditación, la calma y canalizar la energía que proviene de la tierra.

Resultado de imagen de jardin zen historico

Jardín zen. Ninomaru, Kyoto

Se trata de los jardines de piedras que son la puerta que nos transporta a un estado Zen. Zen significa “absorción” y parece que piedras son también absorbedoras. Toman el calor del sol y absorben el frío de la tierra. Com escribe Don Robbins, estas piedras son como baterías que almacenan memoria y energía durante largos periodos de tiempo. Para el escritor argentino Mario Satz, las piedras de un jardín zen cumplen su funcion polivalente: “Aluden a las montañas que se han amigado con el hombre, que tienen vida propia y emanan una cierta y lenta sabiduria, o bien actúan como nudos de sujeción del resto del paisaje acotado, es decir, del jardín”. Estas piedras, sigo citando a Satz, son “anclas de atención, referencias fijas en la cambiante realidad del flujo viviente, pueden ser jaspes rojos, esquistos, pizarras verdes, pardas o grises”. El mercado de coleccionistas de tales piedras de arte llegó a ser tan poderoso y especulativo que, en el período Tempo (1830-1840) se tuvieron que reglamenar los precios, acordar los usos y clasificar los portes.

Resultado de imagen para UNESCO garden Noguchi

Isamu Noguchi. Jardín de la Paz, sede de la Unesco, París

Mi asignatura pendiente es visitar el Japón y sus jardines Zen, por lo tanto al escribir sobre piedras zen en jardines japoneses, sólo puedo citar lo leído (mi blog se suele basar en lo que veo o he visto a lo largo de los años). No obstante, sí que conozco el magnífico jardín de la sede de la Unesco, en París, diseñado por el gran escultor japonés Isamu Noguchi (1904-1988) donde hay  piedras procedentes del Japón e inaugurado en 1959. Se trata de un jardín articulado, que incluye un arroyo, varias composiciones de piedras alrededor y cruzando el estanque, un sendero, y un rincón kare-san-sui y gran variedad de plantas y árboles. Isamu Noguchi no quiso hacer exactamente un jardín japonés sino lo que él llamó earth work.

En octubre de 1955, Marcel Brauer, arquitecto principal del nuevo edificio de la Unesco en la Plaza de Fontenoy de París, encargó a Noguchi el diseño de un jardín para el Patio des Délegués, un espacio aproximadamente triangular entre un brazo del edificio de hormigón en forma de Y. Con un presupuesto de la Unesco limitado, el mismo escultor negoció más ayudas y consiguió que se implicara en el financiamento el Ministerio de Asuntos Exteriores del Japón y empresas japonesas.

Le Jardin de la Paix (ou Jardin japonais) - UNESCO Mediabank

Isamu Noguchi. Jardín de la Paz, Unesco, París. Foto: Unesco

Cuando fue a inspeccionar el patio, notó un gran espacio hundido adyacente a él, e inmediatamente se dió cuenta que debería convertirse en un jardín verde para compensar las pálidas superficies de travertino del patio. Noguchi decidió unir el patio y el jardín con una pasarela inclinada. Para definir y animar el espacio del patio, colocó piedras semirectangulares altas, planas para pasadizo e irregulares en un calculado azar. Aunque en principio no lo deseaba  aceptó finalmente que el espacio acabara llamándose popularmente Jardín Japonés y oficialmente Jardín de la Paz. Muestra la predilección de Noguchi por las formas biomórficas: incluye una montaña sagrada (horai) sobre la cual Noguchi colocó grandes rocas naturales verticales y árboles de hoja perenne.

Isamu fue a Japón para seleccionar piedras. Y sobre esa decisión comentó: “Muchas personas me han preguntado: ‘¿Por qué usas piedras japonesas? Hay muchas piedras en Europa, ¿no?’. Pero les contesto que es porque aprenderé mucho más buscando piedras aquí [en Japón]. Los japoneses realmente saben de piedras. Si preguntas dónde encontrar piedras buenas, todos parecen tener un conocimiento asombroso sobre dónde ir. No hay otro país como Japón”. Mirei Shigemori, el mejor arquitecto de jardines de Japón de su generación, ayudó a Isamu a encontrar las piedras adecuadas para el jardín de la Unesco. Los dos hombres pasaron un día caminando por un arroyo de montaña en Tokushima, en la isla de Shikoku, con un albañil local y bajo una lluvia torrencial, “pescando piedras”, en el argot de los albañiles japoneses. Noguchi recordaba: “No era un gran arroyo de montaña, pero había piedras maravillosas esparcidas por todas partes. […] Las que recogí parecían planas y ligeras, daba la sensación de que estaban saltando o divirtiéndose alegremente o bailando. Pensé que se adaptarían mejor al edificio”.

Se quedaron luego una semana y media y “pescaron” ochenta piedras, aunque al final sólo se usaron cincuenta Las piedras llegaron al puerto de Marsella con un serio problema: los fondos recaudados en Japón solo pagaban la extracción y acarreamiento de las piedras desde la montaña y traslado pero una vez en suelo francés, la Unesco era la responsable de todo lo demás y el presupuesto no era boyante. Largas negociaciones, con Noguchi amenazando que abandonaba el proyecto, más otro problema, que cuenta Masayo Duus en su libro The Life of Isamo Noguchi. Journey without Borders:  “A los trabajadores japoneses les llevó diez días bajar ochenta piedras de las montañas a la ciudad de Tokushima, pero a los trabajadores argelinos y españoles contratados por la Unesco tres semanas para mover solo una piedra de un lado a otro. . . No solo carecían de experiencia en mover piedras, sino que descansaban cada cuarenta y cinco minutos y se tomaban dos horas para almorzar”. Finalmente, con retrasos, el jardín o earth work se terminó. Los guijarros, arena, musgo y otros materiales de los jardines procedían de lugares más cercanos, de los bosques de Boulougne y Fontaineblau.

Resultado de imagen para Jardin De la paix, UNESCO noguchi

Isamu Noguchi. Jardín de la Paz, Unesco, París

Isamu declaró: “Mi esfuerzo es encontrar una manera de vincular un estilo que ha sido transmitido por los japoneses desde los albores de la historia a nuestra era con las necesidades de la nueva era … El espíritu del jardín es el mismo Japón, pero la composición real de las piedras, aparte de las piedras grandes que siguen la tradición de Horai y la colocación de la colina artificial, es toda mía”. Un espacio moderno y tradicional a la vez, con las rocas, intemporales, sólidas, de protagonistas. El jardín japonés, dijo Isamu, “está hecho de una colaboración con la naturaleza. La mano del hombre está oculta por el tiempo y por los muchos efectos de la naturaleza, el musgo, etc. Yo no quiero estar oculto. Quiero mostrar. Por eso soy moderno”.

La sede de Unesco se inauguró de 1958 y pocos meses después se abrió el jardín que no gustó mucho. El escultor defendió  su obra con el argumento de que los árboles aún eran pequeños y que habrían de pasar 25 años para que luciera “japonés”. Y así ha sido.

Imagen relacionada

Noguchi Museum. Long Island, Nueva York

La relación de Noguchi con las piedras es intensa, vital, quiere experimentar la realidad de cada piedra, busca fusionar su conciencia con ellas, busca su espíritu, todo se debe a su profundo conocimiento del zen. De ahí que en sus esculturas su preferencia por la piedra está muy por encima de otros materiales. Así lo expresó: “Me encanta el uso de la piedra porque es el material más … impregnado de significado. El mundo entero está hecho de piedra … La piedra es el vínculo directo con el corazón de la materia, un vínculo molecular. Cuando la toco, recibo un eco de lo que somos. Entonces, todo el universo tiene resonancia”.

Resultado de imagen para Lee Ufan Hirshhorn Museum

Lee Ufan. Relatum (2109). Hirshhorn Museum, Washington DC. Foto: HM

“Me gusta mirar piedras de vez en cuando. Incluso las piedras pequeñas contienen millones de años de tiempo. Mientras escucho el silencio infinito de las piedras inmóviles, me convierto en una piedra por un tiempo”. Lo ha escrito el escultor, pintor y filósofo coreano Lee Ufan (1936) formado en Japón quien hace uso de piedras en su obra en un sentido zen y que ha hablado mucho sobre ellas. Lo descubrí en la exposición Open Dimension en el Hishhorn Museum de Washington DC en 2019. He aquí otra sentencia sobre el uso de las piedras en su obra: “Mi uso de la piedra natural sin ningún adorno parece causar perplejidad en las personas cuyo pensamiento se centra en el ego humano. La piedra que traigo a mis obras no me representa. No tiene la intención de hablar con mis palabras. Es una entidad incierta que se comunica con el mundo exterior mientras acepta sus limitaciones. Hago arte para ver cómo puedo relacionarme con un desconocido indefinido”.

Imagen relacionada

Lee Ufan Museum. Naoshima, Japón.  Foto: LUM

Su obra se ha expuesto en galeries y museos de Europa, Asia y Estados Unidos y en el Palacio de Versalles. Tiene un museo propio en Naoshima, Japón, donde reúne sus obras exhibidas en el interior y en el exterior y que es una sintesis de lo que cree que son las piedras y su relación con el arte: “El uso de piedras es una práctica que trasciende el tiempo, pero es natural que los artistas adopten un enfoque contemporáneo al citar, alinear o ensamblar el material. El objetivo de las obras no es hacer que las piedras parezcan de piedra, expresar una determinada imagen o hacerlas “esculturales”. Lee Ufan, un hombre tímido, cultísimo, que sufrió torturas en su Corea natal y que vive entre Paris y Japón se crió en una zona rural donde había muchas piedras en las orillas del río de todos tamaños y medidas: “Todas habían estado expuestas al viento y al agua durante miles o millones de años y eran duras y pesadas. En la deslumbrante luz del otoño, todos estos objetos duros se vuelven transparentes cuando se exponen al aire fresco. Se podría describir con la frase japonesa “piedra en descomposición”, pero en Corea podría hablar de rocas que se evaporan. ¿Cómo pueden evaporarse cosas tan grandes, sólidas y pesadas como estas? Esto no sucede solo en mi mente. Aquí todo se desvanece, incluyéndome a mí. El entorno está impregnado de transparencia infinita, y todo, tal como está, desaparece. ¿Es por el aire límpido, o porque el cielo es alto y azul? Cuando era niño, me gustaba acostarme entre las piedras en la orilla del río cuando estaba cansado de nadar, yo y las piedras, nos convertiríamos en uno con el cielo”. Para más información sobre Lee Ufan ver el post: https://angelsferrerb.wordpress.com/2019/12/11/lee-ufan-piedras-que-se-desvanecen-pinturas-que-resuenan-arte-que-evoca-el-infinito

Sat atop three grey rocks on the floor of a gallery space, a small brown CRT television displays the image of two similarly stacked rocks on its screen. Another rock sits atop the TV, along with three more on the floor nearby.

Park Hyunki. Untitled. TV Stone Tower (1892), Guggenheim Museum, Nueva York/ Abu Dhabi. Foto: GM

Otro artista asiático que he descubierto recientemente es el coreano, nacido en Japón, Park Hyunki (1942-2000), en el Guggenheim Museum de Nueva York. No me ha interesado tanto por la instalación que exhibe, convencional, sino por el significado de las piedras. En Untitled. TV Stone Tower (imagen superior) reúne unas losas de piedra gris cortadas de forma horizontal y con una televisión Royal Daewoo de 1988 crea un doltap, que es una torre de piedras apiladas tradicionalmente erigida en las entradas de los pueblos y templos coreanos. Tenían la misión de alejar a los malos espíritus y llamar a la buena suerte. En las montañas de Corea del Sur, es común encontrar doltaps a lo largo de los senderos, hechas con piedrecitas una encima de otra para alejar la mala fortuna pero también son improvisados altares de oración o se cree que construir un doltap puede hacer realidad un deseo; debe procurarse que la pila de piedras que forman el doltap no se hundan. En la instalación, Hyunki ha dispuesto tres piedras esparcidas en el suelo, como si hubieran caído de la torre que parece inestable al no estar sujeta por tornillos o mortero aglutinante. El monitor reproduce un vídeo silencioso de un solo canal de color en el que se visionan las mismas piedras que se integran en la instalación con lo que aparecen perfectamente integradas en la torre. Así, Park fusiona eficazmente lo orgánico y lo tecnológico en su versión de un doltap. El primer encuentro del artista con un doltap tuvo lugar durante la guerra de Corea, cuando su familia huyó hacia el sur del país. El joven Park vio las torres de piedras que habían construido otros refugiados dejadas por el camino, interpretándolas como un símbolo de paz. Park Hyunki, además de escultor, es arquitecto y su obra recibió una fuerte influencia del videoartista pionero Nam June Paik. Lo conoció en 1974 en la biblioteca del centro de servicios de información de Estados Unidos en Daegu (Corea del Sur), y propició que desarrollara una curiosidad por la televisión que incorporó a su obra. Park presentó la serie Untitled (Tv Stone Tower) en la 15ª Bienal de São Paulo en 1979.

Las piedras que resuenan

Resultado de imagen de canto gregoriano en Silos images

Monjes del monasterio de Santo Domingo de Silos

La resonancia que oye Isamu Noguchi en sus piedras es la que percibimos en las iglesias y catedrales medievales. Las piedras resuenan? Pues diría que sí. El canto gregoriano está absolutamemte vinculado a la arquitectura medieval, sobre todo a la románica. Es como una hermosa música sobrenatural cuando se escucha en estos edificios de viejas piedras, ciertamente, las piedras resuenan al canto y nos traen ecos del pasado, expresiones de santidad o espiritualidad, de eventos ancestrales.

Las piedras cultivadas

Cuando estoy delante de las grandes construcciones de piedra, básicamente en la Antigüedad, no puedo dejar de preguntarme lo mismo que se preguntaba Polífilo en 1499: “De dónde donde nació tanta audacia y tan ardiente deseo de juntar y amontonar piedras en semejante montón, cúmulo y altura. Y con qué medio de transporte, con qué porteadores, con qué carros, con qué ruedas fue arrastrada tal cantidad de piedras. Y sobre que base fueron reunidas y apiladas”.

File:Hadrian's Villa, Tivoli (24267919438).jpg - Wikipedia

Villa Adriana (s. II). Tívoli, Italia

Gran amante de la piedras fue el emperador Adriano, el gran constructor, el que rehizo el Panteón de Roma y construyó su morada ideal en Tívoli, en las afueras de Roma, la llamada Villa Adriana, como lugar de retiro y donde vivió al final de su vida. Se trata de un compendio de edificaciones, entre estanques, jardines y estatuas que representan diferentes lugares del mundo romano de entonces con referencias a la misma arquitectura romana, a la egipcia y a la griega, fruto de un hombre cultivado y que viajó mucho. El complejo de la villa está medio en ruinas pero muchas piedras siguen en pie,  en la forma de columnas, fustes, fuentes, estatuas y grutas;  ahí puedo decir que se siente la presencia del sabio emperador y su exquisitez y competencia como arquitecto.

Templo de Adriano (s. II). Ruinas de Efeso, Selçuk, Turquía. Foto:  World History

Corresponde a Adriano y a su gusto el templo y las puertas que llevan su nombre en Éfeso, en la actual Turquía, unas de las ruinas más importantes de la Antigüedad, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Fue Vedius Antoninus Sabinus quien donó el pequeño monumento parecido a un templo que, según una inscripción del edificio, honraba al emperador Adriano dedicado a la diosa Artemis Ephesia. El edificio de mármol, restaurado la década pasada por el Austrian Archaeological Institute, es la gracia personificada, te das cuenta como la piedra en manos de un buen arquitecto puede convertirse en un elemento ligero, como si no pesara. Es simplemente sublime como obra arquitectónica. Se trata de un templo tetrástil, con cuatro columnas, que sostienen el entablamento, dos son pilares en los bordes y de los otras dos, de orden corintio, arranca el arco de tipo sirio; la cela estaba cubierta por una bóveda de cañón. Está recubierto por espléndidos frisos y los del pronaos, tallados en cuatro losas de mármol, se representa la fundación de la ciudad de Éfeso por el príncipe ateniense Andro. La función original de la estructura es desconocida, si se le da el nombre de templo se debe al hecho que Éfeso recibió permiso para construir este edificio en honor al emperador. Sin embargo, esta interpretación ha sido refutada, ya que apenas parece posible que los efesios hubieran honrado a Adriano con un templo tan pequeño. Adriano visitó al menos dos veces a Éfeso y la favoreció mucho; el resultado son varios monumentos y beneficios. A cambio, el emperador recibió el título honorífico de “fundador y salvador” de la demos (pueblo) de Éfeso. Adriano también mandó construir una Biblioteca en Atenas, inmensa, con grandes columnas de mármol todavía de pie, hoy junto a la boca del metro de Monastiraki, en el centro del barrio de Plaka, llena de turistas, ruido y tiendas de souvenirs y baratijas de todo tipo que casi consiguen tragarse la piedra, que ya es decir, o al menos desvirtuarla.

La escritora Marguerite Yourcenar en su libro Memorias de Adriano dio voz al emperador en un texto que ha sido de cabecera de muchos arquitectos y que lo sigue siendo para mi:

Construir es colaborar con la tierra, imprimir una marca humana en un paisaje que se modificará así para siempre; es también contribuir a ese lento cambio que constituye la vida de las ciudades. Cuántos afanes para encontrar el emplazamiento exacto de un puente o una fontana, para dar a una ruta de montaña la curva más económica que será al mismo tiempo la más pura… He reconstruido mucho, pues ello significaba colaborar con el tiempo en su forma pasada, aprehendiendo o modificando su espíritu, sirviéndole de relevo hacia un más lejano futuro; es volver a encontrar bajo las piedras el secreto de las fuentes. Nuestra vida es breve; hablamos sin cesar de los siglos que preceden o siguen al nuestro, como si nos fueran totalmente extranjeros; y sin embargo llegaba a tocarlos en mis juegos con la piedra. Esos muros que apuntalo están todavía tibios del contacto de cuerpos desaparecidos; manos que todavía no existen acariciarán los fustes de estas columnas.

Que simbolizan las piedras?

Una variedad de aspectos que incluye la solidez, la estabilidad y la gravedad. En la potente simbología china, las piedras están conectadas con la energía del yin-yang. También simbolizan confort, fortaleza y paciencia.

Resultado de imagen para sant Feliuet de Savassona Tavernoles

Sant Feliuet de Savassona. Tavèrnoles, Cataluña

La mayoría de las religiones paganas creen que las piedras están vivas. Los agricultores y los escultores suelen pensar lo mismo y quizás algun arquitecto. Y en algunas ermitas románicas lo podemos “sentir”. Cuando andamos montaña arriba, con nuestro movimiento, provocamos que piedras y piedrecillas se desprendan y se vayan cuesta abajo dando saltitos, cada vez más rápidas: en este momento parecen seres llenos de vida. Desde un punto de vista científico, doy por última vez la palabra a Don Robbins quien además de arqueólogo es químico: “El entramado de la piedra o su arquitectura de cristal genera unos remolinos y corrientes de energía que forman como un laberinto de malformaciones. Este vórtice de energía en el corazón del cristal, que sería la expresión fundamental del mundo inorgánico, es una calidad, una fuerza, que podría haber llevado la piedra hacia nuestros mitos y símbolos. Cualquier mineral formado durante los períodos geológicos tendrá un entramado deforme con potenciales pozos de energía que pueden atrapar electrones de forma que este entramado de cristal es, efectivamente, el corazón que palpita y que proporciona un fondo de energías en muchos aspectos”. Quizás es eso lo que mucha gente percibe de las piedras: unas energías que no se sabe muy bien porque están ahí ni de dónde vienen, pero que atrapan como un imán. Por otra parte, aunque parezca una contradicción, tocar y acariciar viejas piedras da una sensación de tranquilidad, de calma, precisamente porque su vejez es digna y su antigüedad nos protege.

Àngels Ferrer i Ballester

Post dedicado a los pedraferits

El poema de Erich Fried que encabeza este ensayo me lo ha proporcionado mi primo David Serrador i Ballester que lo ha publicado en su interesantísimo blog La Nau: https://lanau.cat/2020/05/21/abdera/