Descubramos la maestría y la imaginación en los antiguos manuscritos iluminados

File:Codex Bodmer 127 244r detail Rufillus.jpg

Autorretrato del monje-pintor Frater Rufillus de Weissenau (1170-1200). Fondation Martin Bodmer, Cologny (Ginebra). Foto: Wiki

Oh, no eres Oderisi, he comenzado,

“honor de Gubbio, honor también del arte

que iluminar es en París llamado?”

“Hermano”, dijo, “más debe agradarte

la pintura de  Franco el Boloñés:

suyo es todo honor, y mío en parte.

Dante. La divina comedia. El PurgatorioCanto XI

Trad: Ángel Crespo

‘Oh, diss’ io lui, ‘nonse’ tu Oderisil’onor d’Agobbio e l’onor di quell’arteche “alluminar” chiamata è in Parisi?/‘Frate, ‘diss’egli, ‘più ridon le carte/che pennelleggia Franco Bolognese:/l’onor è tutto or suo, e mio in parte…’ [79-84]

Pasaje de la Divina Comedia, de Dante, que corresponde al Canto XI del Purgatorio, en donde el poeta reconoce a un pintor de miniaturas iluminadas, tal vez boloñés, activo en la década de 1280. Según el historiador del arte de la Universidad de Cambridge, John Gage, se cree que Dante habla en este pasaje de Oderisi da Gubbio, quien está documentado en Bolonia entre 1268 y 1271, mientras que del pintor citado, Franco Bolognese, no hay documentación alguna. Sin embargo, puntualiza Gage, lo que más sorprende de este pasaje es la elección consciente de Dante de un término francés, alluminar, su versión de enluminer, en lugar de la palabra italiana estándar miniare (miniado) que proviene del minio, un óxido rojo de plomo utilizado como pigmento (y no de miniatura, menor tamaño). Gage indica que los primeros textos que aplican la palabra latina illuminatori a los pintores de miniaturas datan de la primera mitad del siglo XII, precisamente la época en que Teófilo, un monje-artista germánico, utiliza el término illuminare, para referirse a las “altas luces” o iluminaciones en la pintura. Su tratado, De diuersis artibus, es uno los recetarios más completos sobre las técnicas artísticas medievales, incluye una sección dedicada a la pintura con instrucciones de cómo se policromaba una escultura de madera, cómo se pintaba sobre tabla, cómo se realizaba una miniatura o una pintura mural. Recoge, sin duda, la tradición de los escriptoriums monásticos y catedralicios de la Alta Edad Media.

Evangelios de Lucas y Juan (s. XII-XIII). Dumbarton Oaks Museum, Washington DC. Foto: art greek

Tu palabra es una lampara en mis pies y una luz en mi camino (Salmos118: 105)

La palabra escrita tiene un lugar privilegiado en el cristianismo que nunca había ocupado en las antiguas religiones romanas, entonces el estudio de la doctrina y la práctica de la liturgia condujo a la ejecución de libros, especialmente salterios y evangelios en forma de manuscritos que fueron realzados por la iluminación que técnicamente se refiere a la aplicación de oro y color para dar brillo a las páginas, el oro se asocia a la luz divina. El monje e historiador William de Malmsbury, de la abadía inglesa del mismo nombre, y en el mismo siglo XII, vincula la iluminación específicamente con lo dorado, o sea, en la definición más estricta, el término iluminación se referiría solo a manuscritos decorados con oro o plata. Esta parece haber sido una asociación común en la Italia de la época de Dante, donde el término, procedente del norte, se habría introducido en los círculos pontifícios, quizás como resultado del traslado de los papas a Aviñón.

Biblia de Sant Pere de Rodes - Monasterios de Catalunya

Bíblia de Sant Pere de Rodes (1010-1025). Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: monestirs.cat

Los manuscritos son libros medievales anteriores a la invención de la imprenta, por lo tanto, escritos “a mano”. Los textos se complementaban con ornamentaciones en las iniciales y en los márgenes o en el centro de los folios e incluyen las iluminaciones o miniaturas que servían también para dividir los textos. Se representaron todo tipo de escenas en las que figuran seres humanos y animales, reales y fantásticos, más todo tipo de ornamentación vegetal y geométrica y el oro mencionado. Buena parte de su temática es religiosa, se iluminan escenas de la biblia, evangelios, salterios, vidas de santos y de la Virgen y los famosos libros de horas. Pero desde el siglo XIII en adelante, se iluminó un número creciente de textos seculares, cuentos, romances y leyendas, escenas relativas a los oficios, a la vida de los campesinos, burgueses, nobles y clérigos, los cultivos, flora y fauna…; se iluminan documentos jurídicos, científicos, médicos, mapas e incluso el zodíaco. Así pues, los manuscritos iluminados, nos permiten reconstruir la vida cotidiana y las creencias de la sociedad de lo que ahora es Europa desde tiempos de Carlomagno en la Alta Edad Media hasta el reinado de Francisco I en el Renacimiento. El arte de la miniatura exige que contemplemos cada imagen con mucha atención, están llenas de asombrosos detalles. Son una verdadera mina de curiosidades y es de admirar la maestría técnica de algunos de sus autores, su prodigiosa imaginación y su capacidad para crear belleza, fueran conscientes de ello o no.

Old English Hexateuch - Wikipedia

The Old English Hexateuchi (s. XI). Construcción de la Torre de Babel. British Library, Londres. Foto: Wiki

Quiero remarcar que la arquitectura es omnipresente en los manuscritos, se iluminan los edificios de la época a veces punto por punto: castillos, iglesias, catedrales, palacios, murallas, casas, incluso ciudades, elementos arquitectónicos que son una fuente primordial para conocer la arquitectura de cada período; analizando los manuscritos iluminados seguimos su evolución: desde la arquitectura visigótica e islámica, hasta la prerrománica, románica, gótica y la del renacimiento. Cuando se representan ciudades o edificios desaparecidos e imaginarios como la Jerusalén celeste, la torre de Babel o el Templo de Salomón, temas bíblicos por excelencia, se pintan con los estilos de la época y se le agregan atributos y elementos simbólicos que las relacionen y que, a su vez, embellecen el manuscrito o simplemente lo hacen más agradable visualmente. Algunas miniaturas incluso nos muestran minuciosamente los métodos y los procesos constructivos de un edificio.

Manuscript Road Trip: Dragons in Detroit | Manuscript Road Trip

The Burckhardt-Wildt Apocalypse (1295). Francia. Detroit Institute of Arts, Detroit. Foto: DIA

La mayoría de los manuscritos iluminados están ornamentados con imágenes de colores a veces más apagados, a veces muy vivos. Mediante el uso de una pluma o un cálamo, se escribía con tinta negra, que era de origen vegetal, y los demás colores se obtenían de elementos vegetales, orgánicos (plantas, insectos o moluscos) y minerales que había que triturar y preparar. Era preciso conocer la receta de cada pigmento, de cada barniz, y elaborarlos en el escriptorium. No siempre eran solo colores primarios, como en los Beatos mozárabes/prerrománicos de la Alta Edad Media, a menudo, ya en la Baja Edad Media y en el Renacimiento, se mezclaban colores para obtener tonos mixtos, se usaban veladuras que, jugando con la opacidad o transparencia de los tintes, aportaban matices luminosos, oscuros, cálidos o fríos. Se escribía sobre un pergamino de piel de ternero, oveja o cabra, pero la mayoría de los manuscritos importantes se escribieron en un pergamino de la mejor calidad que es la de la piel de un cordero recién nacido, llamado vitela. Una vez el libro estaba listo, podía encuadernarse en cuero y se cerraba con broches de orfebrería.

Book of Hours | W.249 | The Walters Art Museum
Libro de horas (1470). Troyes, Francia. Walters Museum of Art, Baltimore. Foto: WMA

Los primeros manuscritos iluminados fueron elaborados por monjes (y alguna monja, como veremos) muy bien cualificados tanto a nivel artístico como doctrinal. La tarea se llevó a cabo inicialmente en los scriptoriums de los monasterios y los libros se destinaban para uso litúrgico en los mismos monasterios y en las iglesias y para uso personal de reyes y nobles. Estos cenobios eran los centros culturales de la época. Los miniaturistas más hábiles solían desplazarse -y mucho- de un monasterio a otro o de una corte a otra. Aunque cuando llegaban a un lugar podían encontrarse una tradición iconográfica establecida, podían conservar su estilo personal adaptándose a nuevos programas iconográficos. Se desplazaban allí donde les hicieran un encargo y si eran laicos, abrían talleres donde trabajaban en familia transmitiendo el oficio de padres a hijos. Posteriormente, en época gótica, las escuelas catedralícias también dispusieron de importantes talleres iluminación de manuscritos. Seguir la traza de los libros con manuscritos iluminados, desde el monasterio donde se confeccionan, sus distintos propietarios hasta donde, finalmente, encontraran morada permanente en museos, archivos y bibliotecas, o en casas de subastas (luego, a veces, el destino es desconocido) nos sumerge en una narración de intriga, con viajes, robos, pérdidas, reencuentros… Cada códice tiene su historia.

Jean Fouquet - Wikiwand

Jean Fouquet. Coronación de Luis VI de Francia (s. XVI). Bibliothèque Nationale de France, París.

Los manuscritos iluminados constituyen una de las principales modalidades artísticas de la Edad Media y del Renacimiento; es lo que queda cuando la pintura no ha sobrevivido debido a destrucciones, derribos y guerras. Se han conservado bien, los colores de las miniaturas se han preservado mejor por estar ocultas dentro de las páginas de un libro y de ahí, en parte, que hayan sobrevivido tantos y no han sido dañados por la luz. Se debe también al hecho que los libros, pese a la fragilidad del pergamino, suelen estar menos expuestos a los destrozos que los retablos, telas y frescos han sufrido a lo largo de los siglos, los cuales en muchas ocasiones han sido eliminados por un simple cambio en el gusto y en su función simbólica (el barroco cubrió o eliminó frescos románicos). Tampoco han llamado tanto la atención como la pintura, son menos espectaculares y, por lo tanto, no han sido tocadas por restauradores irrespetuosos, cuyos retoques han echado a perder tantas pinturas monumentales. Otra de las razones por la cual hay miniaturas en abundancia es porque los libros iluminados eran más asequibles que una gran retablo o un fresco y podían pertenecer a una sola persona, como los libros de horas y oraciones y salmos que no se usaban solo para rezar sino también para aprender a leer.

Psalter | MS M.72 | Medieval and Renaissance Manuscripts | The Morgan  Library & Museum

Salterio (1280). Gante. Bélgica. The Morgan Library, Nueva York. Foto: ML

Muchos manuscritos miniados han sido objeto de réplicas y copias ya en la misma época en que fueron realizados o poco más tarde, por lo que a veces los mismos o muy parecidos, se encuentran en distintas bibliotecas o museos, además de las numerosas ediciones en facsímil posteriores. Cabe decir también que su abundancia ha contribuido a que perduren incluso en la adversidad, aunque muchos se han perdido, quemados, tirados a la basura o dados al trapero como papeles viejos por pura ignorancia. Se sabe que en el siglo XIX los mismos coleccionistas de arte románticos cortaban hojas de libros donde había miniaturas medievales y renacentistas y, a veces, la iniciales, se enmarcaban o se encolaban en cuadernos de dibujo. No se veía como un atentado artístico ya que los manuscritos iluminados se consideraban un arte menor. Todavía hoy, lamentablemente, comerciar con volúmenes antiguos en el mercado negro sale más rentable si se venden por partes o en folios por separado que enteros. Hay tantos manuscritos iluminados que en este post solo cito los que que han marcado la historia del arte y los originales que he visto expuestos en bibliotecas o museos de Europa o Estados Unidos y algunos yendo de caza por google, confeccionados en los territorios de lo que ahora es Europa (las miniaturas del mundo oriental, de la antigua Persia, la India, el mundo islámico o Japón merecen otro post). En realidad, es una selección personal. Cabe decir que actualmente muchas bibliotecas han digitalizado sus libros miniados y estan en línea.

Luces del Norte: manuscritos iluminados de la Biblioteca Nacional de España  | Explora Madrid

Libro de horas de Carlos VIII (s. XV). Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: BNE

Los historiadores del arte clasifican los manuscritos iluminados en insulares (elaborados en Inglaterra e Irlanda), carolingios, otonianos, mozárabes (o prerrománicos), románicos, góticos y renacentistas. En la Biblioteca Nacional de España, con sede en Madrid, visité en 2021 la exposición Luces del norte, que presentaba una selección de 70 manuscritos iluminados franceses y flamencos de sus propios fondos. Se estructuraba a través de un recorrido cronológico y temático (derecho, religión, historia, literatura, y ciencia) esquema que, más o menos, seguiré, añadiendo manuscritos de otras geografías: “En ellos se puede ver la riqueza del pensamiento, la investigación y el arte de la Edad Media, que no fue una época de tinieblas sino de constante reflexión sobre todos los aspectos del ser humano”, escriben los comisarios de la exposición Javier Docampo y Samuel Gras.

Letras capitales

BIBLIA DE BURGOS - Turismo Prerrománico

Biblia de Burgos (1175). Monasterio de San Pedro de Cardeña. Biblioteca de Burgos. Foto: Siloé ed.

Uno de los aspectos más sugerentes de los manuscritos medievales son sus iniciales. La mayoría de los códices se comienzan con grandes letras capitales decoradas, son las llamadas páginas Incipit (del latín “aquí comienza”). Pueden indicar el inicio de una portada, un capítulo o un texto. Pueden tener distintas tipologías: fitomorfas, con elementos vegetales, zoomorfas, con animales, y las historiadas, con seres humanos metidos en los vacíos de cada letra. Se emplea una densa red de roleos, follajes y flores dibujadas a pequeña escala. Este tipo de ornamentación en las capitales se inspiró en el denominado Channel Style por sus orígenes anglosajones que se extendió al continente y acabó siendo uno de los motivos más destacados del manuscrito iluminado europeo. Sin embargo, otros especialistas las remontan al arte copto, el arte primitivo cristiano desarrollado en Egipto.

File:Lindisfarne Gospels folio 139r.jpg - Wikipedia
Evangeliario de Lindisfarne (715-20). San Lucas. Monasterio de Lindisfarne, Inglaterra. British Library, Londres. Foto: Wiki

Según los comisarios de la exposición Luces del norte dentro de estas letras se mueve un mundo que a primera vista parece anárquico y desorganizado, pero no lo es. Puntualizan: “Los entrelazos siguen unas trayectorias muy estructuradas que permiten crear un equilibrio dentro de esta profusión decorativa. Se mueve todo un mundo en miniatura compuesto de animales reales como leones, cabezas humanas, figuras desnudas o incluso criaturas híbridas o fantásticas como dragones que adoptan posiciones variadas y animadas, adaptando sus posturas a la forma de la letra. Estas figuras pueden interactuar entre sí y enfatizar el dinamismo general de las escenas”.

Sacramentario gelasiano - Wikipedia

Sacramentarium Gelasianum (s. VIII). Probablemente de la Abadía de Saint Pierre y Sant Paul, Luxeuil, Francia. Biblioteca Apostólica Vaticana, Ciudad del Vaticano. Foto: Wiki

El sacramentarium Gelasianum muestra unas interesantes letras capitales. La ornamentación de esta capitular precarolina (antes de Carlomagno) está hecha en su gran mayoría con pájaros y peces, unos más naturalistas, otros más estilizados de modo que se adapten a la forma de las letras y las desarrollen (imagen superior). Han sobrevivido varios manuscritos pero el más antiguo es del s.VIII y se encuentra en el la Biblioteca Apostólica del Vaticano, adquirido a la reina Cristina de Suecia. Este es el manuscrito iluminado merovingio más importante que se conserva y muestra una síntesis de las convenciones estilísticas de la antigüedad tardía con motivos artísticos del período “bárbaro” ahora llamado de las migraciones germánicas. El bibliotecario e historiador del arte francés Jean Porcher señala: “Esta curiosa uniformidad en el conjunto europeo de entonces se explica por un origen común, una doble moda ornamental y gráfica italiana que adoptaran las abadías galas de Luxeuil y Corbie, a mediados del siglo VII, y se expandió rápidamente. El tipo estilizado o gráfico es el más numeroso y el más fácil de trazar, con compás, si es preciso: ningún otro animal más que el pájaro y el pez se presta cómodamente a ello, redondeando el dorso o el vientre, subrayando los volúmenes y los perfiles”. El éxito de este género de letras, afirma Porcher, se consolidó en Italia a partir del s. VI pero es en la abadía lombarda de Bobbio, fundada por el santo irlandés Colombano, poblada por monjes irlandeses, la que se ha distinguido con este tipo de decoración en sus letras capitales. La abadía de Bobbio tuvo una de las mayores bibliotecas de su época y en ella se inspiró Umberto Eco para su novela El nombre de la rosa.

Sacramentaire de Gellone — Wikipédia

Sacramentario de Gellone (800). Monasterio de Sainte-Croix, Meaux, Francia. Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Wiki

Siguiendo a Porcher, estas capitales de los primeros manuscritos merovingios y carolingios se inspiraron en los tejidos coptos procedentes de Egipto que se exportaban a Europa desde la segunda mitad del s. VIII. Lo vemos en el Sacrametario de Gellone realizado en el entorno del año 800. Su presencia está documentada en la abadía de Saint-Guilhem-le-Désert a principios del siglo IX y fue elaborado en un monasterio de monjes y monjas del monasterio de Sainte-Croix, en Meaux. Uno de los escribas firmó con su primer nombre “David” en dos letras iniciales. Y está documentado que un monje con este nombre residía en este monasterio. Posteriormente, este manuscrito iluminado fue propiedad de Guillaume de Gellone, tal vez como resultado de un regalo de su primo Carlomagno. Lo donó a la abadía de Saint-Guilhem-le-Désert, que él mismo ayudó a fundar. Permaneció en el lugar hasta que ingresó en la biblioteca de la abadía de Saint-Germain-des-Prés en París en 1638 y de ahí a la Bibliothèque Nationale de Francia.

Corbie Salterio (Psautier de Corbie) - wikipe.wiki

Salterio de Corbie (800-810). Abadía de Corbie, FRancia. Bibliothèque Municipale, Amiens. Foto: Wiki

En la época carolingia, la abadia de Corbie (Picardia, Francia) se había especializado en la importación de manuscritos del norte de Italia. El Salterio de Corbie es un manuscrito iluminado elaborado a principios del siglo IX en el scriptorium de esta abadía, uno de los más influyentes y productivos de la época de Carlomagno. Las letras iniciales ornamentadas e historiadas del salterio presentan al estilo característico de la iluminación carolingia. El manuscrito está plenamente ilustrado con 156 capitales ubicadas en el comienzo de cada salmo donde se representan tanto a animales como figuras humanas tomadas de la Biblia. Están pintadas de colores verde, morado o amarillo y cada letra mayúscula debe representar el estado mental de la persona que lee el salmo. Las ilustraciones y las capitales nos muestran a un pintor de gran talento, un maestro cuyo estilo se prolongará y desarrollará en el primer libro ornamentado de Carlomagno. Porcher ve en estas capitales una “atmósfera irania extendida por doquier, lo confirman la técnica y la profusión de monstruos y figuras de Oriente con que están hechas estas letras. El dibujo de curvas gruesas, subrayadas por volutas y perfiles caligrafiados, evocan el arte de la antigua Persia. Los textos acreditan que en esta abadía y en la corte de Carlomagno había numerosos griegos y sirios.”

Manuscritos médico-científicos

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Avicena. Canon Medicinae (s. XV). Ferrara, Italia. Biblioteca Laurenziana, Florencia: Foto: Pinterest

La exposición Luces del norte dedicó un interesante apartado de a los manuscritos científicos y técnicos denominado “La luz de la sabiduría”. Señalan los comisarios: A partir del s. XII, el conocimiento científico, que se había estancado durante la Alta Edad Media, tomó un nuevo impulso. Los contactos con el mundo islámico especialmente con el Al-Andalus y en Sicilia, permitieron buscar y traducir las obras de los filósofos y científicos griegos e islámicos, especialmente las obras de Aristóteles, Euclides, Ptolomeo, Abulcasis, Avicena y Averroes. Por otra parte, el nacimiento y desarrollo de las universidades medievales contribuyeron a la difusión de estos textos y a la formación de sucesivas generaciones de estudiosos. El contacto con el mundo islámico contribuyó y ayudó también a mejorar importantes campos de la ciencia: la astronomía y la medicina. Esta última conoció un desarrollo notable en la escuela de Salerno a través de la traducción de las obras de Galeno e Hipócrates”. El conjunto tenía que ilustrarse.

Image for A Type of Thymelaea Called al-sarwi

Dioscorides. De Materia Medica (s.VII- XIII). Bagdad. Walters Museum of Art, Baltimore. Foto: WMA

En el siglo I, el médico, farmacéutico y botánico griego Pedanius Discorides escribió el tratado De materia medica sobre plantas medicinales; fue uno de los primeros manuscritos científicos que se tradujo del griego, primero al siríaco y luego al árabe. La iluminación de la imagen superior proviene de un manuscrito ilustrado de la versión árabe de este antiguo texto copiado e iluminado en Bagdad entre el s. VII y XIII. Este tratado se conserva en el Walters Museum of Art y contiene 4 hojas que ilustran cinco plantas: pepino silvestre, mezereon (euforia-olivo) y tres variedades de thymelaea (euforia-laurel), que es la de la imagen superior flanqueada por dos pájaros. El conocimiento sobre las características y los usos de plantas medicinales fue transmitido y cruzó fronteras gracias a los traductores, copistas y artistas. Con estos tratados griegos en mano, los medicos y científicos musulmanes pudieron seguir investigando y avanzar en estos ámbitos.

Plik:Gossuin de Metz - L'image du monde - BNF Fr. 574 fo42.jpg – Wikipedia,  wolna encyklopedia

Gautier de Metz. Image du monde (1246). Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: Wiki

La astronomía estaba en la Edad Media vinculada a la ciencia y la Biblioteca Nacional de España guarda manuscritos con ilustraciones astronómicas. Se mostraba en la exposición Image du monde (El mapamundi), del clérigo y poeta francés Gautier de Metz, que vivió en el s. XIII, que ya dejó claro que la tierra, entre fantasías e inexactitudes físicas, era un cuerpo esférico, lo que más tarde verificó la ciencia (imagen superior): “El mundo tiene la forma de una bola. El cielo rodea tanto al mundo como al éter, un aire puro del que los ángeles asumen su forma. El éter es de un brillo tan asombroso que ningún pecador puede mirarlo impunemente: por eso los hombres se desmayan cuando los ángeles aparecen ante ellos. El éter rodea los cuatro elementos colocados en el siguiente orden: tierra, agua, aire, fuego”. El cielo lo presenta como un objeto concreto: “El cielo está tan lejos de nosotros que una piedra caería durante 100 años antes de alcanzarnos. Vista desde el cielo, la tierra tendría el tamaño de la más pequeña de las estrellas.” Gautier describió también las siete artes liberales y escribió sobre cosmología, astrología y física.

facsimilium: De Figura seu imagine mundi, 15th Century

Ludovico de Angulloll. Tratado de la figura o imagen del mundoConstelación de Centauro (1456). Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: Facsimilium

Dos siglos más tarde, Louis de Langle o Ludovico de Anguloll, un médico y astrólogo lionés de origen catalán, escribió el Tratado de la figura o imagen del mundo, del cual hay varias copias. El ejemplar de la Biblioteca Nacional de España se ilustra con una interesante serie de figuras  de constelaciones. Dividido en tres partes, el autor ofrece una síntesis científica y divulgativa de los conocimientos de la época en materia de geografía y astronomía. Describe las constelaciones, el zodíaco y sus decanos y la creación del mundo, las diferentes partes de la tierra y un mapa sobre las estrellas. En uno de los folios (imagen superior) aparece la constelación del Centauro dibujada a partir de las 4 estrellas más brillantes de las ocho que tiene. Así se describe esta cautivadora miniatura: “El Centaurus está aquí representado bajo el aspecto de Quirón, el más famoso de ellos. Híbrido de hombre y caballo, ha sido dibujado a partir de diez de sus 24 estrellas. Su reconocida sabiduría y ciencia está aquí recordada por su indumentaria, una túnica de filósofo. Lleva en su mano izquierda su arma, una jabalina y una vasija de vino que le sirve para las libaciones que efectúa en la constelación del Altar. Del mismo modo presenta en su mano derecha la bestia Therion. El miniaturista añadió a la figura una espada que probablemente es la que recuperó para Acasto, rey de Yolco. Esta abundancia de detalles señala que la persona encargada de establecer el ciclo iconográfico conocía muy bien los atributos de los personajes que representaba: un erudito que debía disponer de un material literario y gráfico importante a la hora de realizar las miniaturas”.

Biblioteca Nacional de España on Twitter: "8⃣ Contemplarás un manuscrito  excepcional: el llamado Códice de Metz, encargado posiblemente por el hijo  de Carlomagno, el obispo Drogo de Metz (801-855), uno de los

Códice de Metz (s. IX). Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: BNE

Un tema muy representado en el arte medieval y renacentista que en el día de hoy no pasaría el examen científico pero entonces se consideraba com una ciencia es la astrología. La exposición Luces del norte mostraba un manuscrito excepcional: el llamado Códice de Metz, encargado posiblemente por un hijo ilegítimo de Carlomagno, el obispo Drogo de Metz (801-855), que constituye uno de los códices carolingios más importantes de tema astrológico que se conservan en el mundo. Contiene 76 hojas de pergamino, está escrito en latín en letra carolingia e iluminado en la ciudad de Metz con 42 representaciones figuradas de las constelaciones y los animales que representan los distintos signos zodiacales dibujadas a pluma, con trazo firme o pintadas directamente, de gran realismo. Su colorido es tenue y variado, con un claro predominio de los tonos azules, ocres, marrones verdes, rojos y rosados y sus gamas respectivas. Se puede consultar y descargar gratuitamente a través de: Biblioteca Digital Hispánica.

Byrhtferth's diagram: microcosm and macrocosm – The Occasional  Informationist

Byrtferth of Ramsey (atribuído). The four-fold system of Macrocosm and Microcosm (s.XI). British Library, Londres

En la época medieval la alquimia, la ciencia y la fantasía se mezclaban, lo que dio pie a establecer todo tipo sistemas matemáticos, con una especial predilección por el simbólico número 4. Es el caso del completo diagrama de color atribuido a Byrtferth de Ramsey, The four-fold system of Macrocosm and Microcosm (imagen superior), procedente de una colección de textos científicos del siglo XI. Byrhtferth fue un monje y erudito benedictino del que poco se sabe, vivió en el siglo XI y la mayor parte de su vida fue monje de la abadía de Ramsey, en Huntingdonshire. Su diagrama es un resumen visual de cómo pensaba que el mundo celeste, las estaciones y los elementos estaban relacionados con la condición humana: el macrocosmos reflejado en el microcosmos en la clave del número 4. El diagrama vincula los puntos de la brújula (este, oeste, norte y sur), los elementos (tierra, aire, fuego y agua), las estaciones (primavera, verano, otoño e invierno) con el proceso de envejecimiento humano (infancia, adolescencia, juventud y vejez). Las repetidas divisiones cuádruples son muy interesantes desde el punto de vitsta de la cosmologia medieval y como el monje entendía la unidad subyacente en la estructura del cosmos.

Ars Magna, Ramon Lull. Breviculum ex artibus Raimundi Lulli electum (s. XIV). Badische Landesbibliothek, Karlrue, Alemania. Foto: BL

El mallorquín Ramon Llull (1232?-1315) fue matemático, teólogo y filósofo. En sus obras Ars Brevis y Ars Magna especula acerca de Dios, los seres humanos y sus atributos tratando de establecer las relaciones entre unos y otros. Con el fin de desarrollar un lenguaje con vocación universal se sirve de un conjunto de figuras geométricas y símbolos que combinan letras y conceptos, más una combinatoria matemática. Según la especialista en manuscritos medievales de la Royal Netherlands Academy of Arts and Sciencies, Mariken Teeuwen, Llull presenta unas visualizaciones esquemáticas a partir de la lógica aristotélica: “En cada campo, asumió, hay una serie de afirmaciones básicas que son universalmente aceptadas como verdaderas. A partir de estas, todos los enunciados derivados podrían calcularse como posibles formas de encontrar más verdades. El resultado es una especie de máquina lógica. Las conexiones se visualizan en esquemas con líneas que van de nodo a nodo, en redes de nodos, dando como resultado formas geométricas bastante complicadas”. Para él, “la teología era una ciencia para la que la deducción matemática era el método ideal de razonamiento y de ahí que la utilice para convertir a los musulmanes de la verdad de la fe cristiana”. La Badische Landesbibliothek de Karlrue conserva un manuscrito único con 12 miniaturas de página entera donde un artista desconocido del siglo XIV representa a Llull en episodios de su vida descritos con todo detalle. Son una miniaturas de una extraordinaria viveza y es la imagen que nos ha quedado de Llull: El manuscrito lleva por título Breviculum ex artibus Raimundi Lulli electum y se confeccionó después de 1321, probablemente en un taller del norte de Francia.

Breviculum ex artibus Raimundi Lulli electum (s. XIV). Los nueve hombres sabios haciendo preguntas a Lull. Badische Landesbibliothek, Karlrue, Alemania. Foto: BL

Ramon Llull nació en Mallorca, entonces cristiana, pero había estado en manos musulmanas desde hacía tres siglos. La isla albergaba comunidades de musulmanes, judíos y cristianos. Este hecho configuró la personalidad de Llull y sus obras. A los veinte años trabajó como tutor de Jaime II de Aragón y vivió una vida secular. Sin embargo, a los 30 tuvo una visión en la montaña de Randa, en Mallorca, que le hizo cambiar de vida. Dejó a su esposa e hijos y se embarcó en peregrinación hacia Rocamadour, en la Dordoña francesa, y a Santiago de Compostela. Posteriormente regresó a Mallorca y se involucró profundamente en los debates interreligiosos entre cristianos, musulmanes y judíos. Varias veces viajó a España y al norte de África para convertir a musulmanes y judíos al Cristianismo, utilizando el razonamiento y la argumentación pero nunca las armas. En la miniatura superior vemos como Llull contesta las preguntas que le hacen los nueve sabios: “Están estrechamente vinculados a las categorías aristotélicas: utrumquidde quoquare, etc. Estas preguntas conducen a respuestas que se pueden categorizar de acuerdo con las etiquetas de la escalera: categorías del ser que van desde deus a homo y vegetativas elementativas”, señala Mariken Teeuwen.

Manuscritos con animales. Bestiarios

S>C.: better beasts... the Ashmole Bestiary

Bestiario de Ashmole (s. XII). Bodleian Library, Oxford, Inglaterra

No tan relacionado con la ciencia pero sí con la descripción de seres vivos, en los manuscritos iluminados aparecen cantidad animales, quizá porque tres de los cuatro evangelistas tienen animales como atributos: san Marcos, el león, san Lucas, el buey y san Juan, el águila y en el tema bíblico del arca de Noé siempre se representan animales entrando dentro del arca, en cuanto al ámbito religioso. En el ámbito laico, las escenas domésticas y, sobre todo, las escenas caza, han ocupado no pocas hojas iluminadas. Temas específicos aparte, hay que deducir que los animales presentaban muchos atractivos para un iluminador tanto a nivel de formas como de colores, además, permitían hacer volar la imaginación cuando entramos en el terreno de lo fantástico y monstruoso.

Physiologus - Wikiwand

Physiologus Latinus (825-850). Abadía de Hautvillers, Francia. Bürgerbibliothek, Berna

La fuente de inspiración de parte del bestiario medieval proviene, según los especialistas, del tratado llamado Physiologus, un texto didáctico cristiano escrito en griego por un autor desconocido, en Alejandría; tradicionalmente fechado entre los siglos II y IV. Se trata de una compilación de unos cincuenta animales, casi todos nativos del norte de África y criaturas fantásticas plasmados junto a una anécdota o fábula, de la cual se derivan las cualidades morales y simbólicas del animal. El Physiologus fue traducido al armenio en el siglo V, al latín, al etíope y al siríaco a principios del siglo VI y, luego, a otras lenguas europeas y del Medio Oriente. Conservó su influencia sobre el “significado” de los animales en Europa durante más de mil años, luego pasó a las fábulas y aún dura, cuando equiparamos determinados comportamientos humanos a algunos animales. Se hicieron numerosas cópias, la más antigua probablemente en la abadía de Hautvillers (Francia) en el s. IX (imagen superior) la cual fue la base de muchas de las miniaturas en la época, un precedente de los bestiarios fantásticos. La abadía de Hautvillers, al lado de Reims, fue uno de los centros de manuscritos iluminados en época carolingia más importantes, como veremos más adelante. Jean Porcher cree que sus escribas y miniaturistas tenían en sus manos el Physiologus, quizás el original!, que reproducirán rasgo por rasgo. Son representaciones de animales reales, y también incluían algunos monstruos míticos populares que se filtrarían a lo largo de la historia hasta bien entrada la Edad Media y más allá, donde cada miniaturista dará curso a su propia creación.

BEATO DE EL ESCORIAL - Turismo Prerrománico

Beato de El Escorial (955). San Millán de la Cogolla. Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Estas bestias, reales e imaginarias, actuaban en la Edad Media como vehículos de la enseñanza cristiana por lo que podía simbolizar cada una. Se iluminarán en los manuscritos, se pintarán en frescos y retablos y se esculpirán en los capiteles de los claustros. Despertaron tanto la fantasía de los artistas que finalmente, en el siglo XIII, contra estas imágenes clamará un escandalizado San Bernardo de Claraval por creer que desvituaban los verdaderos valores cristianos. No soportaba ver tanto monstruo tallado en piedra y plasmado en colores, animales míticos que no existían en la realidad, animales híbridos, mamíferos con cabezas de aves y hombres y mujeres medio humanos medio animales, de ahí que el orden cisterciense, al que pertenecía Claraval, eliminó toda bestia y por extensión casi toda figura de su arquitectura. Este tipo de bestiario fantástico no solo procedía del Physiologus, sino de bestiarios de la antigua Persia Sasánida y el mundo oriental. De todos modos, los artistas que representaban los animales parece que no distinguían entre animales reales y los imaginarios como los dragones, sirenas, centauros, unicornios o los híbridos, los pintaban con igual visión.

The Aberdeen Bestiary, a gorgeous medieval illuminated manuscript

Bestiario de Aberdeen (1200). Aberdeen University Library, Escocia. Foto: Kotte.org

En Inglaterra los bestiarios tuvieron un gran protagonismo, sobre todo a partir del s. XII, eran fruto de una síntesis de diversas fuentes latinas y griegas que estudiaban y sistematizaban los animales y sus significados. Actualmente se conservan unos 150 ejemplares de bestiarios medievales miniaturados resguardados en bibliotecas universitarias inglesas. Dos de los más conocidos y muy parecidos, aunque de distintos artistas, son el de Aberdeen y el de Ashmole, aunque hay especialistas que consideran el de Aberdeen como una copia del de Ashmole. Ambos describen alegorías de animales con intención moralizante, como símbolos de virtudes o defectos y tienen la influencia del Phisyologus. El bestiario de Aberdeen es un manuscrito decorado con oro y las figuras de animales están hechas por un diestro miniaturista que las traza con líneas sinuosas que les otorga ritmo y dinamismo y les aporta la solidez a través de vivos colores elaborados con buenos pigmentos. El artista disfrutó de una gran libertad compositiva. Parece que se confeccionó en Canterbury ya que el lugar era conocido por la fabricación de libros de lujo durante el siglo XIII.

File:Livre de Chasse 40v.jpg - Wikimedia Commons

Gaston Phébus. Le livre de la chasse (s. XIV). Orthez, Francia. Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Wiki

De entre los manuscritos medievales iluminados donde los animales son grandes protagonistas destaco Le livre de la chasse, de Gaston Phébus, personaje legendario medieval y gran cazador él mismo. Gaston dictó directamente a un copista el texto del libro entre 1387 y 1389, en su castillo de Moncade, en Orthez. El libro tuvo un gran éxito, fue el manual de caza más venerado de la época y en siglos posteriores. En el manuscrito se describen y representan escenas de caza, los diferentes tipos, con redes o ballestas, los animales y los cazadores que participaban en ella, los mismos animales cazándose entre ellos, sus comportamientos, sus habilidades para sobrevivir, o como los hombres cuidaban de los perros, hasta los banquetes que se celebraban después de un día de caza. Las imágenes, a pesar de la crudeza de la caza, suelen ser muy tiernas y festivas.

Gaston Phoebus, Book of the Hunt Paris, 15th Century, bnf 616 | Illuminated  manuscript, Medieval, Medieval art

Gaston Phébus. Le livre de la chasse (s. XIV). Orthez, Francia. Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Pinterest

La caza era una actividad fundamental en la Edad Media, por un lado, absolutamente necesaria para alimentarse, por otro una actividad de ocio y deporte para los nobles; para Gaston Phébus, además, la caza era un arte de vivir. Empezó su dictado así: “Yo, Gaston, por la gracia de Dios, apodado Phébus, conde de Foix, señor de Bearn, en todo mi tiempo me he delectado especialmente en tres cosas: las armas, el amor y la caza. Y en cuanto a las dos primeras, ha habido muchos mejores Maestros que yo. […] Es del tercer oficio, del que dudo haber tenido algún maestro. […] Y también digo que nunca vi a un hombre que amaba el trabajo y el placer de los perros y los pájaros, que no tuviera en sí muchas buenas cualidades; porque le viene de pura nobleza y bondad de corazón, de cualquier estado en el que se encuentre, sea un gran señor o pequeño, pobre o rico”.

Fichier:Ours Livre de chasse.jpg — Wikipédia

Gaston Phébus. Le livre de la chasse (s. XIV). Orthez, Francia. Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Wiki

El texto y las miniaturas, según la Bibliothèque Nationale de France, “son el embrión de la historia natural descriptiva”. Son un documento importante sobre la relación del hombre con su entorno natural y aún hoy una maravilla para los amantes de la naturaleza y de los animales. Para Phébus, la caza es un ejercicio redentor, basado en un doble postulado. Dictó: “La imaginación es dueña de todas las buenas y malas obras y la ociosidad es la base de todas las malas imaginaciones”. Entonces el cazador, “si hace su trabajo a la perfección, siempre en acción, irá directamente al cielo. Pero de antemano, fortalecido por la práctica de la caza, habrá vivido mejor y más”. Han sobrevivido 44 manuscritos de Le livre de la chasse que están repartidos por bibliotecas y museos de Europa y Estados Unidos, algunos contienen muy bellas imágenes. Con la llegada de la imprenta se publicaron numerosas ediciones y aún hoy en facsímil. Gaston Phébus murió de un derrame cerebral mientras se lavaba las manos después de regresar de una caza de osos.

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Drôlerie. The Rylands Sephardi Haggadah (1335-1340). Bufón centauro cazando. Detalle. Cataluña. John Rylands University Library, Manchester. Foto: Wiki

En la tradición nórdica tardomedieval aparecieron en los márgenes de los libros iluminados pequeñas figuras humorísticas y grotescas, criaturas híbridas, medio animales, medio humanos, medio vegetales que han recibido el nombre de drôleries. La voluntad de estas figuras era precisamente aparecer en los márgenes. Hay de todo tipo y para todos los gustos, representan desde lo cruel y satánico a lo pintoresco. Según Luis Puelles Romero, se trata de un género que nos coloca entre el horror y lo risible, se nutre de la confusión intrínseca entre los hombres y los animales. A menudo tienen una conexión temática con el texto de la página y aunque formen parte de libros iluminados serios, “nos advierten de la falibilidad e impureza de la condición humana”. Pongo por ejemplo el libro religioso judío, The Rylands Sephardi Haggadah (imagen superior), conservado en la John Rylands Library de la Universidad de Manchester, y que se realizó en Cataluña a mediados del s. XIV. La Haggadah es uno de los textos centrales del judaísmo rabínico. El libro ilustra el ciclo pictórico que se desarrolla desde el comienzo del Libro del Éxodo. Está compuesto por 57 hojas de vitela lujosamente decoradas. Fue adquirido por Enriqueta Rylands en 1901, como parte de la mundialmente famosa colección de manuscritos del conde Crawford. Ella fue la fundadora de la Biblioteca John Rylands, de ahí que el libro iluminado se encuentre en Manchester. Se exhibió en el Metropolitan Museum de Nueva York con todos los honores en 2012. Se considera una obra maestra de la miniatura catalana y hebrea. En lo que refiere a las intrincadas drôleries a veces apenas son visibles a simple vista. El escriba utilizaba la micrografía, torciendo las líneas de las palabras en formas florales y geométricas o figuras. La digitalización del libro, con el zoom de ampliación ha permitido apreciarlas mejor. El director de investigación y de las colecciones de la John Rylands Library, John Hodgson, señala: “Este manuscrito es una de las mejores Haggadah del mundo. Es importante por su belleza intrínseca y por varios detalles textuales, pero también es una fuente clave para el estudio de la iluminación de los manuscritos hebreos en general. Arroja luz sobre la tradición de la ilustración bíblica entre los judíos de la Edad Media y sobre la fértil cruzada entre artistas judíos y no judíos en el medio de la iluminación de manuscritos”.

Manuscritos Jurídicos

Biblioteca Nacional de España

Enrico de Susa. Summa aurea (1250). Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: BNE

Los manuscritos jurídicos adquirieron gran importancia en la Baja Edad Media, vinculados especialmente a la enseñanza del derecho en algunas universidades como las de Bolonia, Salamanca o Toulouse. El derecho civil se basaba en el derecho romano, codificado en el Corpus Iuris Civilis del emperador Justiniano en el siglo VI. Según los comisarios de la exposición Luces del Norte, “las ilustraciones de estos  manuscritos jurídicos presentan un notable interés por reflejar numerosos aspectos de la vida cotidiana, que quedaban afectados por las cuestiones tratadas en estas obras. También es frecuente que presenten una rica decoración en las orlas, en las que abundan las figuras marginales o drôleries“. Por ejemplo, la Summa Aurea, que se exhibió en la exposición, del cardenal italiano Enrico de Susa, uno de los más famosos canonistas de su tiempo (s. XIII). Este manuscrito jurídico contiene un ciclo iconográfico completo en el que destacan las miniaturas correspondientes al árbol de consanguinidad o de afinidad, que en la época era considerado de carácter jurídico. En uno de los folios (imagen superior) una pareja se mira a ambos lados de una arquería gótica. A sus pies ha sido dibujado el esquema de los lazos familiares que señalan los matrimonios permitidos entre individuos de una misma familia. “Destacan en el dibujo algunos rasgos estilísticos típicos de la miniatura francesa de este momento, como el cuidado de los peinados y de los pliegues, la elegancia de las posturas y de las expresiones, como la sonrisa del caballero o la barbilla de la dama para sujetar el pelo y el delicado gesto hacia su perro”, describen los comisarios. Durante la Edad Media, estos árboles genealógicos se veían como una herramienta histórica que permitía visualizar la continuidad de un linaje real, reforzar su prestigio y justificar su legitimidad política, y más aún cuando estaba basada sobre una herencia familiar.

Decretum Gratiani - Wikiwand

Decreto Graziano (s. XIII). Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto Wikiwand

En esta línea destaca El Decreto de Graziano, una recopilación y análisis de antiguos textos de derecho canónico realizada por Graciano, un jurista de Bolonia en el siglo XIII. La idea principal de Graziano era ofrecer una compilación de decisiones jurídicas coherentes con el fin de llegar a una concordia de cánones a veces discordantes entre sí. Cada una de las causas está encabezada por una miniatura que representa el caso analizado: va desde actos inmorales y criminales cometidos por clérigos o el arzobispo en su trono dictando leyes o aquel monje que abandona la vida monástica montado a caballo y quitándose la túnica monástica, etc.

Liber feudorum maior - Wikipedia

Liber Feudorum Maior (alrededor de 1200). Arxiu de la Corona d’Aragó, Barcelona. Foto: Wiki

Otro documento entre político y jurídico muy bien iluminado es el Liber Feudorum Maior, el diplomatario que recoge los documentos referentes a los dominios de la casa condal de Barcelona y las que se integraron en ella. Reúne un total de 79 miniaturas. El rey Alfonso el Casto encargó la compilación al jurista y deán de Barcelona Ramon de Caldes. La miniatura superior que le corresponde es interesante no solo por plasmar como se desarrollaban las ceremonias feudales, sino por los edificios que coronan la escena, vemos como el miniaturista los ha agrupado con la intención de representar una ciudad poderosa, con muchas torres y campanarios. Son de estilo románico aunque la arquería es lobulada lo que nos remite a la arquitectura islámica. En cuanto al color, el artista ha aprovechado el color del propio pergamino al que ha añadido el azul para el cielo, el blanco, el rojo, el verde y el dorado/amarillo para los detalles. Para más información recomiendo el interesante análisis técnico de las miniaturas realizado por químicos de la Universitat de Barcelona donde se estudian los pigmentos y su composición que adjunto: https://www.culturaydeporte.gob.es/archivos-aca/dam/jcr:1e686429-6b7b-4db3-a7d3-86d77c2d7e5d/lfm-informe-ub-2018.pdf

Els Usatges i Constitucions de Catalunya — Arxiu Municipal - Ajuntament de  Lleida

Usatges i Constitucions de Catalunya (s. XIV). Arxiu de la Paeria, LLeida, Cataluña. Foto: LL. Melgosa

El archivo de la Paeria de LLeida preserva los Usatges i Constitucions de Catalunya, un manuscrito del siglo XIV conformado por 165 hojas escritas con grafía gótica de una gran perfección con el valor añadido de unas preciosas miniaturas (imagen superior). Encargado por los barones de Montcada en el s. XIV recoge una miscelanea de textos de naturaleza jurídica como las Constitucions de Pau i Treva, que son diferentes disposiciones dictadas por los condes de Barcelona para frenar la violencia feudal, disposiciones aprobadas por distintos reyes y especialmente los Usatges de Barcelona, un conjunto de escritos de usos feudales que por su naturaleza jurídica conformaron la base del derecho catalán, escritos por un jurista anónimo posiblemenet durante el reinado de Alfonso el Casto. Es considerado el primer código feudal europeo por muchos especialistas. Tradicionalmente, su promulgación se ha atribuido a los condes Ramón Berenguer I y Almodis, pero su fuerza como base del derecho catalán se la confirieron las Cortes celebradas por Jaume I en Barcelona en el año 1251. El objetivo de los Usatges de Barcelona era resolver los problemas legales de la nueva sociedad feudal que no estaban recogidos en el citado Liber Feudorum Maior, fuente legislativa hasta entonces. Según Antonio Pastor, el corpus legal de los Usatges se hizo compilando el derecho consuetudinario barcelonés y, a partir del siglo XII, se le fueron añadiendo fragmentos de textos procedentes del Breviario de Alarico, de las Etimologías de Isidoro de Sevilla, del Liber Iudiciorum y del citado Decreto de Graziano, entre muchos otros otros y se hicieron más copias. Los manuscritos de los Usatges de Barcelona son muy numerosos. Entre los más notables encontramos 36 en latín y 15 en catalán y están repartidos por varios archivos y bibliotecas, incluso las del Vaticano y la Bibliothèque Nationale de France, en París. Para más información: https://futreee.wixsite.com/usatges

Manuscritos literarios

Roman de Fauvel - Wikipedia

Chaillou de Pestain. Roman de Fauvel (s. XIV). Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Wiki

La literatura medieval de romances fue objeto de numerosas miniaturas que van de lo curioso y extravagante a lo ramplón y algunas son realmente de gran perfección técnica en su factura más clásica, especialmente en Francia. Obras como el Roman de Fauvel (imagen superior, el primer libro es una reprimenda contra el clero y la sociedad, manchados por el pecado y la corrupción, las obras de Guillaume de Macahut, Christine de Pizan o el Roman de la Rose comenzada por Guillaume de Lorris hacia 1230 y continuada por Jean de Meung, fueron copiadas en volúmenes lujosamente iluminados. Hay alrededor de 300 manuscritos del Roman de la rose conservados en bibliotecas, archivos y museos de todo el mundo con ilustraciones de distintos artistas que, a su vez, han sido reproducidos en libros y en ediciones en facsímil (imagen inferior).

File:Illustration for "Roman de la Rose".jpg - Wikimedia Commons

Roman de la rose (s. XV). Los amantes fuera del jardín amurallado. British Library, Londres. Foto: Wiki

El Roman de la rose es el texto literario más influyente en Francia a finales de la Edad Media. Se trata de una poema alegórico de más de 22 mil  versos escrito entre los siglos XIII y XIV que narra la iniciación amorosa del autor, en el contexto de los ideales amor cortés y la caballería, típica de la época, así como una sátira dirigida a grupos sociales, especialmente a las mujeres y el matrimonio y todo lo que se refiere al amor. Su historia se desarrolla en parte en un “hortus conclusus”, una especie de jardín amurallado con flores y frutos y habitado por animales del bosque, lugar donde se pueden desarrollar todo tipo de historias románticas y de intriga. El protagonista se esfuerza por alcanzar la rosa que simboliza el amor de su dama, la conquista de una joven virgen. En el camino se encuentra con una serie de personajes alegóricos, cada uno una expresión del objeto de sus afectos, que dan su opinión sobre la psicología del amor romántico. Guillaume va aprendiendo las reglas del amor cortés: la educación, la discreción, la cortesía, la paciencia, la devoción y la generosidad. Para alcanzar la Rosa, recibirá la ayuda de la esperanza, la agradabilidad y la dulzura. Asimismo aparecen las virtudes opuestas al amor, alegorías de la anti-cortesía (malquerencia, felonía, codicia, avaricia, envidia, tristeza, vejez, hipocresía y pobreza). La segunda parte del Roman de la rose es más filosófica, trata temas relacionados con los animales, las clases sociales, la medicina, etc. El Roman de la rose fue en la Edad Media lo que ahora llamaríamos un best seller.

Christine de Pizan in her study (detail), for The Queen’s Manuscript, c. 1410–1414, f. 4r (Harley MS 4431, British Library)

El manuscrito de la reina (1410-14.) Christine de Pizan en su estudio. British Library, Londres. Foto: Khan Academy

El Roman de la Rose fue una obra controvertida. Ya en su época fue considerada misógena por relegar a la mujer a un solo objeto de deseo masculino y disminuirla. La novela fue el origen de la llamada “Querella del Roman de la rose”, acontecida en lo que se ha considerado el primer movimiento protofeminista medieval gracias a la intervención de Christine da Pizzano o de Pizan. Poeta y escritora veneciana, hija de un médico y astrólogo, se trasladó con la familia a París cuando fue llamado para ser consejero del rey Carlos V. Christine vivió en la corte desde los 4 años, lugar en donde recibió lecciones de historia, filosofía y medicina y tuvo libre acceso a la biblioteca del palacio real del Louvre, fundada por el propio Carlos V. En pleno auge del Roman de la Rose, Pizan escribió varios ensayos y, el más importante, Le Livre de la Cité des dames (La ciudad de las mujeres) de 1405, es el inicio de la querella, una alegoría donde denuncia que la inferioridad femenina no era natural, sino cultural. Escribió: “Si fuera habitual mandar a las niñas a la escuela y enseñarles las ciencias con método, como se hace con los niños, aprenderían y entenderían las dificultades y las sutilezas de todas las artes y las ciencias tan bien como los hombres”. Y fue más allá, se atrevió discutir los méritos literarios del autor del Roman, Jean de Meung: “¿Por qué llamar al Roman de la Rose, ‘el arte de amar’? Más bien, es el arte de enseñar a los hombres los trucos equivocados para engañar a las mujeres”. La “Querella del Roman de la rose” es considerada la primera disputa literaria francesa en términos de ética y estética.

File:Christine de Pisan and Queen Isabeau (2).jpg - Wikimedia Commons

El libro de la reina (1410-14). Christine de Pizan ofreciendo sus epístolas de la “Querella del Roman de la rose” a la reina de Francia, Isabel de Baviera. British Library, Londres. Foto: Wiki

Según la web de la Bibliothèque Nationale de France, la querella se desencadenó cuando Jean de Montreuil, prevoste de Saint-Pierre de Lille, escribió un elogio sobre el Roman de la rose y Christine de Pizan, con el apoyo de Jean Gerson, rector de la Universidad de París, reaccionó enérgicamente y denunció el mal gusto y la pobreza de espíritu de Jean de Meung: “Ella le reprocha en particular su odio a las mujeres, la indecencia de sus palabras y el final de la historia, que ella considera amoral e impactante. También está comprometida con la defensa del honor de las damas, acusadas de libertinaje e inconstancia”. Com quería que su querella tuviera difusión lo ofreció a personajes de alto rango, entre ellos la reina de Francia. Se conservan 28 manuscritos de La ciudad de las mujeres, con sus respectivas miniaturas. Christine de Pizan escribió cerca de 30 obras y algunas ella misma las compiló en uno o dos volúmenes. Las miniaturas aquí seleccionadas corresponden a su manuscrito El libro de la reina, realizadas quizás por el maestro Bedford. Parece que ella misma las supervisaba.

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El libro de la reina (1410-1414) Christine de Pizan con las personificaciones de la Razón, la Rectitud y la Justicia. British Library, Londres. Foto: Wiki

Yendo aún más allá. En La ciudad de las mujeres propuso construir una ciudad ideal gobernada solo por féminas. Christine y las figuras alegóricas de la Razón, la Justicia y la Rectitud (imagen superior) invitan a mujeres de la historia y la mitología que se han significado por su saber, su comportamiento o su fe a vivir en la ciudad: guerreras, diosas, mártires, santas, poetas, científicas o reinas. Entre ellas están la poeta Safo; Dido y Semíramis, fundadoras de Cartago y Babilonia, la reina de Saba, Medea, Circe, Minerva, Cassandra y un largo etc… lo que demuestra su amplio conocimiento de las fuentes del pasado. Quería demostrar que la opresión del hombre era la única y verdadera causa de la inferioridad femenina y certificó que Jean de Meung no entendió nada cuando se burlaba de las mujeres en su Roman. “No todos los hombres (sobre todo los más inteligentes) comparten la opinión de que es malo educar a las mujeres. Pero es cierto que muchos hombres estúpidos lo afirman, ya que no les gusta que las mujeres sepan más que ellos”, sostenía.

Christine de Pizan - Wikipedia, la enciclopedia libre

El libro de la reina (1410-1414). Christine de Pizan instruyendo a los hombres. British Library. Foto: BL

A los 15 años su padre le escogió un marido, Etienne de Castel, diplomático de la corte. Su carrera como escritora comenzó a los 24 años cuando enviudó y se quedó con tres hijos a su cargo a quienes mantener. Pudo vivir de su pluma, con lo que se puede decir que fue una de las primeras mujeres de Europa en ganarse la vida con su trabajo literario. Cuando Inglaterra invadió Francia en 1415 no se sentió segura en París y se refugió en un convento, probablemente en Poissy, donde años antes su hija había tomado los hábitos. Allí se quedó más de una década, donde murió. Fue Simone de Beauvoir, en su ensayo El segundo sexo, quien la reivindicó.

Códices religiosos

Lindesfarne Gospels, St. Luke, portrait page (137v) (British Museum)

Evangeliario de Lindisfarne (715-20). San Lucas. British Museum, Londres. Foto: BM

Los manuscritos iluminados de carácter religioso son los más abundantes, lógico ya que en la época medieval y aún renacentista nos encontramos en el seno de una sociedad profundamente creyente. Los monasterios y escuelas catedralícias producían manuscritos litúrgicos destinados a la celebración de misas con misales, sacramentarios, salterios, biblias, evangeliarios, vidas de santos, de la Virgen, breviarios… que eran demandados también por los creyente seglares y, en especial, los libros de rezos y los libros de horas, el más empleado por los laicos. El período románico vio la creación de muchas biblias completamente iluminadas, algunas de gran tamaño. Por ejemplo, en la Biblioteca Nacional de Suecia, en Estocolmo, se conserva el Codex Gigas, una biblia que tiene casi un metro de alto y medio metro de ancho con un grosor de 22 centímetros. El libro está encuadernado entre tablas de madera con incrustaciones de adornos de metal. Es el manuscrito medieval iluminado más grande del mundo, pesa 75 kg. Según la leyenda, fue escrita en una noche por un solo monje con la ayuda del diablo -que aparece en una de las ilustraciones- en el monasterio benedictino de Podlažice en Bohemia, en la actual República Checa. Se requieren tres personas para levantarla.

Walters Ms. W.269, Book of Hours

Libro de horas (1460). Reims, Francia. Walters Museum of Art, Baltimore. Foto: WMA

Los libros de horas son llamados así porque parten del oficio divino, las oraciones que rezaban los monjes en el coro durante las 8 horas canónicas: matines, laudes, prima, tercia, sexta, non, vísperas y completas. Aunque su contenido textual es muy variado, existen una serie de partes esenciales que son el calendario, las horas de la Virgen, los salmos penitenciales, las letanías, el oficio de los difuntos y los sufragios de los santos. Los ciclos iconográficos de los libros de horas siguen unos esquemas que se repiten en la mayor parte de los ejemplares. Suelen comenzar con un calendario litúrgico, cuyo propósito era indicar los días en los que se celebran las fiestas de la iglesia y de los santos y va unido a los ciclos agrícolas según los meses, otras veces se ilustra con los signos el zodíaco. Como se puede deducir eran una mina para los miniaturistas, se trataba de un repertorio en el que se podían incluir todo tipo de ornamentaciones vegetales y geométricas, motivos de la vida cotidiana y del entorno de los artistas, junto a los estrictamente religiosos.

Book of Hours | MS M.754 | Medieval and Renaissance Manuscripts | The Morgan  Library & Museum

Libro de horas (1320-1329). Morgan Library, Nueva York. Foto: ML

Javier Docampo explica que los libros de horas fueron los libros de oraciones más habituales para los laicos entre los siglos XV y XVI, han sido denominados como los best-sellers del final de la Edad Media. Su importancia radica en que son un testimonio fundamental del paso de la religiosidad medieval colectiva hasta el nacimiento de una religiosidad individual y más casera. Los libros, de pequeño tamaño, solían estar ricamente ilustrados, por lo que se convirtieron en un espacio privilegiado y brillante para el desarrollo del arte de la miniatura gótica y renacentista. El nacimiento del libro de horas ha de verse en función de dos factores fundamentales: “La creciente secularización que otorgaba a los laicos un papel cada vez más importante en el conjunto de la sociedad, hizo que necesitaran un libro de rezos propio, individualizado, que les permitiera elevar sus plegarias en el ámbito privado. Debía ser un objeto hermoso, cuya decoración pudiera ser un símbolo de distinción social y en sus inicios estaba vinculado a las casa reales”. Los libros de hora se escribían en latín y ya en las lenguas vernáculas, francés, catalán, castellano, italiano…).

Les labors mensuals al 'Duc de Berry' - Impressions antigues

Hermanos Limburg. Les très riches heures du Duc de Berry (s. XV). Mes de junio. La siega. París, la Cité y la Sainte Chapelle. Musée Condé, Chantilly, Francia

Los libros de horas ha dado obras maestras de la miniatura como la de los hermanos Limburg, Paul, Hermann y Hennequin, nacidos en Holanda y que trabajaron en Francia bajo el patrocinio del Duque de Berry, hermano del rey Carlos V de Francia (el monarca que acogió a Christine de Pizan), bibliófilo y amante de todas las artes, para quien confeccionaron Les très riches heures du Duc de Berry. Las condiciones de trabajo que el duque ofreció a los hermanos fueron excepcionales: un contrato exclusivo para el duque, alojamiento primero en su castillo de Bicêtre, en el sur de París, luego en una lujosa mansión con el fin que quedaran excluidos de la competencia de otros talleres y pudieran dar rienda suelta a su talento como pintores. Los Limburg se convirtieron en los miniaturistas más célebres de su época pese a su juventud (murieron los tres de peste en 1416, a los 36 años).

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Hermanos Limburg. Les très riches heures du Duc de Berry (s. XV). Mes de agosto. Halconería. Chateau d’Étampes. Musée Condé, Chantilly, Francia

El manuscrito contiene 66 grandes miniaturas y 65 más pequeñas y se sitúan en la corriente del gótico internacional, con figuras esbeltas, fino dibujo y colores exquisitos. Estas miniaturas han contribuido a dar una imagen ideal de la Edad Media en el imaginario colectivo que no responde a la realidad, pero sí los elementos arquitectónicos que se representan, muy fiables. El calendario es posiblemente el conjunto de miniaturas más famoso del libro, si no de todas las iluminaciones de la Edad Media. Presente en todos los libros de horas, el calendario permite al lector localizar la oración correspondiente al día del año y la hora del día. En Les très riches heures aparecen las tareas que se corresponden a cada estación. Los edificios son los palacios o castillos de la época, algunos residencia del duque y en la miniatura del mes de junio aparece París. Cada mes ocupa dos páginas y está ilustrado con una miniatura de página completa. No se sabe cómo los hermanos dividieron su trabajo en el libro. Hay varias teorías, si todo se encargó a un solo hermano dada la inexistente diferencia de elaboración en su trabajo, o si estaba dividido de forma desigual, o si cada uno se encargaba de su propio grupo de iluminaciones.

Grandes horas de Ana de Bretaña - Wikipedia, la enciclopedia libre

Jean Bourdichon. Las grandes horas de Anne de Bretaña (1503). Anne de Bretaña, rodeada de las santas Ursula, Ana y Helena. Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Wiki

La mujer tendrá un gran protagonismo en los libros de horas y muchos de ellos fueron realizados para una clientela femenina. Estos libros se centran en el culto a la Virgen María y por ello los ciclos marianos serán los que más abunden en su iconografía. Estas escenas ofrecían a las lectoras un ejemplo de las cualidades a las que la mujer cristiana debe aspirar: castidad, cuidado de la familia, modestia, fe, fervor… Es el caso del Libro de las grandes horas de Anne de Bretagne, de Jean Bourdichon, confeccionado casi un siglo más tarde que La ciudad de la mujeres, de Christine de Pizan. Nada que ver con lo que aquella defendía, si nos basamos en la mayoría de estos libros de horas, vemos que la osadía de la veneciana fue grande en su momento. Jean Bourdichon (imagen superior) supo captar bien la intención de un libro de horas, reflejar la beatitud y recato de la lectora que se identificara con las imágenes, los vemos en el realismo extremo de las figuras en su actitud devota, con los juegos de luces y sombras, detalles cuidados al máximo, característico de un pintor de corte al servicio de sus superiores. Dicho eso, desde la historia del arte este libro de horas es una de las piezas cumbre de la miniatura francesa en el paso del estilo gótico al renacentista por su perfección técnica y encarnación de un ideario. Este libro iluminado cautivó tanto a Luis XIV que lo transfirió al “gabinete de curiosidades” del palacio de Versalles.

Book of Hours of Simon de Varie - Wikiwand

Libro de horas de Simon de Varie (1455). Martirio de Santa Catalina. Koninklijke Bibliotheek, La Haya

Javier Docampo señala que los santos y las santas también cobraran importancia en los libros de horas. La presencia de aquellos que son venerados en alguna diócesis concreta permite, en algunos casos, conocer el lugar de elaboración del manuscrito. Los santos aparecen enunciados en el calendario y en las letanías pero cuentan con una sección específica que suele situarse al final del libro: son los sufragios. Aparecen en el Oficio Divino en el s. XI, pero es a partir del XIII cuando adquieren mayor relevancia coincidiendo con la extensión del culto a los santos como intermediarios entre Dios y la cristiandad. Los fieles les solicitaban favores, formaban parte de sus vidas, como si estuvieran presentes. Los santos se pintaban en efigies individuales acompañados de sus atributos o con las escenas más representativas de sus vidas, haciendo milagros o sufriendo martirios, escenas, especialmente las segundas, en las que los pintores se regodeaban y las plasmaban, a veces, como si fueran escenas festivas, rodeadas de bonitos motivos de flora y fauna, como por ejemplo la escena del martirio de Santa Catalina del Libro de horas de Simon de Varie (imagen superior).

Jean Pucelle | The Hours of Jeanne d'Evreux, Queen of France | French | The  Metropolitan Museum of Art

Jean Pucelle. Libro de horas de Jeanne d’Evreux (1324-1328?). Metropolitan Museum of Art, Nueva York. Foto: MET

Otro libro de horas curioso es el de Jeanne d’Evreux, reina de Francia. Combinando el color y la grisalla, las miniaturas de Jean Pucelle son muy delicadas y tienen un carácter escultórico, recogen escenas de la vida de Cristo y de San Luis en un diminuto volumen. En la imagen superior, San Luis, encerrado en una prisión -buena muestra de la arquitectura de la época- recibe milagrosamente su libro de horas. El librillo contiene unos setecientos dibujos marginales con deliciosas figuras de clérigos, mendigos, bailarines y músicos del París medieval, así como de animales y criaturas imaginarias. “Todos ellos cobran vida gracias a la penetrante observación, imaginación y talento pictórico del artista”, leo en la web del Metropolitan Museum of Art. Este libro de horas era para el uso particular de la reina durante sus plegarias a lo largo del día.

Orgullo de los Reyes Magos: se acuestan juntos mucho antes de llegar a  Vallecas

The Taymouth Hours (s. XIV). British Library, Londres. Foto: BL

The Taymouth Hours es un libro de horas inglés fue dedicado a una mujer que existió, pero no se sabe a cuál. El manuscrito presenta un esquema de decoración inusualmente rico, que incluye ciclos de imágenes en el margen inferior de casi todas las páginas, con 384 escenas en total. Representan episodios de romance caballeresco, vidas de santos, sagradas escrituras, escenas de caza y una muy indiscreta imagen: los reyes magos durmiendo juntos y tiernamente abrazados y con la corona puesta que parece que era así en su ficticia y mágica realidad. Los ciclos iconográficos de los libros de horas siguen unos esquemas que se repiten en la mayor parte de los ejemplares: la independencia entre el contenido de los textos y la imagen que los acompaña. Es decir, las miniaturas no siempre suelen ilustrar el texto, sino que siguen una secuencia propia preestablecida.

El extraordinario 'Libro de horas' de Carlos V - Libertad Digital - Cultura

Libro de horas de Carlos V (1500-1600). Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: BNE

En la exposición Luces del norte se expuso el magnífico Libro de horas de Carlos V. No se tiene constancia que fuera un encargo directo del emperador, aunque es posible que fuera suyo en algún momento. Sin embargo, el prestigio de su figura hizo que el libro recibiera este nombre desde que fue redescubierto en la catedral de Toledo en 1868. El manuscrito tiene origen francés y el emperador lo pudo obtener por distintas vías. El libro es de una gran riqueza iconográfica, con más de 1200 miniaturas. Según la BNE, cuenta la historia de la humanidad a través del prisma de la biblia y demuestra que su finalidad es la vuelta de Cristo a la tierra: “El infrecuente y complejo programa iconográfico del libro permite suponer que hubo un teólogo que estableció dicho programa para los miniaturistas y la abundancia de imágenes obligó a los miniaturistas a planificar su distribución, el diseño es bastante homogéneo”. Se cree que participaron unos cinco pintores en su confección, hasta tal punto que esta obra se considera “una antología de la iluminación parisina alrededor de 1500″.

Libro de Horas de María de Navarra Biblioteca Nazionale Marciana, Venecia

Ferrer Bassa/Arnau Bassa. Libro de horas de María de Navarra (1340-42). Barcelona. Biblioteca Nazionale Marciana, Venecia. Foto: Moleiro ed. (Reprodución)

Hay que ir a la Biblioteca Marciana de Venecia para contemplar el Libro de horas de María de Navarra obra del gran pintor y minaturista gótico catalán Ferrer Bassa y de su hijo Arnau. Habría intervenido también el llamado maestro de Baltimore (por un retablo de este pintor desconocido que se conserva en el Walters Museum de Baltimore). El libro se elaboró en Barcelona por encargo del rey Pedro el Ceremonioso, como regalo de bodas de su primera esposa, María de Navarra y según crónicas de la época realmente el rey admiraba esta obra. Se sabe por una carta que envia desde Barcelona a María, que estaba en Valencia, donde le pide que le haga llegar, mediante la primera persona que viaje, «las más bellas horas, que están en un estuche y que fueron pintadas por Ferrer Bassa”. No obstante, la medievalista Rosa Alcoy considera que en su carta, el rey se referiría a otro libro, probablemente propiedad suya, y entonces su petición sería para encargar un libro nuevo exclusivamente para ella. Las miniaturas tienen la influencia sienesa y de Giotto, Ferrer Bassa estuvo en Italia y pudo conocer a Giotto. Se nota en estas miniaturas y sus pinturas (ver las del monasterio de Pedralbes, en Barcelona) que combinan las formas suaves giotescas con la vitalidad del dibujo gótico en unas composiciones muy armónicas. Ferrer Bassa también colaboró en uno de los manuscritos jurídicos ya citados, los Usatges de Barcelona i Costums de Catalunya, que no ha sobrevivido. Este libro de horas pasó a las la hijas de María y se pierde sus rastro hasta en siglo XIX que aparece en la biblioteca de Ottavio Andrighetti, un personaje público de gran relevancia e influencia en la República de Venecia quien parece que lo había adquirido por 100 liras. Fue cambiando de propietarios en la misma Venecia hasta que en 1974 el gobierno de Italia lo adquirió y lo depositó en la biblioteca Marciana.

Four plagues (clockwise from top left): painful boils afflict the Egyptians, swarms of frogs overrun the land, pestilence kills the domestic animals and wild animals invade the city. From the Golden Haggadah, c. 1320, northern Spain, probably Barcelona (British Library, MS. 27210, fol. 12 verso)

Hagadá Dorada. Las plagas de Egipto (1320-30). Detalle. Cataluña. British Library, Londres

Otro códice religioso muy importante ja mencionado en el apartado referido al bestiario son las Hagadas, palabra que significa en hebreo “contar” y que narra el Éxodo, la salida de los israelitas de Egipto camino de la tierra prometida. La Hagadá se lee en casa durante el séder, la comida ritual de Pascua y las imágenes podrían haber servido como una especie de ayuda pictórica para visualizar la historia. El grupo de Hagadás iluminadas más numerosas y espléndidas de la Edad Media se confeccionó en Cataluña. Los folios de la imagen superior pertenecen a la Hagadá Dorada, que contiene 56 miniaturas, e ilustran con una gran precisión cuatro de las plagas de Egipto como la de las ranas, los tábanos y langostas, la invasión de animales salvaje o la muerte por peste de los animales domésticos y los horrores que causaron (imagen superior). La Hagadá Dorada, como se puede imaginar por su nombre, es uno de los ejemplos más lujosos de estos libros el cual, además de su propósito práctico, sus fondos de pan de oro señalan la riqueza de sus propietarios, una familia que vivía cerca de Barcelona a principios del siglo XIV. Ahora bien, los semblantes, peinados y vestidos de los protagonistas judíos se asemejan a los de las figuras cristianas de libros cristianos coetáneos tanto en estilo, el gótico, como en iconografía, como por ejemplo manuscritos cortesanos parisinos de la misma época. Así se certifica que en Cataluña, probablemente en Barcelona, donde se iluminó la Hagadá Dorada, trabajaban juntos cristianos y judíos. O sea, demuestra la importancia de la cultura judía en la Cataluña medieval en una atmósfera multicultural capaz de que producir uno de los manuscritos iluminados de más calidad artística.

La muerte

Luces del Norte: manuscritos iluminados de la Biblioteca Nacional de España es el nombre de esta muestra, que puede verse desde hoy hasta el próximo 5 de septiembre en la sala Hipóstila de la BNE, y que culmina una investigación de tres años llevada a cabo por los comisarios, Javier Docampo y Samuel Gras, y cuyos resultados se incluyen ya en un fantástico catálogo razonado.
Jacques de Besançon. Libro de horas de Carlos VIII (1494-97). París. Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: BNE.

La muerte en la forma de calaveras, esqueletos y tumbas aparece en muchos manuscritos iluminados, era un tema iconográfico muy recurrente en la Edad Media. No hay que olvidar que la llegada del año 1000 desencadenó el terror de creer que el mundo se acababa. El miedo a la muerte, además, venía dado por la alta mortalidad, no solo por problemas de salud y pestes y una vida más corta, sino también por las constantes guerras. Una de las maneras de exorcizarla era la religión, en tanto que consuelo, y visualmente a través de danzas, como la danza de la muerte que apareció a finales del siglo XIV o principios del XV, sin que esté claro si la fuente original es pictórica o literaria. Según diversos autores proviene del texto Dit des trois morts et des trois vifs o de otro texto, Mors de la pomme. Un fresco pintado alrededor de 1424 en las paredes del cementerio de los Santos Inocentes de París, hoy perdido, está en el origen de su amplia difusión en la pintura y miniatura parisinas. La imagen del manuscrito superior que corresponde al Libro de horas del rey de Francia, Carlos VIII, la muerte se presenta con estos cuerpos con cabeza de calavera que sostienen las lanzas que matarán a un montón de hombres. Este libro de horas contiene 190 pequeñas miniaturas intercaladas con motivos del Antiguo y el Nuevo Testamento, la vida de la Virgen y escenas bélicas. Este libro, atribuido a Jacques de Besançon, se iluminó en el taller parisino del librero y editor Antoine Vérard.

Salterio-Libro de horas Lamquier. Libro — 1201-1400? | Manuscrito iluminado

Salterio-Libro de horas Lamquier (1254). Brujas, Bélgica. Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: Pinterest

Y la representación de la muerte por excelencia en el mundo cristiano es la crucifixión de Cristo, precedida por la pasión. Está en los libros de horas, de oraciones, códices, etc. También la muerte del cristiano aparece en los manuscritos religiosos en la representación de un oficio de difuntos, en estos casos las imágenes suelen ser menos macabras, menos violentas y más serenas que la crucifixión, siguiendo la liturgia que se establecía para los cadáveres de los cristianos.

Manuscritos iluminados antiguos

Vergilius Romanus - Wikipedia, la enciclopedia libre

Vergilius Romanus (s. V). Biblioteca Apostólica Vaticana. Ciudad del Vaticano. Foto: Wiki

Los manuscritos iluminados sobre pergamino más antiguos que han sobrevivido datan de la Antigüedad tardía, del siglo III al siglo V. Vergilius Romanus es un manuscrito iluminado del s. V sobre pergamino que contiene la Eneida, las Geórgicas y algunas de las Bucólicas del poeta romano Virgilio. Más antiguo es el Vergilius Vaticanus y que se confeccionó en Roma. Son unos de los pocos manuscritos iluminados clásicos que se conservan y de ahí su importancia en la historia de esta modalidad artística y para la historia del arte. El Vergilius Romanus contiene 19 ilustraciones pintadas por, al menos, dos artistas. En la imagen superior podemos ver una ilustración de la primera Bucólica de Virgilio. Un vaquero, Títiro, toca una flauta sentado bajo un árbol y detrás aparecen las cabezas de tres vacas, mientras un cabrero, Melibeo, coge una cabra por los cuernos bajo un árbol, una imagen bucólica, que no es otra que la idealización del campo que cantó Virgilio y bien captada por el miniaturista. Aunque hablemos de clasicismo por la época, las figuras son esquemáticas y carecen de una representación naturalista del espacio, lo que le acerca más al arte paleocristiano que ya se suscribía en este siglo en Roma. No se sabe donde se elaboró, pudo ser en en Roma, pero, no hay documento alguno que lo certifique. Su recorrido es movido. Aparece en 865 en la abadía de St. Denis en París, quizás traído por Carlomagno cuando fue a Roma para que el Papa le coronara como emperador. En 1475 aparece en los registros del Vaticano, fue confiscado por Napoleón en 1797 y trasladado a París hasta 1816, momento en que fue devuelto al Vaticano, si saber porque, donde permanece hasta el día de hoy. En la Biblioteca Ambrosiana de Milán se conserva otro manuscrito iluminado del s. V sobre la Ilíada de Homero que se cree que fue elaborado en Alejandría.

Miniaturas carolingias

French Carolingian manuscripts (801-850)

Evangeliario de Saint-Aure (850). Bibliothèque de l’Arsenal, París. Foto: web gallery

Teniendo en cuenta los pocos manuscritos que han sobrevivido de la antigüedad, hablamos propiamente de miniaturas o manuscritos iluminados a partir de la época de las invasiones bárbaras (godos, visigodos, suevos, vandalos, francos, sajones, etc.) llamadas así en el colegio de mi infancia y adolescencia y ahora llamadas con el más políticamente correcto nombre de migraciones germánicas, que sucedieron entre los siglos III y VII y que acabaron provocando la caída del Imperio Romano en Occidente. Los bárbaros realizaron pinturas, hay mención en crónicas de pinturas murales ejecutadas en palacios e iglesias de la Lombardía, la Galia e Inglaterra pero casi nada ha sobrevivido. Sólo nos quedan los libros manuscritos, algunos bien ornamentados. El historiador y bibliotecario francés Jean Porcher (1892-1966) señala: “Aquellos a quienes, siguiendo a griegos y romanos, denominamos bárbaros, pusieron fin brutalmente a la antigüedad mediterránea. El término bárbaro, significa literalmente, el que balbucea, es el extranjero farfalloso que no participa del modo de vida greco-romana, vino a ser sinónimo de grosero, de inculto. Arte bárbaro como peyorativo, lo que la deja en un estado casi de misterio, de querer traspasar los límites y ver que hay, misterio salvaje que viene de bosques y estepas. Ha habido una moda en la atracción por los bárbaros, sea dicho, sin embargo, es cierto que precipitaron la ruina del imperio”. Y es cierto también que nos han legado hermosas miniaturas como la de la imagen superior de Saint- Aure.

La fuente de la vida - Eikon Editores

Evangeliario de Saint Médard de Soissons (s. IX). La fuente del paraíso. Aquisgrán. Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Eikon

Basándonos en la clasificación de la historia del arte, los merovingios y los carolingios (época de Carlomagno) produjeron las primeras miniaturas de calidad de la Edad Media. Existen algunos manuscritos iluminados anteriores, entre los años 400 y 600 realizados en el reino de los ostrogodos y su importancia radica no solo en su valor histórico inherente, sino también en el mantenimiento de un vínculo de alfabetización que ofrecen los textos sean iluminados o no. En el Imperio Romano de oriente, se produjeron libros miniados pero la furia iconoclasta que arrasó en Bizancio en los siglos VII y VIII destruyó miles de pinturas y manuscritos iluminados, así pues la mayoría de los manuscritos existentes son de la Edad Media. En la alta Edad Media vivieron un gran esplendor en un período muy interesante de la historia: el inicio de lo configurará Europa, el renacimiento carolingio que encontró en el libro iluminado el testimonio más brillante y numeroso del arte de esta época junto a la arquitectura (capilla octogonal de Carlomagno en Aquisgrán, la actual Aachen, Alemania) y la orfebrería, ya que frescos y mosaicos han sobrevivido muy pocos.

Godescalc Evangelistary - Wikidata

Godescalc. Evangeliario de Carlomagno. Cristo en Majestad (781-83). Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Wiki

El llamado renacimiento carolingio fue impulsado por el emperador Carlomagno entre finales del siglo VIII y comienzos del siglo IX y afectó a los ámbitos artísticos, científicos, literarios y jurídicos. Un factor decisivo fue la recuperación de la herencia clásica. El día de su coronación en Roma como emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico, el día de Navidad del año 800, Carlomagno se presentó ante el Papa León III luciendo una túnica roja a la moda romana. Había heredado de su padre, Pipino el Breve, un reino consolidado en el centro de lo que ahora es Europa que amplió en 30 años, convirtiendo el reino en un imperio que se extendió desde el corazón de Europa Central hacia el mar del Norte y el canal de la Mancha, el río Elba y hacia el sur Italia y Cataluña, en la llamada Marca Hispánica. Carlomagno quiso recuperar la idea del Imperio Romano desde Aquisgrán. Dada esta creencia política, tenía sentido adoptar en parte la cultura romana, el derecho, la literatura, el vestuario e intentar imitar sus artes, manteniéndola viva. Pero a su vez, se alió con el pontificado romano y al ser coronado por el Papa de Roma se identificó a Carlomagno como un nuevo tipo de César cristiano que debe gobernar un imperio santo renovado, pero siempre con el beneplácito de la Iglesia, como si fuera un Dios pantocrator (imagen superior).

Sacramentario de Gellone (800). Diócesis de Meux, Francia. Bibliothèque Nationale de France, París

Así pues, Carlomagno fomentó un renacimiento cultural que afectó a la educación, reformó la liturgia y restauró el latín aunque las lenguas vernáculas ya afloraban. La historiadora del arte del Metropolitan Museum de Nueva York, Jean Sorabella, lo explica bien: “Aunque Carlomagno aprendió a leer tarde y nunca dominara la capacidad de escribir, sintió un profundo respeto por los logros de la antigüedad y reconoció el prestigio del aprendizaje clásico. En su corte reunió a académicos de renombre internacional, tales como el inglés Alcuino, el teólogo castellano Teodolfo, y el historiador lombardo Paolo. El emperador trató a estos hombres como amigos y confiaba en que hicieran de su corte un poder cultural. Ayudaron a organizar un sistema ambicioso de patrocinio imperial, y trabajaron para asegurar modelos para los artistas carolingios que elaboraban las miniaturas. Un nuevo deseo de textos precisos y legibles condujo a una reforma de la escritura a mano, lo que produjo la llamada minúscula carolingia, de traza clara y elegante basada en las formas de letras romanas”. Así pues, se fijó una versión estándar de latín y se extendió el uso de la carolina (imagen superior), la precursora de nuestras modernas letras minúsculas, tuvo tanto éxito que después del año 800, la mayor parte de Francia ya había adoptado esta nueva forma de escribir.

Godescalc Evangelistary - Wikipedia

Godescalc. Evangeliario de Carlomagno (781-83). San Lucas. Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Wiki

En una sociedad muy creyente, siendo el Papa quien corona al emperador, los códices religiosos fueron muy importantes. El mismo Carlomagno y su esposa Hildegard encargaron un evangeliario iluminado al escriba Godescalc destinado a conmemorar la marcha de Carlomagno a Italia, su encuentro con el Papa Adriano I y el bautismo de su hijo Pipino, y lo inició a su regreso de Roma. Este evangeliario es el manuscrito más antiguo conocido producido en el escriptorium de la escuela de la corte de Carlomagno en Aquisgrán y el primer ejemplo de estilo de iluminación carolingio. Aunque el evangeliario lleva el nombre de Godescalc porque él participó en su confección como escriba y poeta, estuvieron involucrados un equipo de escribas, iluminadores y un encuadernador de libros. Sus miniaturas son magníficas, en especial las que repesentan los evangelistas.

Carolingian Art | Art History I

Godescalc. Evangeliario de Carlomagno (781-83). San Marcos. Bibliothèque Nationale de France, París.

Según Jean Porcher, se ignora todo de Godescalc, un franco según su nombre, consejero de confianza de Carlomagno que escribe una dedicatoria en la que ensalza su sabiduría y el interés que muestra por el arte del libro: “Solo con el pensamiento reconstruimos los modelos de que se sirvió Godescalc; pero comprobamos por comparación, que pertenecen todos al mundo bizantino, los retratos de los evangelistas y de Cristo se basan en modelos bizantinos, en los mosaicos de San Vitale, en Ravenna. El artista usó técnicas ilusionistas naturales para crear la apariencia de volumen en los personajes, y usó elaborados matices en la luz y la oscuridad para dar profundidad a los personajes. Seguramente debemos este evangeliario a ese viaje a Roma; su origen ha de buscarse en Italia aunque la ejecución sea bárbara.” De todos modos, se perciben influencias insulares, de Irlanda e Inglaterra, procedentes de monjes escribas que en esta época se establecieron en monasterios continentales y en el norte de los Alpes: “Su virtuosismo gráfico les aseguraba por doquier una indisputable primicia, se hallan aquí motivos de las Islas, rollos, lacerías, dentados y grandes iniciales irlandesas. Otros motivos proceden del Mediterráneo: palmitas, ramas, grecas, y el tipo de degradación polícroma”. Por lo tanto, el arte de los pintores de Carlomagno se distinguirá por esa doble corriente, aunque el evangeliario de Godescalc, continua Porcher “tiene un sabor de Oriente Medio que sólo a él le pertenece. Evangelistas de flaco rostro, Cristo de rasgos carnosos, grandes ojos negros de mirada ardiente”. El evangeliario de Godescalc estaba localizado en el siglo XII en Saint-Sernin de Toulouse. La ciudad estaba gobernada por Ludovico, rey de Aquitania, hijo de Carlomagno. No se sabe porque, ni como llegó a la ciudad rosa. Se lo daría Carlos a su hijo? Ahora se custodia en la Bibliothèque Nationale de France, una de sus obras maestras.

Gospels of Saint-Médard de Soissons by MINIATURIST, German

Evangelios de Saint Médard de Soissons. (s. IX). La adoración del cordero místico. Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Web gallery of art

La época carolingia produjo muchos manuscritos iluminados hechos en el mismo Aquisgrán, en su escuela o taller y en otras abadías. Muestro una selección de los de más calidad artística o que tienen algún componente original. Un primer ejemplo: los evangelios de la Abadía de Saint Médard de Soissons. Fueron donados por Ludovico Pío a esta abadía en 827. Lo interesante de la miniatura (imagen superior) es que se pintó un edificio con unas columnas que todavía estaban en la antigua basílica de San Pedro en Roma, el artista las debió ver o alguien le contó como eran. El tema es la adoración del cordero místico y la imagen es como una representación teatral sobre la que se abre el telón.

Gospels of Saint-Médard de Soissons by MINIATURIST, German

Evangelios de Saint Médard de Soissons (s. IX). San Juan Evangelista. Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Web Gallery of Art

La arquitectura fue importante en la época de Carlomagno, hizo construir su capilla octogonal en Aquisgrán y los manuscritos de su época lo muestran. En la miniatura superior, correspondiente a los Evangelios de Saint Médard de Soissons, se muestra a San Juan Evangelista enmarcado entre dos tipos de arquitectura: una que cumple una función de encuadre, las columnas y arcos se integran en el marco pintado que presenta al Evangelista, y otra que tiene un rol ilustrativo, nos muestra la muralla de la ciudad. Por otro lado, el trono del evangelista, se entiende como una referencia a la arquitectura de esta época y por extensión una referencia a la Jerusalén celestial. A destacar la maestría del miniaturista en la resolución del ropaje, como la túnica que envuelve el cuerpo del evangelista se ajusta a sus piernas cruzadas y deja sus pies al desnudo.

Analytical investigations on the Coronation Gospels manuscript -  ScienceDirect

Evangelios de la Coronación de Carlomagno (alrededor del año 795). Kuntshitoriches, Viena. Foto: Science direct

Los Evangelios de la Coronación de Carlomagno tienen una leyenda: se encontraron en el año 1000 sobre las rodillas de Carlomagno cuando Otón III abrió su tumba. Parece ser que había sido sepultado sentado y se encontró este libro sobre sus rodillas. Sobre estos evangelios Carlomagno habría hecho su juramento imperial cuando fue coronado por el papa León III en la Navidad del año 800 en Roma. Y desde su descubrimiento en época otónida, los reyes y emperadores del Imperio Sacro Romano Germánico se coronaban en Aquisgrán sobre este libro iluminado abierto. La ceremonia duró hasta el siglo XVI. Este libro miniaturado se confeccionó en la corte de Carlomagno en Aquisgrán e ilumina a los evangelistas. En el margen de uno de sus folios aparece el nombre de Demetrius presbítero, nombre griego latinizado, que se cree que corresponde al escriba o al pintor. El manuscrito es claramente un objeto de lujo, escrito en tinta de oro sobre una vitela teñida de púrpura, el color de la realeza. Son unas miniaturas muy características del llamado renacimiento carolingio, los artistas estaban interesados en los estilos clásicos, que vinculaban efectivamente Carlomagno a un antiguo emperador romano. El estilo clásico es evidente en las poses y la ropa de los cuatro evangelistas, que recuerdan imágenes de los antiguos filósofos romanos. Carlomagno probablemente ya disponía de este libro, elaborado antes de que fuera coronado emperador.

Los cuatro evangelistas - Eikon Editores

Evangeliario del tesoro de la catedral (S.IX). Catedral de Aachen, Alemania. Foto: Eikon

Otra de las miniaturas carolingias más destacadas son las pertenecientes al Evangeliario del tesoro de la catedral, preservadas en la catedral de Aachen (imagen superior). Se trata de unas imágenes de los cuatro evangelistas inusuales y serenas. Están en plena naturaleza, un paisaje montañoso con un horizonte, aéreo, cuando lo habitual es que se representen en interiores y enmarcados por elementos arquitectónicos. Situados en los cuatro ángulos se dan la espalda y cada uno en una colina redondeada, como en una nube en forma de bóveda que los aísla. Viven en su propio ensimismamiento, aparecen sentados y completamente entregados a su labor de lectura y escritura. Mateo está escribiendo, Marcos está sumergiendo su lápiz en su tintero, Lucas está leyendo y Juan está meditando sobre lo que se ha escrito. La que une a los cuatro es que sirven a un solo propósito: la proclamación de la palabra de Dios. Jean Porcher puntualiza: “La armonía y una nobleza antigua distinguen estas pequeñas pinturas que contemplan un sentido del espacio, algo completamente extraño en el llamado arte bárbaro del norte, de ahí que se cree que este tipo de representación sólo pudo ser llevada a cabo por un artista bizantino o de la zona de la actual Italia familiarizado con el estilo helenístico”. Se considera que estas imágenes constituyen otro un vivo ejemplo del renacer de las tradiciones de la Antigüedad clásica en la corte imperial de Carlomagno, para cuya capilla palatina en Aquisgrán se creó en origen este códice.

Evangelio de Xanten | KripKit

Evangeliario de Xanten (s. IX). Bibliothèque Royal de Belgique, Bruselas. Foto: Wiki

Otra sugerente miniatura – de composición muy moderna a los ojos de hoy- de la escuela de Aquisgrán, es este evangelista solitario y reservado (imagen superior), pintado en el centro del pergamino sin ningún marco que delimite el espacio alrededor, ni ornamentación alguna. Se sienta en un taburete bajo, dispuesto en diagonal; se le ve de perfil con el Evangelio abierto al frente apoyado por un atril. Está dibujado con trazos vigorosos, muy expresivos y la figura se destaca gracias a un juego de claroscuro, no habitual en la pintura miniada del siglo IX. Este evangelista pertenece al Evangeliario de Xanten, otro ejemplo del renacimiento carolingio en su devoción hacia el mundo clásico con el fin de imitar sus modelos. Esta miniatura fue probablemente hecha durante el reinado de Ludovico Pío.

La escuela de Reims

The Ebbo Gospels, An Unusual, Energetic Style of Illustration : History of  Information

Evangeliario de Ebbo. (816-35). San Mateo. Abadía de Hautvillers. Bibliothèque Municipale, Épernay

La escuela de Reims se inicia cuando en pleno auge del renacimiento carolingio, en el siglo IX, Ebbo, arzobispo de Reims, reunió en la abadía de Hautvillers, situada entre las ciudades de Reims y Éparnay, a artistas autóctonos que renovaron la producción artística de libros iluminados y establecieron una escuela a la que también acudieron miniaturistas de Aquisgrán. La obra más conocida de la escuela de Reims es el Evangeliario de Ebbo que sorprende por sus figuras tan expresionistas y tan desasidas. El trazo es enérgico, hecho a rayas, con distorsiones, parecen figuras hechas por algún pintor de las vanguardias del siglo XX o por un hábil dibujante de hoy mismo, nada que ver con miniaturas relamidas que veremos más adelante. Los evangelistas están representados en poses nerviosas y agitadas, sus rostros como asustados quizás ante la tarea que se les ha encargado. Con estas líneas frenéticas se crea la ilusión de unas figuras tridimensionales en el espacio.

Ebbo - Wikipedia, la enciclopedia libre

Evangeliario de Ebbo (816-35). San Marcos. Abadía de Hautvillers. Bibliothèque Muncipale, Épernay. Foto: Wiki

Ebbo era hijo de una nodriza del futuro rey Ludovico Pío, hijo de Carlomagno, se criaron juntos en el palacio y fueron condiscípulos. Ludovico apreciaba la viva inteligencia de Ebbo y le hizo su bibliotecario. Luego fue nombrado arzobispo de Reims en 816 y fue cuando convirtió el escriptorium de la abadía de Hautvillers en un centro artístico de primera magnitud con el fin de satisfacer y enaltecer la iglesia. En Hautvillers se ejecutaron bajo sus auspicios y los del abad Pierre, algunos de los manuscritos más impresionantes de la época carolingia, los cuales ejercieron más profunda influencia, la más duradera sobre el arte occidental. Según Jean Porcher, “Ebbo era un hombre ardiente, duro, violento, como muchos bárbaros y dotado de una especie de sensibilidad retorcida”. Vivió en un ambiente propicio, con la más alta intelectualidad de su época. La propia escuela catedralícia de Reims, atrajo a grandes nombres como Hincmar, el cronista Flodoard, el monje Richerus, y el famoso Gerbert d’Aurillac, quien se convirtió también en arzobispo de Reims y más tarde Papa con el nombre de Silvestre II. Poco después de que Gerbert dejara la escuela catedralicia, su prominencia disminuyó y hay pocos documentos sobre ella en la primera mitad del siglo XI. Y en cuanto a la escuela de miniaturistas de Reims los especialistas creen que empezó a decaer cuando Ebbo fue sustituido por Hincmar, uno de sus más feroces adversarios políticos que se apresuró a excluir el personal que rodeaba a su antecesor, artistas y escribas incluidos.

The Utrecht Psalter - Medieval Histories
Salterio de Utrecth (820-30). Abadía de Hautvillers, Francia. Universidad de Utretcht. Foto: Medieval histories

Entre las principales obras que probablemente se hicieron en la abadía de Hautvillers cabe destacar el Salterio de Utrecht que debe mucho al Evangeliario de Ebbo, que fue quizás el más importante de todos los manuscritos carolingios. Destaca, según Jean Porcher, por “su vivacidad, justeza del trazo, multitud de figuritas, parece un croquis pero son dibujos acabados y completos muy ágiles, composiciones claras. Los dibujantes de este salterio son de una infatigable fecundidad”. Tal como los de Ebbo, parecen hechos hoy, de ahí que tienen este valor de intemporalidad presente en todas las obras maestras. Porcher afirma que su traza tiene el temperamento bárbaro de los carolingios: “Feroz entraña e ímpetu del alma”.

La escuela de Drogo en Metz

Drogo te Metz (School) | Lexicon van Boekverluchters

El Remense. Sacramentario de Drogo (850). Las Santas Mujeres en el sepulcro. Metz, Francia Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Lexicon

Carlomagno engendró veinte hijos, con ocho de sus diez esposas y con concubinas conocidas, que fue colocando en cargos en las altas esferas del imperio. A su muerte, el imperio se dividió entre ellos y, claro, se pelearon. Con los nietos el imperio se rompió definitivamente, creando el mosaico de territorios que acabaran configurando la actual Europa. Drogo fue uno de los hijos ilegítimos de Carlomagno y nombrado arzobispo de Metz. Como Ebbo, fue educado en el palacio y cuando se sucedieron las disputas entre hermanos, Drogo permaneció fiel a sus hermanastros Ludovico y Lotario. Gracias a Drogo, Metz se convirtió en un centro artístico tan importante como Hautvillers que activó él mismo convirtiéndose en un gran mecenas de las artes del siglo IX. Embelleció la catedral de Metz y encargó manuscritos iluminados como el magnifico Sacramentario que lleva su nombre (imagen superior). Metz se nutrió de artistas procedentes de la abadía de Hautvillers que se establecieron en la ciudad, como el pintor del Sacramentario de Drogo, al cual se le apodó el Remense. Fue en Metz donde arraigó la letra historiada para decorar todo un manuscrito, forma definitiva que adoptaran la miniatura románica y luego la gótica. El estilo del Remense se conoce porque emplea pocos colores: verde, amarillo, violeta, ténue azul; esa discreción la compensa por la lozanía y la exhuberancia de todo tipo de follajes que corren a lo largo de rectas y curvas, pámpanos sueltos o trenzados. El Remense debió conocer los mosaicos de Santa Constanza de Roma (siglo IV), saturada con motivos antiguos: follajes, putti jugando, lazos y entrelazos, ya que hay similitudes con sus letras del Sacramentario. Acaso Drogo fue a Roma en el séquito de Luis II, el hijo de Lotario, a quien el papa Sergio II coronó rey de Lorena en 869, el volumen está inacabado porque el rey fue depuesto al año siguiente.

Escuela de Tours

File:AdamEveMoutierGrandvalBibleBritLibAddMS10546Fol5b.jpg - Wikimedia  Commons

Biblia de Mautier-Grandval (840). Tours, Francia. British Library, Londres. Foto Wikiwand

La ciudad de Tours reunió a artistas que se fueron de Aquisgrán tras de la muerte de Carlomagno y artistas de Reims o formados en Hautvillers que se personaron en Tours tras la caída del arzobispo Ebbo. Estos colaborarían en un cometido considerable comenzado en Tours y terminado en otros sitios: una biblia ilustrada, de la que nos quedan 4 ejemplares, hechas en cerca de 30 años. Las biblias fueron producidas por equipos de escribas y artistas de la abadía de Saint Martin de Tours para su distribución en el recién creado Imperio de Carlomagno. La primera, es la llamada Biblia de Alcuíno, que solo contiene dos imágenes. Alcuíno de York es un inglés que se convirtió en la figura principal del grupo de académicos y artistas ya citados para estimular el renacimiento cultural carolingio, fue abad de la abadía de Saint Martin de Tours y por deseo de Carlomagno creó un taller de estudios y ediciones bíblicas (796-804). La segunda es la Biblia de Maûtier-Grandval que trata el tema de la redención y toma su nombre del monasterio de Maûtier-Grandval, en el cantón suizo de Berna, en Suiza, donde se ubicó desde al menos el siglo XVI hasta que en tiempos de la revolución francesa la abadía fue abandonada y la biblia encontrada en Delémont por unos niños. Contiene tres páginas completas con miniaturas, las más curiosa es la historia de Adán y Eva sobre varios registros como si fueran “dibujos animados en tiras” en un estilo que ahora denominaríamos expresionista más que parecido al cómic (imagen superior). El tercer ejemplar es la primera biblia de Carlos el Calvo (nieto de Carlomagno e hijo de Ludovico Pío).

Scenes from St. Jerome's Life, Bible of Charles the Bald

Biblia de Carlos el Calvo (s.IX). Escenas de San Jerónimo. Bibliothèque Nationale de France, París

La cuarta biblia la encargó Carlos el Calvo para su matrimonio con Riquilda en 869. Más profusa que su primera, con un total de 24 grandes iniciales, han pasado 25 años desde que se confeccionó la primera biblia, la composición es más animada y hay que fijarse en los detalles, muy elaborados. La confeccionó un pintor de Reims en Tours y en una de las escenas, la vida de San Jerónimo, el viento hincha poderosamente la vela del navío hacia Jerusalén mientras Jerónimo y sus colaboradores están sentados en el interior de sus viviendas y ya se observa un cierto sentido de perspectiva en la representación de la arquitectura (imagen superior). Según Jean Porcher, el arte de Tours se caracterizará por una sobriedad que lo debe todo a los modelos clásicos y que se imita fielmente en los detalles de la ornamentación, en una presentación clara y sencilla. Con Carlos el Calvo, el arte carolingio de la miniatura iba a alcanzar su último esplendor con los scriptoriums que estableció en las abadías de Corbie y en Saint Denis (París).

Salterio de Carlos el Calvo (s. IX) Retrato de Carlos el Calvo. Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Europeana

Carlos el Calvo se interesó por los libros y el arte. Aficionado exigente, se le considera el mecenas más poderoso de la Cristiandad, se aseguró los servicios del mejor dotado de los pintores de entonces: el ya citado remense. De Carlos el Calvo data el origen de toda una serie de compilaciones para uso laico, cuyo éxito seria inmenso más tarde, libros de oraciones, como el suyo propio, el primero en su género, poco ornamentado, y que lo usó mucho. Lo más excepcional en cuanto a miniaturas es su salterio, en donde aparece su retrato, única imagen, con la de Lotario, que nos queda de un rey carolingio y parece ser que bastante fiable. Habría que esperar al s. XV en Francia para ver una imagen con semejante exactitud, una búsqueda tan escrupulosa del parecido y que parezca que tenga vida, aunque no le halague. Él mismo donó el salterio a la Catedral de Metz, donde se mantuvo hasta el siglo XVII. En 1674, se le regaló el manuscrito a Jean-Baptiste Colbert, cuya colección se convirtió en parte de la Biblioteca Real en 1732, la precursora de la actual Bibliothèque Nationale de France.

Pin by Historia Sztuki on Codex Aureus of St. Emmeram | 870 | Medieval art,  New art, Carolingian

El Remense. Codex Aureus o Evangelios de San Emerano (870). Saint-Médard de Soissons, Francia. Bayesrische Staatsbibliothek, Munich. Foto: Pinterest

El Remense fue el pintor por excelencia de la miniatura carolingia. Elaboró la biblia de Maûtier-Grandval, pintó los evangelios de Lotario y como pintor de Carlos el Calvo ilustró la biblia de Saint-Calixte, hoy en la abadía de San Pablo extramuros de Roma y, finalmente, como coronamiento de una actividad de 30 años, ilustró los Evangelios de San Emerano, el llamado Códex Aureus (imagen superior). Contiene los textos de los cuatro evangelistas en latín escritos completamente en letras de oro por Liutardo y Berengario y las miniaturas del Remense, de ricos colores, un gozo para la vista en su conjunto y vale la pena detenerse en los exquisitos detalles como la mirada entre san Juan y su águila, la casa/armario que guarda los evangelios, etc. Este códice, creado a finales del siglo IX, es uno de los últimos ejemplares en su magnificencia, del arte carolingio. Se considera que el arte carolingio muere con Carlos el Calvo y con su pintor, el Remense.

Mediterráneo

Khatchatur of Khizan. Sacrificio de Isaac (1455). Turquía. Walters Museum of Art, Baltimore, Maryland

En el Walters Museo of Art de Baltimore destinan una sección a explorar las religiones y las artes de los judíos, cristianos y musulmanes en la región mediterránea medieval a través de libros raros y manuscritos iluminados. Estas comunidades de creyentes se conocían colectivamente como el “Pueblo del Libro”, porque cada una estaba construida sobre un libro sagrado que contenía la Palabra de Dios: la Biblia hebrea, la Biblia cristiana y el Corán. Los ejemplares que conserva el museo no habían sido expuestos hasta hace poco debido a su sensibilidad a la luz y provienen de las regiones mediterráneas, fueron realizados durante los períodos medieval (300-1400) y principios de la edad moderna (1400-1800). Su contemplación y análisis prueba que esos tres libros sagrados, fruto de tres religiones nacidas a orillas del Mare Nostrum, comparten mucho y el principio fundamental del monoteísmo, o la creencia en un solo Dios. Además, los fieles que viven en este tiempo y lugar a menudo hablan el mismo idioma y se inspiran mutuamente en el arte y la arquitectura. En el “Libro” tratan los mismos temas, por ejemplo el sacrificio de Isaac (imagen superior) donde el miniaturista armenio Khatchatur of Khizan, de tradición judeo-cristiana, representa el momento que Abraham va a sacrificar a su hijo Isaac, mientras que en la tradición musulmana se sacrifica a Ismael. En el Walters se conservan de los dos libros del s. XV, en la Biblia con manuscrito iluminado y en el Corán solo el texto ya que el Islam prohibe la representación de imágenes.

Image for The Evangelist Mark with his symbol, the lion

Lukas el chipriota (escriba) y artista anónimo ruso. San Marcos con el león. (1594-1596). Walters Museum of Art, Baltimore. Foto: WMA

El movimiento fluido tanto de artistas ambulantes como de objetos portátiles como manuscritos y textiles favoreció el intercambio de ideas y estilos artísticos entre artistas y comunidades de todas las orillas del Mediterráneo. Debido a desacuerdos teológicos, la Iglesia cristiana se dividió en dos partes durante el Gran Cisma de 1054 creando una Iglesia católica occidental con sede en Roma y la Iglesia ortodoxa oriental con sede en Constantinopla (actualmente Estambul). El estilo artístico de los siglos que van entre la Antigüedad tardía y el mundo propiamente medieval es el bizantino, quien, a pesar de las destrucciones iconoclatas de los siglos VIII-IX, no se perdió, perduró y se dispersó por el Mediterráneo. A partir del siglo IX fructificaría en los estilos prerrománico y románico en frescos y retablos en occidente; mientras que oriente se mantuvo con influencia otomana tras la toma de Estambul por los otomanos, de religión islámica, en 1453, que marcó el fin del imperio bizantino. No obstante, las comunidades cristianas orientales siguieron manteniendo el estilo bizantino. Por ejemplo, durante el imperio otomano se realizó la iluminación de la imagen superior incorporada en un Evangelio que fue escrito por el célebre escriba Lukas el chipriota, que fue un artista que viajó mucho. Nació en el Mediterráneo, fue un griego de Chipre que se trasladó a Rumania donde copió este manuscrito allí y luego viajó con el libro a Rusia, donde un taller de iluminadores rusos lo ilustró en un estilo bizantino, agregando breves instrucciones a los artistas (ahora cubiertas en su mayoría por las miniaturas o en los márgenes en eslavo, el idioma de la iglesia ortodoxa rusa).

Armenia/Venecia

San Lázaro de los armenios - Wikipedia, la enciclopedia libre

Monasterio de San Lazzaro degli Armeni, Venecia. Foto: Wiki

Ya que he mencionado a un artista armenio, en este ámbito del Mediterráneo, hay que hablar de un importante centro de conservación de manuscritos iluminados que conozco, realmente fascinante por su situación y contenido, que se encuentra en la isla de San Lazzaro degli Armeni, en Venecia. Desde 1717 la isla es la sede de la Orden Mequitarista, fundada en Constantinopla. La orden entendió el potencial implícito de la palabra escrita para la preservación de la cultura armenia amenazada por las vicisitudes de la historia, el pueblo armenio es de los que más ha sufrido persecuciones y genocídio. Así que el monasterio de San Lazzaro preserva una rica biblioteca, que consta de más de 140.000 volúmenes, como el primer diccionario completo de la lengua armenia, la primera historia moderna de Armenia y la primera traducción de la Biblia al armenio. Custodia la mayor colección de códices vernáculos fuera de oriente. Todo fue realizado en la isla por los monjes, lo que la convirtió en uno de los principales centros de impresión armenios. Armenia estableció su propia iglesia independiente alrededor del año 300, distinta a las tradiciones católica y ortodoxa. A principios de la Edad Media, los armenios ya habían establecido rutas comerciales desde el Cáucaso hasta la península de Arabia, el Mediterráneo, en Asia, Etiopía (aún perdura un barrio armenio en el centro de la capital, Addis Abeba) y en el sur de África y son uno de los grupos religiosos que custodian la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén.

Libro del Viernes (1512). Venecia. Biblioteca del monasterio de San Lazzaro degli Armeni, Venecia. Foto: Khatcherian and Khachatryan

En la Armenia medieval, se creía que libros religiosos servían como intercesores celestiales para aquellos implicados con la creación, el patrocinio o el cuidado de los libros; los libros del Evangelio se encuentran entre los manuscritos armenios más suntuosos. La biblioteca del monasterio de San Lazzaro degli Armeni custodia 4.500 valiosos manuscritos iluminados confeccionados por miniaturistas armenios, griegos y sirios. Se encuentran entre las mejores obras de arte armenio, ya que la “Palabra” ha sido el foco principal de veneración en la iglesia armenia desde su fundación. La orden lo considera su mejor tesoro y algunos estan en exposición pública en la torre en forma de rotonda, llamada la Sala de los Manuscritos. Su construcción fue financiada por el comerciante de antigüedades armenio de El Cairo, Boghos Ispenian y fue diseñada por su hijo Andon Ispenian. Fue inaugurada en 1970. Los primeros y la mayoría de los manuscritos iluminados son códices religiosos que datan desde el s.VIII.

T’oros Roslin. Evangeliario de T’oros. Natividad (1262) Walters Museum of Art, Baltimore, Maryland. Foto: WMA

Para interesados en la miniatura armenia, además de San Lazzaro, se conservan manuscritos iluminados armenios en el Matenadaran (Mesrop Mashtots Institute of Ancient Manuscripts) de Yerevan, la capital de Armenia, en la Iglesia Apostólica de Armenia de Jerusalén, en la Bibliothèque Nationale de France y la British Library. En Estados Unidos posee una buena colección el Walters Museum of Art de Baltimore que he tenido ocasión de conocer, ya que es donde vivo desde hace años. Conserva iluminaciones de T’oros Roslin, considerado el gran miniaturista armenio del s. XIII, lo llaman el Miguel Ángel de Armenia. El manuscrito de la imagen superior fue elaborado en el scriptorium de Hromkla, en época medieval territorio armenio y hoy turco, que se convirtió en el principal centro artístico de Armenia bajo el gobierno de Catholicos Constantine I. Hromkla había sido una posesión de un cruzado europeo cuya mujer armenia la cedió a la iglesia después de su muerte. La información del Walters Museum indica que T’oros creó este manuscrito por encargo del sobrino de Constantino, un sacerdote también llamado Toros. Es uno de los siete manuscritos conocidos que llevan su firma y es el más rico de todos, con 15 miniaturas y 67 ilustraciones más pequeñas. El manuscrito fue apreciado durante mucho tiempo dentro de la iglesia armenia, tanto que su iluminación sirvió de modelo para los escribas armenios, en particular Bargham y su hijo Mikayel.

File:T'oros Roslin - Joseph's Dream - Walters W53917R - Detail A.jpg -  Wikimedia Commons

T’oros Roslin. Evangeliario de T’oros (1262). El sueño de José. Walters Museum of Art, Baltimore, Maryland. Foto: WMA

El manuscrito del Walters Museum of Art de Baltimore se conservó en Sivas (actual Turquía) donde permaneció hasta la deportación y genocidio de los armenios por los turcos en 1919. Acabó en París y diez años más tarde fue comprado por el magnate ferroviario estadounidense Henry Walters, quien tenía una pasión por el arte armenio y todo lo bizantino en general. Su esposa Sadie donó el manuscrito al Walters Museum of Art en 1935 (imagen superior). Roslin introdujo una iconografía basada en su conocimiento del arte de Europa occidental mientras continuaba las convenciones establecidas por sus predecesores orientales bizantinos. Su estilo se caracteriza por una delicadeza de color, un tratamiento clásico de las figuras y sus vestimentas, una elegancia de línea y una iconografía innovadora: “Las figuras de Roslin, externamente tranquilas, reflejan la angustia espiritual del hombre medieval, sus ansiedades, su mundo interior, los altibajos inexplicables de sus emociones aparentemente imperceptibles”, se escribe en la web del museo.

 Ms, 59, fols 3v-6r Bifolium

Toro’s Roslin. Tablas del canon de los Evangelis de Zeyt’un (1256). Hromkay, Armenia. Getty Museum, Los Angeles, California. Foto: Stanford University press

Los Evangelios de Zeyt’un, destinados a Katholikos Constantine I, es la obra más temprana de T’oros Roslin y la más espléndida y original. Fueron creados en 1256 en el scriptorium del castillo de Hromklay, ubicado al sudeste de la actual Turquía, a orillas del río Éufrates y cerca del mar Mediterráneo; en esa época era la sede principal de la iglesia armenia. Las tablas del canon de este evangeliario (imagen superior) se separaron del manuscrito original en algún momento desconocido durante la 1a Guerra Mundial y en el marco del genocidio armenio perpetrado por los turcos. Las tenía el clérigo Khachadur Der Ghazarian que las dio, después del genocidio, al misionero americano James Lyman para que las salvaguardara. Finalmente fueron a parar al Getty Museum de Los Angeles. El resto del evangelio se quedó en Armenia y ahora se encuentra en Matenadaran en Yerevan. Las tablas del canon, llamadas también los cánones eusebianos, son el sistema de división de los cuatro evangelios utilizados entre los tiempos del primer Cristianismo y la Edad Media antes de que se crearan las divisiones en capítulos y versículos modernos. Las tablas proporcionaban una concordancia de pasajes relacionados que describen los mismos eventos en más de uno de los cuatro evangelios. Casi siempre precedían a los propios evangelios. Ocupaban varias páginas y se hallaban entre los pasajes más elaborados de un manuscrito iluminado y los artistas solían utilizar elementos arquitectónicos como arcos y columnas para las separaciones. Es lo que hizo Roslin (imagen superior). En sus arcos de herradura, capiteles, arquitrabes, entablamientos y columnas añadió una profusa decoración con elementos vegetales y animales y motivos de joyería, donde demuestra una gran capacidad imaginativa, todo ello transmite una gran vitalidad, con un repertorio iconográfico muy amplio en el que introdujo nuevos motivos extraídos de elementos europeos, islámicos o incluso chinos. No olvidemos que Hromklay fue un cruce de caminos en el Mediterráneo oriental. Cuando se abría el libro aparecían las dos composiciones casi idénticas en las dos páginas enfrentadas, pero, por ejemplo, los pájaros de cada una de las composiciones pueden estar posicionados de manera diferente, lo que da la ilusión de movimiento cuando se mira de una página a otra. La exuberante decoración casi ofusca el texto escrito en alfabeto armenio, el erkat agir.

Image for Portrait of Mark and Luke

Sargis. Evangeliario. Marcos y Lucas (966). Armenia. Walters Museum of Art, Baltimore, Maryland. Foto: WMA

El Walters Museum of Art preserva el manuscrito iluminado armenio más antiguo de los que se encuentran en Estados Unidos y el quinto más antiguo entre los evangeliarios armenios documentados. Fue encargado y escrito (y probablemente pintado) por un clérigo llamado Sargis. El mismo manuscrito describe el encargo de este códice “como decoración y para el esplendor de [la] sagrada iglesia y para placer de la congregación de Rzner”. Antiguamente era conocido como el Evangelio de los Traductores, ya que parece que el texto se basaba en la traducción original de los evangelios a la lengua armenia durante el s. V y se copia en escritura erkat’agir. Esta palabra es técnicamente un sustantivo formado por la combinación de las palabras armenias erkat, que significa “hierro”, y gir, que puede traducirse como “escritura” o “letras”. Aunque entre los especialistas de la paleografía armenia no hay acuerdo sobre el significado exacto de “escritura o letras de hierro”, una explicación plausible es que la palabra “hierro” en realidad puede referirse a una especie de lápiz o pluma de hierro que empleaban los escribas armenios para trazar las letras. Todos los manuscritos en pergamino armenios sobre los libros del evangelio y textos bíblicos a partir del s. X están escritos en erkat’agir, sin embargo, los especialistas asumen que esta escritura se utilizó desde los inicios de la alfabetización armenia (principios del siglo V). El evangeliario de Sargis, del s. X, está escrito en erkat’agir y las pinturas ocupan la página entera. Según la web del Walters Museum, los ornamentos marginales presentan características estilísticas de la iluminación armenia de los siglos X y XI asociadas al mecenazgo no real.

Etiopía

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Evangeliario de Gunda Gunde (s. XVI). Etiopía. Walters Museum of Art, Baltimore, Maryland. Foto: Wiki

Etiopía era un país de cruce de culturas y religiones, de confluencia de rutas comerciales, de aventureros y de peregrinos; el conjunto nos ha dejado un buen y valioso legado de obras de arte y arquitectura. Influye su situación geográfica, situado en un cuerno en el este de África, históricamente tenía acceso al mar Rojo, al mar Mediterráneo, al río Nilo y al océano Índico. No conozco el país, ni creo que vaya, afortunadamente algunas de las mejores obras de arte que a lo largo de los siglos ha producido este país, se pueden ver en museos occidentales y el Walters Museum of Art de Baltimore acoge una de las colecciones de arte etíope más extensas fuera de Etiopía. El motivo se debe a que (tal como con las miniaturas armenias) le gustaban al coleccionista Henry Walters y las compró para más adelante legarlas al museo que lleva su nombre y a la ciudad de Baltimore. Pero sobre todo es gracias a Gary Vikan, un especialista en arte bizantino por formación, ahora mismo jubilado, y que fue un gran director del museo desde 1994 a 2003, quien, cuando sólo era asistente de dirección, montó en el museo en el año 1993 una exposición de arte etíope: African Zion: the Sacred Art of Ethiopia. El objetivo era involucrar a las comunidades negras de Baltimore y Washington DC y a descendientes de la diáspora étiope. La exposición se montó principalmente con obras prestadas de otras instituciones, se convirtió en la primera gran exposición de arte etíope en EEUU que recorrió otros siete museos del país. Tuvo tanto éxito que desde ese momento los coleccionistas empezaron a ofrecer arte etíope antiguo al Walters Museum of Art y Vikan, ya director, lo compró para ampliar la colección original. Hoy preserva más de 200 obras.

Sensul (s. XVII). Gondar, Etiopía. Walters Museum of Art, Baltimore, Maryland. Foto: WMA

Una de las obras más características del arte antiguo de Etiopía son los manuscritos iluminados encadenados que reciben el nombre de Sensul (a veces escriben Sansul). Están constituidos por hojas de pergamino cosidas y plegadas a la manera de un acordeón y orientadas horizontalmente (imagen superior). Sus hojas suelen estar iluminadas por una cara con imágenes de página entera, una inmediatamente después de la otra, ya menudo no tienen texto más allá de simples inscripciones que identifiquen a las figuras representadas. Aparecieron por primera vez en Etiopía a finales del siglo XV, y experimentaron un segundo florecimiento en el siglo XVII. La iconografía de los Sensuls se basa en una serie de representaciones de figuras sagradas de santos o la Virgen parecidas a iconos, o de escenas narrativas extraídas de la Biblia. El motivo principal de la aparición de este tipo de manuscrito iluminado en Etiopía parece litúrgico. Son como figuras sagradas mostradas en serie, en cada hoja cambian los colores y se expresan sutiles diferencias en los rasgos faciales de cada figura. La historiadora del arte de la Universidad de Uppsala, Ewa Balicka-Witakowska, los ha definido como “letanías pintadas”, series cantadas a menudo en canon: el Santo Eudald, ruega por nosotros, o lo que el Señor tenga piedad de nosotros de las misas o el Ora pronobis, etc. De hecho, las letanías tienen un papel muy importante en la liturgia ortodoxa etíope, así como la experiencia y la evocación de una procesión religiosa, con cruces, iconos, abanicos litúrgicos, donde los clérigos se alinean uno al lado del otro a orillas de un río, rodeados de fieles en un acto multitudinario con cánticos y letanías y movimiento de balanceo. Aún se celebran hoy, como antaño, en diversas ciudades etíopes, como la fiesta de Timkat, la celebración de enero del bautismo de Cristo. Por lo que respecta a los colores, están pintados con vivos colores rojos, amarillos y azules. Cabe destacar que el único pigmento azul que se encontraba en los manuscritos etíopes hasta el siglo XVIII, era el añil, que se extraía de una planta, la indigofera tinctoria, importada de la India. Llegaba a Etiopía en la forma de unas bolas secas que se trituraban y el polvo resultante se mezclaba con adhesivo para pintar. El añil tanto se utilizaba para dibujar el pelo gris y las barbas de los santos mayores como para pintar las túnicas azules de los santos y de la Virgen, era el color que indicaba un estatus elevado. Los artistas etíopes también combinaron el añil con un pigmento mineral amarillo brillante, oro, para producir una pintura verde que se conoce con su nombre francés: vergaut.

The long procession of Ethiopian art: a 15th-century icon made of folding parchment

Icono procesional plegable en forma de abanico (s.XV). Etiopía. Walters Museum of Art, Baltimore, Maryland. Foto: WMA

Semejante a los sensuls, Etiopía inventó una manuscrito único e insólito que consta de hojas rectangulares de pergamino juntos como un acordeón pero que cuando se despliega y se une por ambos extremos configura un abanico. En el de la imagen superior se representan 38 figuras de profetas, apóstoles y santos de pie, colocados uno junto al otro y mirando hacia dentro por parejas, da la impresión de que están hablando entre ellos. La figura de la Virgen María aparece en los vértices. Cada figura ocupa todo el rectángulo y están enmarcadas por bordes horizontales de diseños abstractos y vegetales. Este tipo de sensul parece tener su origen en las tierras altas cristianas de Etiopía, probablemente se produjeron en el monasterio de Gunda que disponía de un scriptorium que floreció a finales del siglo XV y principios del XVI y donde se crearon algunos de los manuscritos más creativos de la historia de Etiopía y de la historia del arte y los primeros sensuls. Actualmente sólo se conocen cinco de este tipo, cuatro se encuentran en Etiopía y éste de la colección del Walters Museum of Art. La historiadora del arte Marilyn Heldman ha afirmado que estos abanicos se crearon como respuesta a la necesidad de iconos marianos cuando el rey Zä’ra Ya’eqob instituyó la veneración obligatoria de María a mediados del siglo XV. De hecho, los objetos en este formato de abanico parecen producirse sólo durante y justo después del reinado de Zä’ra Ya’eqob . Son como iconos portátiles. Los sensuls y abanicos permitieron que una persona llevara múltiples iconos simultáneamente y desplegar el pergamino para orar a su santo favorito cuando sentía necesidad. Luego se protegían con una caja cilíndrica de cuero y con una cinta se podían colgar en el cuello como un collar o en cualquier sitio. De hecho, tanto la Iglesia cristiana occidental medieval como la Iglesia ortodoxa oriental emplearon abanicos litúrgicos decorativos durante la misa, con el objetivo principal de ahuyentar a las moscas que volaban hacia el pan y el vino eucarísticos.

Image for Eusebius' Letter to Carpianus

Mätre Krestos. Evangelio Etíope (s. XIV). Walters Museum of Art, Baltimore, Maryland

Estos manuscritos iluminados son fruto de un país en el que el Cristianismo arraigó muy fuerte. Tras Armenia, Etiopía es el primer país africano y el segundo más antiguo del mundo que adoptó el Cristianismo. Según una leyenda muy asentada en el país, el Cristianismo fue llevado a Etiopía en el siglo IV por dos devotos frailes sirios, Frumentious y Aedesius de Tiro, en el actual Líbano. Naufragaron en la costa de la actual Eritrea y llevados a la corte del rey Ezana en Aksum, donde convirtieron al rey quien adoptó el Cristianismo como religión estatal. Frumentius se convirtió más tarde en el primer obispo de Etiopía. Otras fuentes explican que fueron estudiosos de la Iglesia ortodoxa Copta de Alejandría quienes convirtieron al rey etíope; lo que es cierto que desde Alejandría se supervisó la iglesia ortodoxa etíope desde el principio y hasta el año 1959! A lo largo de los siglos, se fundaron monasterios como centros de aprendizaje encargados de difundir el conocimiento y consolidar tanto el poder y la influencia de la monarquía como el mensaje de la iglesia ortodoxa etíope. El texto de los Evangelios era considerado la escritura sacra más importante. Por tanto, el Cristianismo etíope tradicional forma parte de la Iglesia ortodoxa oriental, pero ha adoptado algunas tradiciones de la occidental, así como prácticas judías como la celebración del shabat, la circuncisión para los niños y las normas dietéticas que se basan en el kosher, sin dejar de lado al Islam, que es la otra religión que se practicaba en Etiopía. En tanto que uno de los reinos cristianos más antiguos, los artistas etíopes produjeron, además de manuscritos iluminados, iconos, pinturas murales, cruces de varios tamaños, encuadernaciones, textiles… para apoyar su liturgia. El evangelio de la imagen superior fue escrito e iluminado en Tegray, en el norte de Etiopía, por el escribano Mätre Krestos en la lengua litúrgica oficial de Etiopía, el Ge’ez. Según la web del Walters Museum of Art que la exhibe, lo más destacado son las referencias a lugares santos de Jerusalén, como el Gólgota y el Santo Sepulcro, tal y como aparecieron en el siglo VI. El manuscrito parece basado en un ejemplar que contiene imágenes relacionadas con el culto bizantino de los lugares santos. Se considera que este evangeliario es un registro clave para entender el resurgimiento del monaquismo en la Etiopía del siglo XIV.

Image for The Magi and the shepherds

Evangeliario de Gunda Gunde. Lo Reyes Magos y los pastores (s. XVI). Etiopía. Walters Museum of Art, Baltimore, Maryland. Foto: WMA

En la imagen superior, podemos ver hoja de otro gran evangeliario etíope, escrito también en la lengua Ge’ez, que contiene once miniaturas de página entera y seis tablas de cánones con elaborada ornamentación. Este manuscrito representa la edad dorada de lo que se ha llamado estilo Gunda Gunde, que lleva el nombre de un monasterio del distrito de Agame. Se caracteriza por bloques de color atrevidos definidos por motivos lineales detallados y con frecuencia delicados. Las figuras son muy estilizadas y expresivas, mientras que las tablas de canon y los bordes que le acompañan están llenas de entrelazados y formas geométricas intrincadas. El manuscrito está excepcionalmente bien conservado y es un excelente y raro ejemplo del arte de la iluminación etíope realizado en uno de sus más importantes centros artísticos.

Evangelios de Zir Ganela (1400-1). Etiopía. Morgan Library, Nova York. Foto: ML

Entre los manuscritos iluminados que nos ha legado Etiopía destaco el de la imagen superior que me parece una maravilla y que a ojos de hoy parece moderno (de hecho no fue apreciado hasta el s.XX). Fue encargado por la princesa Zir Ganela para el monasterio del cual era abadesa. Ganela decidió entrar en la vida religiosa después de un matrimonio con cuatro hijos. Era nieta del emperador Amda Seyon I de Etiopía (1314-1344), el heroico guerrero que algunos historiadores consideran que fue el fundador del estado etíope. El manuscrito está abundantemente iluminado con veintiséis miniaturas de página entera. Sus escenas son muy dinámicas, realmente parece que las aves vuelen, están pintadas con colores vivos y cálidos. Sin embargo, las miniaturas etíopes presentan problemas éticos desde el punto de vista del s. XXI (como tantas otras obras de arte). Algunos de los manuscritos iluminados que se encuentran en museos del Reino Unido, sobre todo en el British Museum y en colecciones privadas, provienen del saqueo de numerosas obras de arte que se produjo como consecuencia de la batalla de Maqdala que tuvo lugar el de 1868 entre fuerzas británicas y abisínias y que ganaron los británicos.

Islas Británicas

Libro de Kells - Wikipedia, la enciclopedia libre

Libro de Kells (800). Abadía de Kells. Trinity College Library, Dublin

En las islas británicas los miniaturistas ingleses e irlandeses desarrollaron muy pronto ciertas particularidades gráficas y ornamentales con composiciones que llegaron hasta tierras lombardas gracias a monjes irlandeses que se establecieron allí. Jean Porcher indica: “Sobre una escritura magníficamente decorativa por si misma, en Irlanda e Inglaterra se incrustaron las ornamentaciones celtas y germánicas que la orfebrería cultivaba, completados y enriquecidos por una ilustración figurada importada de Italia gracias a los misioneros como Teodoro, San Agustín de Cantorbery y Benedicto Biscop. En ningún sitio ni en ninguna época se cultivó con tanta pasión la grafía pura en homenaje al texto sagrado. Disponiendo de los elementos decorativos, motivos geométricos o del reino animal, que el orfebre insular utilizaba con los metales, el pintor los desarrolla metódicamente, los agrupa, los opone, capta sus colores con un tacto infalible; su imaginación los mueve en todos los sentidos sin extraviarse jamás”.

Archivo:Meister des Book of Durrow 001.jpg - Wikipedia, la enciclopedia  libre

Libro de Durrow (s. VII). San Mateo. Trinity College Library, Dublin. Foto: Wiki

Así, el dibujo de las miniaturas inglesas e irlandesas conserva la ordenación que imponen el cobre y el esmalte: “Surgidos de pronto del vacío pictórico bárbaro, son el fruto de una larga práctica adquirida fuera del libro, es decir, en la orfebrería. Cerca de estos pintores nuevos se adivina la constante presencia del orfebre experimentado”, reitera Jean Pocher. Así mismo, cabe destacar que los celtas, tenían una preferencia por lo abstracto, el esquematismo y lo estilizado, no suelen reproducir el naturalismo ilusionista cuando pintan arquitectura o figuras humanas y animales. Aplanaron las formas y les dieron una aire semi-ornamental, en todo caso, las imágenes, sean de personas, animales o de motivos florales o geométricos, no perdieron su vigor. Alcanzaron una nueva potencia en su hieratismo en el caso de las figuras humanas. El historiador francés Henri Pirenne escribió: “Los manuscritos difundidos en el siglo VII por los irlandeses tendrán un carácter nacional y más bárbaro. En ellos se verán mezclados motivos indígenas, de origen prehistórico, con elementos orientales, aportados por el arte de los galos”.

File:Book of Armagh - Trinity College MS52 f32v (Symbols of evangelists).jpg

Libro de Armagh (807). Trinity College Library, Dublin. Foto: Wiki

Los celtas irlandeses amaban los libros. Por ejemplo, cuentan las crónicas que un libro evangélico muy pequeño, el Libro de Armagh, que solo mide 20 x 15 x 6 cm, escrito en letra minúscula gaélica por Ferdomnagh, un escriba de la abadía de Armagh, era tan apreciado que en el año 937, Donnchadh, hijo de Flan, rey de Irlanda, creó un santuario (ya perdido) para albergar el manuscrito (imagen superior). Las iniciales del texto están iluminadas con cabezas de animales, pájaros, peces, espirales entrelazadas y trompetas y contiene una diminuta miniatura con los símbolos de los 4 evangelistas (imagen superior). Los extraordinario de estas cuatro imágenes es que detectas lo primigenio, en realidad, una de las claves del arte.

Book of Kells - World History Encyclopedia

Libro de Kells. Abadía de Kells (800). Trinity College Library, Dublin. Foto: World History Encyclopedia

Cuatro evangeliarios (books) insulares representan las características de la miniatura celta y llevan el nombre de las abadías, a las que, hasta hace poco se atribuían sin vacilar, ahora hay dudas, pero aún así se mantiene el nombre: Durrow, Echternach, Lindisfarne y Kells, sus fechas se escalonan entre 650 y 800. El Libro de Kells es considerada la pieza principal del arte celta o sajón cristiano (imagen superior). Se trata de uno de los más suntuosos manuscritos más ricamente iluminados que ha sobrevivido de la Edad Media y ha sido descrito como el cenit de la caligrafía y la iluminación occidentales. Contiene los cuatro evangelios de la Biblia en latín. Según la información del Trinity College de Dublin, la biblioteca que custodia el libro, se confeccionó alrededor del año 800 y parece haber sido creado por tres artistas y cuatro escribas. Los investigadores creen que se produjo originalmente en un monasterio en la isla de Iona, frente a la costa de Escocia. Cuando Iona fue atacada por los vikingos, los monjes supervivientes se trasladaron a un monasterio hermano, en Kells, Irlanda y se cree que fue aquí donde se terminó el manuscrito con sus miniaturas. El Libro de Kells permaneció en la ciudad de Kells hasta 1653, cuando fue trasladado a Dublín después de que la ciudad sufriera graves daños durante la ocupación militar en las guerras del siglo XVII.

The Book of Durrow - The Library of Trinity College Dublin — Google Arts &  Culture

Libro de Durrow (650-700). Trinity College Library, Dublin

El Libro de Durrow muestra muy claramente los motivos de orfebrería en los que insiste Porcher, en realidad son formas geométricas intrincadas: dameros, encasillados, espirales, rombos, lacerías, trenzas, zig zags, follajes enlazados, grecas… los motivos están dispuestos en franjas repetidas y diferenciadas por sus colores, que se sobreponen creando unos efectos muy decorativos, parecen tapices (imagen superior), Curiosamente coinciden con los diseños de las alfombras persas y orientales, tanto que estos folios miniados con formas geométricas se les conoce con el nombre de páginas-alfombra debido a la similitud con las alfombras persas, sugieren que el artista estaba familiarizado con el arte de varias culturas diferentes, sea la oriental, sea la tradición precristiana de La Tène del arte celta o de la Edad del Hierro, que perduró en áreas no romanizadas como Escocia e Irlanda. Son formas decorativas que también se encuentran en páginas de evangeliarios de las zonas de las actuales Turquía, Siria e Irak. El Libro de Durrow se ha fechado entre los años 650-700 y es uno de los primeros evangeliarios intactos que han sobrevivido en Europa Occidental. El monasterio de Durrow fue fundado por San Colum Cille a finales del siglo VI. A lo largo del período medieval temprano fue un importante centro cultural y comercial, y el lugar de enterramiento de los reyes locales. Aunque no se sabe si el manuscrito se hizo en Durrow, sí que estaba allí en el siglo XI donde permaneció hasta la década de 1660, cuando fue adquirido por la Biblioteca del Trinity College de Dublín. Por su estilo pudo haber sido una inspiración para los pintores del Libro de Kells.

Lindisfarne Gospels, St. Matthew (detail), Second Initial Page, f.29, early 8th century (British Library)

Eadfrith. Evangeliario de Lindisfarne (s. VIII). San Mateo. Inicial. British Library, Londres. Foto: Khan Academy

“Un monje medieval toma una pluma, hecha de una pluma de ganso, y la sumerge en una rica tinta negra hecha de hollín. Sentado en una silla de madera de un scriptorium en Lindisfarne, una isla frente a la costa de Northumberland, en Inglaterra, mira fijamente las palabras de un manuscrito hecho en Italia. Este libro es su ejemplo, el códice (un libro encuadernado, hecho con hojas de papel o pergamino) del que debe copiar los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Durante los próximos seis años, lo copiará en latín. Iluminará el texto del evangelio con un tejido de imágenes fantásticas: serpientes que se retuercen en nudos o pájaros, cuyas formas curvilíneas y superpuestas crean la ilusión de una tercera dimensión en la que el espectador puede perderse en la contemplación meditativa”. Así se imagina la realización del Evangeliario de Lindisfarne la especialista en miniaturas medievales y renacentistas de la Georges Mason University, Louisa Woodville, aclamado como uno de los manuscritos más espectaculares que ha sobrevivido en el mundo anglosajón. El escriba y artista de los intrincados diseños fue un monje de Northumbria, Eadfrith, que luego en el año 698 fue obispo de la abadía de Lindisfarne y permaneció en el cargo hasta su muerte en 722. Otros que participaron en la confección del manuscrito fueron Æthilwald, el encuadernador, y Billfrith, el creador de lo que originalmente era un “cofre del tesoro” o encuadernación con joyas y metales preciosos.

The Lindisfarne Gospels (article) | Khan Academy

Eadfrith. Evangeliario de Lindisfarne (s. VIII). La cruz de San Juan. British Library. Foto y montaje: Khan Academy

Lindisfarne tiene una historia parecida a la de Kells. En el año 635, los monjes cristianos de la isla escocesa de Iona construyeron un priorato en Lindisfarne. Más de ciento cincuenta años después, en el 793, los vikingos atacaron y saquearon el monasterio, pero los sobrevivientes lograron transportar los Evangelios de manera segura a Durham, una ciudad en la costa de Northumbria. El libro iluminado incluye cinco páginas parecidas a las páginas-alfombra de Kells; cada uno de los evangelios está introducido por una inicial historiada miniada y hay una “miniatura-alfombra”, para cada evangelista, completas y muy elaboradas. Todas incorporan una gran cruz, distinta para cada evangelista, delineadas en rojo sobre un fondo de ornamentación geométrica profusa que ejemplifica la exuberancia y el talento de Eadfrith. Una meticulosa serie de nudos y espirales repetitivos rodean las cruces que si miramos atentamente entre estas formas geométricas aparecen criaturas fantásticas, serpientes o un denso juego de pájaros apilados como los que pululan debajo de la cruz del Evangelio de San Juan (imagen superior). Pájaros que se encrespan y cambian de color: verdes, azules zafiro, amarillos, ocres, en unos diseños tan parecidos a algunas pinturas abstractas del siglo XX.

A whiskered beast - Medieval manuscripts blog

Evangeliario de Echternach (s. VIII). León de San Marcos. Bibliothèque National de France, París. Foto: British Library

Se cree que el Evangeliario de Echternach fue realizado en Lindisfarne y quizás por el autor del Libro de Durrow aunque son bien diferentes. Las sobrias figuras y ornamentación de este evangeliario rompen con la exhureancia de los anteriores libros iluminados ingleses como el de Kells y Lindisfarne. Solo contiene los cuatro símbolos evangélicos a página entera: el águila de Juan, el león de Marcos, el hombre alado de Mateo y el buey de Lucas. Como en el Libro de Durrow, los evangelistas de Echternach están representados por símbolos en lugar de retratos y en medio de formas geométricas simples. Destaco el león de Marcos (imagen superior), por la habilidad del miniaturista al situar el león rampante en el fondo vacío entre unos encuadres como si fueran un armazón ligero para sostenerlo, y, a su vez, cercarlo por todas partes. El Evangeliario de Echternach contienen un colofón que indica que el texto fue copiado de un ejemplar que había sido revisado en el año 558 por Eugippius, abad de un monasterio cerca de Nápoles, con lo que se confirma que los escribas irlandeses y anglosajones tenían acceso a manuscritos del continente; en cuanto a las miniaturas combinan los diseños de los orfebres con la influencia del tipo de figuración que procedía de Italia y Oriente. Se llaman de Echternach porque se encontraron en ese monasterio de Luxemburgo.

Echternach Gospels - Wikiwand

Evangeliario de Echternach (s.VIII). San Mateo. Bibliothèque Nationale de France, París

El manuscrito de Echternach fue probablemente escrito para San Willibrord (658-739), un monje de Northumbria, poco antes de su expedición evangélica a Frisia en el año 690. La misión de Willibrord fue un éxito notable ya que nombrado arzobispo de los Frisones por el Papa Sergio I en el año 695, estableció su sede en Utrecht. Tres años más tarde, fundó el monasterio benedictino de Echternach en Luxemburgo. Willibrord partió hacia el continente desde el condado de Carlow (Irlanda) y es probable que fueran con él escribas y miniaturista irlandeses con libros iluminados en el equipaje y que ellos estuvieran presentes al menos durante los primeros años de su nuevo monasterio en Echternach. Como vemos, los monjes viajaban continuamente al continente como misioneros llevándose consigo algunos de los manuscritos que habían sido producidos en sus propios scriptoriums. Usaban estos manuscritos para convertir a los lugareños al cristianismo. A su vez, estos fueron copiados por los monjes del continente, extendiendo así aún más la influencia de los artistas insulares. Estos evangelios, como tantos otros, son un ejemplo de manuscritos iluminados que sirvieron como instrumentos didácticos a través de los libros litúrgicos. Se argumenta que los colores brillantes y los diseños abstractos de los manuscritos celta-sajones, capturaron el misticismo del cristianismo para los no cristianos. Debido al analfabetismo, las imágenes fueron enormemente significativas para la comprensión de lo que se enseñaba. Echternch se convertiría en uno de los centros artísticos más influyentes en la producción de hermosas manuscritos iluminados de estilo sajón en la Europa continental en su propio scriptorium, muy reconocido en su tiempo. La abadía contaba con muchas figuras reales entre sus benefactores, incluido Carlomagno. Continuó prosperando hasta la Revolución Francesa cuando se clausuró y sus monjes se dispersaron.

Francia

Psalter of Louis the Saint « Facsimile edition

Salterio de San Luis (s. XIII). Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Finder Ed facsimil

Volvamos a Francia, dejemos atrás el imperio franco de Carlomagno con sede en Aquisgrán y nos instalamos, unos siglos más tarde, en la isla de Francia, la región en torno a París donde nacen las catedrales y el estilo gótico. A lo largo del siglo XIII, París se convertirá en el principal centro de iluminación de manuscritos de toda Europa. Además de la corte, las instituciones religiosas encargaban libros miniados así como estudiantes y profesores de la Universidad de la Sorbone. Jugó un papel importante la corte de San Luis, el rey de Francia entre 1226 y 1270, para el que se realizaron códices suntuosos como las biblias moralizadas o el Salterio de San Luis, un libro de oraciones personal, confeccionado para un rey conocido por su religiosidad, por su cruzada y por su decidido patrocinio de obras de arte y la arquitectura gótica. Este manuscrito une la historia bíblica sagrada con la mitología de un rey santo cruzado. El estilo de las iluminaciones es uno de los mejores ejemplos del llamado gótico radiante, con fondos de oro altamente bruñidos, una paleta restringida pero luminosa centrada en el azul y el rosa y formas de ritmo fluido, con sinuosas y elegantes figuras masculinas, de cabellos rizados y expresiones faciales benignas y risueñas, incluso mientras se matan entre ellos (imagen superior). Este manuscrito apareció en la colección del conde ruso Alexis Golovkin en Moscú en 1798. En 1818, el embajador de Francia en San Petersburgo, el conde de Noailles, lo adquirió del príncipe Golitzin que era el propietario, desde donde llegó a su sede actual en la Bibliothèque Nationale de France.

Libro de horas de Carlos VIII, Rey de Francia | Clases de historia del  arte, Carlos viii de francia, Arte medieval

Jacques de Besançon. Libro de horas de Carlos VIII (1494-1497). París. Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: BNE

A comienzo del s. XIV y durante dos siglos más, París continuará siendo el centro principal de manuscritos iluminados y el estilo de las miniaturas irá evolucionando, los artistas recibieron la influencia de la pintura del Trecento italiano, que aportaba como novedades un incipiente uso de la perspectiva, una mayor volumetría de las figuras y los objetos, una mayor expresividad de los personajes y un dibujo pulcro y pulido al máximo (imagen superior). Durante el esplendor del estilo gótico internacional es cuando, con el patrocinio de mecenas como el citado Duque de Berry, se realizaron algunos de los manuscritos iluminados medievales más importantes, como por ejemplo otro libro de horas, el de Carlos VIII.

Jean Fouquet | The Right Hand of God Protecting the Faithful against the  Demons | The Metropolitan Museum of Art

Jean Fouquet. Libro de horas de Étienne Chevalier (1452-60). Metropolitan Museum of Art, Nueva York. Foto: MET

En el siglo XV destacan los libros iluminados del también pintor Jean Fouquet, nacido en Tours que se formó en París con el maestro Bedford. Viajó a Italia, probablemente entró en contacto, y quizás colaboró con Fra Angelico quién le influye en su obra. Artista de la corte de los reyes Carlos VII y Luis XI y fue muy valorado en su época por sus escenas que aportan una gran información sobre todo tipo de objetos, mobiliario, vestuario, e incluso retratos considerándolo el padre del retrato en el medio de la miniatura. Trabajaba con una paleta de colores muy amplia, con colores puros y profundos, jugando con distintas tonalidades, junto a unos delicados toques de oro, en conjunto, proporcionaba unas composiciones muy refinadas. Sus escenas de exteriores son casi topográficas. Lo vemos en Libro de horas de Étienne Chevalier, en encargo del tesorero de Francia del mismo nombre, donde de manera casi fotográfica nos muestra el París medieval, en el que la catedral de Notre Dame, la aguja de Sainte-Chapelle, el puente de Saint-Michel y otros monumentos de la Île de France, incluido el Hôtel de Nesle, donde se sitúan las figuras, son inmediatamente reconocibles (imagen superior).

Jean Fouquet, Miniatura de la construcción de la Jerusalén celeste,... |  Download Scientific Diagram

Jean Fouquet. Les antiquités judaïques (1470). Construcción del templo de Jerusalén. Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Wiki

Jean Fouquet se atrevió también con arquitecturas imaginarias, como la construcción del templo de Jerusalén que, no obstante, se representa en el estilo gótico flamígero de la época (imagen superior). Ocupa uno de los 12 folios que conforman el códice llamado Les antiquités judaïques donde dibuja grandes escenarios con multitudes que asombrosamente cumplen con un orden interno compositivo, fruto de una mentalidad muy racional. Generalmente, Fouquet adoptó un punto de vista alto que le permitió abarcar una visión más amplia aunque no ignoró ningún detalle por nimio que fuera. Solo hay que observar atentamente la miniatura. No se le escapa nada. Imaginó paisajes, decorados antiguos, que alternó con recreaciones del valle del Loire de donde era originario. Sus miniaturas, así como sus pinturas, estaban cuidadosamente pensadas de antemano. Sus composiciones se basan en un entramado geométrico exacto de circulos y polígonos regulares en simetría con la disposición de sus figuras y motivos. Se ha comprobado que se servía del número de oro, la proporción áurea.

Resultado de imagen de Evangeliario de Carlos de Angulema | Arte  inspirador, Biblioteca nacional de españa, Producción artística

Evangeliario de Carlos de Angulema (s.XVI). Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: Pinterest

La producción en París tuvo un período de parón durante la guerra de los cien años entre ingleses y franceses cuando los ingleses conquistaron la zona de París en 1420 hecho que llevará al exilio y la dispersión de los talleres de iluminación, pero cuando se inicia el siglo XVI, el Renacimiento italiano que ya se había difundido entre los miniaturistas franceses a través de la obra de Jean Fouquet, que se plasmará en una nueva decoración, especialmente en los encuadres de las miniaturas, que puede adoptar el repertorio ornamental renacentista, con columnillas, zarzillos y sobretodo, los grutescos, como en el Evangeliario de Carlos de Angulema en el que esta influencia aparece también en las escenas de arquitecturas e interiores (imagen superior). Destacan las diferentes tonalidades de azul, verde o granates, contrastadas con diversos tonos de blanco, aportando una belleza visual sin igual. Una obra confeccionada por al menos cinco miniaturistas para Carlos de Angulema hijo de Francisco I, el rey renacentista de Francia, el que acogió en su corte de Amboise a Leonardo da Vinci. De este evangeliario ha escrito la historiadora del arte de la Universitat de Lleida Josefina Planas: “Sólo nos queda destacar la primorosa factura de este códice, caligrafiado con una cuidadosa escritura humanística que lo convierte en un elocuente testimonio de la sensibilidad religiosa y artística de la corte francesa, durante el segundo cuarto de siglo XVI. Conserva el sabor de las lecturas íntimas, en el oratorio de un príncipe, con el ánimo de que el espectador actual goce contemplando el amplio elenco de ilustraciones que lo componen y la esencia espiritual que le dio vida”.

Jean Poyer: Artist to the Court of Renaissance France | The Morgan Library  & Museum

Jean Poyer. Libro de horas de Enrique VIII (alrededor de 1500). Morgan Library, Nueva York. Fotot: ML

París continuó siendo un centro de producción de libros iluminados durante el Renacimiento que competirá con otros centros como Tours, como ya lo había sido en época carolingia, lugar habitual de residencia de la corte desde Luis XI, en donde trabajarán los mejores miniaturistas del momento como Jean Poyer o Jean Bourdichon, en un estilo más avanzado que el de sus colegas parisinos, con aires plenamente renacentistas. Particularmente, Jean Poyer que había viajado a Italia, vio las obras de Mantegna y de los Bellini y le influyeron completamente (imagen superior). Otro centro se situaba en Lyon, abierto tanto a las novedades de los maestros de Tours como a los nuevos aires italianos, así como lo había sido Toulouse, que se desarrolló a partir del el s. XIV donde hubo una importante producción de manuscritos jurídicos, y Aviñón, donde se instaló la corte papal entre 1309 y 1378, período que se prolongó durante el gran Cisma de Occidente hasta 1418. A partir del s. XVI el libro iluminado sufrirá la invencible competencia de la imprenta que acabará incluso por imprimir los viejos manuscritos. Los libros iluminados se convertirán en un objeto de lujo reservado e incluso en una excentricidad.

Suiza

Golden Psalter of St. Gallen - Wikipedia

Salterio Áureo (s.IX). Stiftsbibliothek, Saint Gallen, Suiza. Foto: Wiki

Como hemos visto, las abadías, los monasterios y las escuelas catedralícias fueron los centros que crearon libros miniados. En muchas ocasiones dependía de si el abad tenía inquietudes intelectuales y artísticas o que hubiera un mecenazgo suficiente y sostenido que permitiera crear una escuela como las de Reims, Tours, París, o en Inglaterra e Irlanda. Fuera de estos centros, hubo otras abadías que no fueron tan prósperas y que han dejado manuscritos sueltos o de menor calidad, ahora repartidos por bibliotecas y museos de todo el mundo. Hubo una excepción fuera de la zona francesa y de las Islas Británicas: la abadía de Saint Gallen, en Suiza, fundada en 612 por Gallen un compañero del santo irlandés Colombano y durante el reinado de Pipino el Breve, padre de Carlomagno, quien fundó la escuela de Saint Gallen en la cual las artes, las letras y las ciencias florecieron. Saint Gallen fue durante muchos siglos una de las principales abadías de la orden benedictina en Europa y su scriptorium de manuscritos iluminados fue tan brillante como los relacionados con la corte de Carlomagno y sus sucesores. Hoy sus manuscritos iluminados se exhiben al público en su exquisita biblioteca, la Stiftsbibliothek, que vi en mis 20 y pocos años y se me grabó de por vida, el edificio, y sus manuscritos iluminados. La biblioteca fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983.

e-codices – Virtual Manuscript Library of Switzerland

Evangeliario irlandés (s. VIII). Stiftsbibliothek, Saint Gallen, Suiza. Foto: e.codices

Bajo las directrices del abad Waldo de Reichenau (740-814) es cuando se copiaron los numerosos manuscritos de Saint Gallen, formándose así una nutrida biblioteca gracias a los monjes irlandeses y sajones que se establecieron en la abadía para dedicarse a la copia de manuscritos, aunque también hay manuscritos iluminados hechos en Irlanda que viajaron hasta Saint Gallen. No se sabe si el Evangeliario irlandés (imagen superior) fue hecho en Saint Gallen por monjes irlandeses o bien hecho en Irlanda y trasladado a Saint Gallen. Está muy bien conservado y de sus espléndidas miniaturas de línea clara y sólidos colores destacan las figuras y también todos los entrelazados decorativos que las realzan. Tal como hemos visto en los los primeros manuscritos insulares, hay la influencia de los trabajos en orfebrería, pero también de otros oficios artesanales como la cestería. Tina Bawden, investigadora del Kunsthistorisches Institut de la Freie Universität, ha analizado los manuscritos y nos hace notar que permanecen visibles los agujeros, las pequeñas roturas, que se producían en el pergamino cuando se perfilaba con punta seca o a tinta y, a veces, líneas dibujadas a mano alzada o con la ayuda de una regla. Se trata de un diseño muy racional que revela “un dominio completo del pensamiento constructivo”. Estos entrelazados tan característicos del arte de la miniatura sajona, poseen una estética determinada que se reconoce enseguida pero también sirven para marcar una pauta de diseño. La abadía de Saint Gallen alcanzó su zenit artístico cuando Ludovico Pío la tomó bajo su protección, sustrayendo la abadía a la jurisdicción del obispo de Constanza.

File:Psalterium aureum 141.jpg - Wikimedia Commons

Salterio Aureo (s.IX). Stiftsbibliothek, Saint Gallen, Suiza. Foto: Wiki

Una de las obras más cautivadoras que custodia es el Salterio Aureo, probablemente comenzado en Francia, quizás en Soissons, y continuado y terminado en el mismo Saint Gallen. El manuscrito consta de 344 hojas de vitela con quince profusas ilustraciones de página completa o media página elaboradas con un dibujo vigoroso y cálidos colores, unas composiciones naturalistas y muy gráciles de influencia italiana. Esta influencia se debe al hecho que, si bien la abadía estuvo poblada por monjes irlandeses, su situación geográfica, situada entre Italia y Baviera, supuso un contacto con la miniatura que se desarrollaba más al sur en esta época, en Italia.

Península ibérica

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Monasterio de San Toribio de Liébana, Cantabria, España. Foto: Wiki

El monasterio franciscano de San Toribio de Liébana se encuentra en el corazón de los Picos de Europa, en Cantabria. Desde Potes se accede por una carretera asfaltada monte arriba y en un pequeño altiplano se erige el magnífico monasterio de estilo gótico cisterciense. Sin necesidad de decoración alguna, con una simple claridad de líneas y una sobriedad compositiva, se logró un edificio donde sólo cuenta la calidad del espacio arquitectónico y el buen trabajo de los canteros; el conjunto da una sensación de lugar sagrado incluso para no creyentes. Se construyó en el sitio más propicio, con vistas al valle en la parte soleada y protegido a su espalda por la mole del monte que contiene una cueva santa, habitual en estos lugares recónditos donde la piedra adquiere el mismo sentido de reverencia que una imagen. El monasterio custodia la Lignum Crucis, que se cree que es el trozo de la cruz de Cristo más grande que aún perdura, según la Iglesia Católica, si es que aún se lo creen. Al lado monasterio se construyó un albergue de peregrinos, el monasterio es parada fundamental en el camino de Santiago del norte.

MADRID / BNE announces exhibit on the Beatus “Commentary on the Apocalypse”  corpus this autumn – minima medievalia

Facundo. Beato de Fernando I y Sancha (1047). Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: Minima medievalia

En este austero monasterio, a finales del s.VIII, cuando su estructura era aún prerrománica (solo queda el basamento) y se llamaba San Martín de Liébana, vivió un monje llamado Beato (ca. 725-ca. 798), que escribió en este lugar el códice Comentario al Apocalipsis. Pocos siglos más tarde, durante los siglos X, XI y XII, escribas de scriptoriums de monasterios del reino de Castilla-León copiaron los Comentarios de Beato y algunos se iluminaron profusamente con figuras impactantes y extrañas, de vivos colores y formas exhuberantes. Lamentablemente, la copia original del manuscrito de Beato de Liébana se ha perdido, aún así a todas las copias manuscritas del Comentario sobre el Apocalipsis se las denomina de manera simplificada “Beatos de Liébana”.

-¡Oh! ¡El Beato de Liébana! Esto, Adso, es una obra maestra (…) A nadie debería prohibírsele consultar estos libros con toda libertad.

La versión cinematográfica de la novela de Umberto Eco El nombre de la rosa, de Jean-Jacques Annaud, ponía estas palabras en boca de William de Baskerville, interpretado por Sean Connery. Junto a su pupilo Adso de Melk, interpretado por Christian Slater, acaba de encontrar el Beato de Liébana iluminado en la extraordinaria biblioteca del monasterio y lo hojea. La cámara enfoca un Beato iluminado. Se trata de la reproducción de algunos folios del Beato de Fernando I y Sancha hoy custodiado en la Biblioteca Nacional de España (imagen superior). Es uno de los Beatos más reconocidos, iluminado por Facundo, que forma parte del conjunto manuscritos del Comentario al Apocalipsis de Beato que, escribas de scriptoriums de monasterios del reino de Castilla-León copiaron y en algunos se incorporaron sensacionales imágenes iluminadas como las del Beato de Fernando I y Sancha. Se han conservado casi 40 ejemplares de Beatos entre códices y fragmentos, 25 están casi completos y 22 contienen miniaturas, iluminados entre finales del s. IX y principios del s. XIII. Por todo su contenido simbólico y artístico, los Beatos iluminados son de carácter único por su excepcionalidad dentro de la miniatura europea, lo que hace que estos libros se encuentren entre los más valiosos códices de toda la Edad Media. Los Beatos se convirtieron en una especie de best seller medieval. Se escribieron e iluminaron sobre pergamino. Hasta el s. IX la mayoría se escribieron en letra visigótica que luego fue sustituida por la carolina. Son libros grandes, entre 30 y 20 cm hasta 32 x 45 cm y están repartidos por distintos museos, catedrales y bibliotecas.

Repositorio prog: 5 Txt ACTIVIDADES. Manuscritos iluminados, románico y  mozárabe.

Petrus. Beato de Silos (s. IX). Monasterio de Santo Domingo de Silos, España. British Library, Londres

Beato fue un personaje importante en su tiempo. Combatió la doctrina adopcionista que defendía que Cristo, en cuanto que hombre, era hijo de Dios, no por naturaleza, sino por adopción. Se opuso frontalmente al arzobispo de Toledo, que era adopcionista, con el texto Apologético contra Elipando del año 785. Se le atribuye asimismo el himno dedicado al apóstol Santiago O Dei Verbum, compuesto entre el 783 y el 788. La historia, sin embargo, le ha encumbrado cómo el autor, también atribuido, todo sea dicho, del citado Comentario al Apocalipisis que escribió para condenar esta doctrina y también porque creía en un inminente final del mundo, que anunciaba para el año 800. Beato dejó escrito que el Apocalipisis era “la clave de todos los libros”. En cuanto al contexto, cabe decir que escribió su Comentario al Apocalipsis unos 60 o 70 años después de la invasión musulmana de la península ibérica; aunque Beato vivía en uno de los pocos lugares de la península ibérica, Cantabria, que no fue alcanzada por las incursiones árabes. Como se sabe muy poco de Beato se ha sugerido que emigrara del sur peninsular, huyendo del control musulmán de al-Andalus, aunque en sus escritos se autodenominó lebaniego. Así que las catástrofes que anuncia el Apocalipsis se veían personificadas en la península ibérica por el temor de la invasión islámica y por el fin del reino cristiano visigodo. El manuscrito de Beato estuvo considerado en la época de la Reconquista como el más sagrado y venerado de los textos cristianos. Además, el Apocalipsis fue un texto que ejerció verdadera presión entre los cristianos que vivieron alrededor del año 1000, cuando se creía que el mundo tocaba a su fin y ya vemos…

Beato de Valcavado - Wikipedia, la enciclopedia libre

Oveco. Beato de Valcavado (970). Los cuatro jinetes del Apocalipsis. Monasterio de Valcavado, Villaires. Biblioteca de Santa Cruz, Valladolid, España

El Apocalipsis es uno de los textos bíblicos que más veces ha sido mencionado a lo largo de la historia, es enigmático, pero, sobre todo, aterrador. Ese texto de carácter visionario y metafórico sobre el fin del mundo, el juicio final, con los cuatro caballos y jinetes del Apocalipsis que provocarán la destrucción del mundo con la Guerra, el Hambre, la Peste y la Muerte, ha permitido a los pintores y, muy especialmente, a los de los Beatos, crear figuras irreales, animales fantásticos y terroríficos, arquitecturas insólitas en espacios fulgurantes; imágenes elocuentes que generan un gran dramatismo y que hoy calificaríamos casi de surrealistas o de un expresionismo extremo. Los colores cobran gran protagonismo: muy vivos, intensos, puros, sin medios tonos, sin claroscuros, sin mezclas, sin transiciones de uno a otro. Con frecuencia cubren toda la superficie del folio e incluso las mismas imágenes, pueden ocupar toda una página o una doble página, con lo que cada miniatura se convierte así en una obra pictórica autónoma, casi que la podríamos calificar de un auténtico cuadro. Aunque las miniaturas de los Beatos difieren considerablemente entre sí, en su elección y manejo del color, todas despliegan una gama amplia para articular contrastes de color. No es extraño que Picasso y Léger adorasen estos Beatos.

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Beato de El Escorial (955). San Millán de la Cogolla. Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, España. Foto: Wiki

Las miniaturas de los Beatos son resplandecientes, de un atractivo casi pasional y en palabras de uno de sus principales especialistas, el historiador del arte Joaquín Yarza, de la Universitat de Barcelona, “misteriosas y turbadoras”. Otro historiador del arte ya citado, John Gage, considera que los colores más originales del mundo medieval pertenecen a estos Beatos. Sus colores son el rojo ocre, el verde oscuro, el rosa-malva, el azul oscuro, el violeta, el naranja y sobre todo el amarillo, muy brillante, muy intenso, específico de la pintura mozárabe, no encontraremos otros amarillos así hasta el Greco en el siglo XVI; y el negro para remarcar las figuras o los ojos. Visualmente, este amarillo parece tener poca relación con el oro y, a diferencia de los manuscritos irlandeses medievales tempranos, el amarillo de los cuales tira al oro viejo y derivaría en gran parte de la orfebrería, el amarillo potente de los Beatos, procedería, según John Gage, de los textiles, de ese juego de puntos de hilos de colores en un tejido y sus tintes altamente desarrollados en el mundo hispano-musulmán lo que habría influido en el gusto de los miniaturistas que los conocían. Gage va a la fuente primigenia y nos remite al párrafo que el propio Beato de Liébana escribió en sus comentarios: que el misterio de la Trinidad, “podría entenderse en términos de la forma en que la tela de lana pura sin teñir estaba formada por tres elementos, la urdimbre, el zumbido y la trama. Pero esta tela blanca pura a menudo se oscurecía (fuscantur) con una variedad de tintes de colores. Algunas telas sonríen (subrideant) con bermellón, algunas con verde, algunas con amarillo, algunas con escarlata, otras con diferentes rojos o negro”. Esta es la gama de colores que, de hecho, vemos en los Beatos que iluminaron sus comentarios posteriormente. Cabe decir también que el brillo de sus colores se debe al uso, sobre una base barnizada con cera, de nuevos aglutinantes, como el huevo o la miel, que permiten obtener esmaltes y tonalidades brillantes y luminosas, como satinadas. El poder comunicativo de las imágenes era enorme y un autor como Magius que realizó el Beato de San Miguel de Escalada (imagen inferior) lo dejó escrito en el colofón: “He representado en pintura formas prodigiosas, para que a los conocedores del juicio final les infundan temor al advenimiento del fin de los tiempos”. Y algunos lo consiguen.

RAIGAÑU ( Asociación de Cultura Tradicional Leonesa): EL Beato de Escalada.

Magius. Beato de Morgan o de San Miguel de Escalada (s. X). Detalle. Morgan Library, Nueva York

Las composiciones de los Beatos en general son planas, no hay perspectiva, se despoja el dibujo hasta el punto de no conservar más que una esquematización de las figuras que son hieráticas, muchas veces escondidas entre unos ropajes que suelen estar muy resaltados, diseñados con formas geométricas. Como ocurrirá en la pintura románica, el rostro es lo esencial, los ojos muy abiertos condensan la tensión espiritual y la manos muy grandes para acrecentar el sentido de la pregaria, todas las imágenes tienen una gran carga simbólica. Las imágenes de los Beatos traducen visualmente las historias, es decir, los pasajes del Apocalipsis para facilitar su comprensión, si bien, en algún caso estas no hacen referencia al texto bíblico sino a las explicaciones. Texto e imágenes están estrechamente relacionados entre sí, tanto en la dependencia y complementariedad de sus lecturas, como en la composición material de los códices. Por todo, se acepta que el arquetipo del Beato del s.VIII estaba iluminado. De todos modos, estudiándolos, se concluye que los artistas dieron, verdaderamente, rienda suelta a su imaginación con imágenes deslumbradoras, aunque la iconografía de lo que significa el Apocalipsis no la alteraron, es decir, fueron fieles a lo que cuenta Beato de Liébana.

Archivo:B Facundus 209.jpg - Wikipedia, la enciclopedia libre

Facundo. Beato de Fernando I y Sancha (1047). Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: Wiki

La copia de los Beatos fue un fenómeno eminentemente monacal. El destino de los códices fueron monasterios dedicados a la formación de religiosos. Según la Biblioteca Nacional de Madrid, que conserva el Beato de Fernando I y Sancha (imagen superior), los Beatos, “además de servir a la comprensión del texto apocalípitico, pudo ser una herramienta para la práctica monástica de la lectio divina, consistente en la lectura, memorización, meditación y contemplación de los textos sagrados. Los Beatos serían empleados principalmente para su degustación individual de texto e imágenes. Anotaciones cultas en latín, castellano, portugués y árabe en los márgenes de algunos Beatos testimonian su uso. Algunas explican términos latinos, referencian fuentes o aportan datos históricos o comentarios críticos sobre pasajes; también llaman la atención del lector y le orientan en su lectura”. Tradicionalmente, se acepta que el mensaje divino del Apocalipsis fue transmitido en la isla de Patmos a Juan, identificado con el apóstol San Juan y con el autor del Evangelio que lleva su nombre. Se trata del texto más simbólico y hermético de la Biblia, lo que muy probablemente motivó la aparición de comentarios que lo interpretaran como los del Beato de Liébana y otros autores. Según estudiosos de la religión, el Apocalipsis había alcanzado una gran importancia en el territorio hispánico desde que el IV Concilio de Toledo en el 633 lo aceptara entre los canónicos del Nuevo Testamento, declarando, bajo pena de excomunión, su lectura obligada durante la liturgia de Pascua o Pentecostés y aun se lee en las misas.

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Oveco. Beato de Valcavado (970). La quinta trompeta: las langostas. Monasterio de Valcavado, Villaires. Biblioteca de Santa Cruz, Valladolid, España

Una de las originalidades de muchas de las páginas de los Beatos es la presentación de las escenas sobre un fondo de grandes bandas horizontales de colores, que no corresponden a ninguna realidad exterior. No se trata del cielo, el agua, el horizonte, el sol o incluso para crear efectos de proximidad o distancia. Estas bandas son vivos colores que ocupan todo el campo en el que se sobreponen las imágenes conformando un fondo como irreal. Henri Stierlin lo relaciona con la policromía surgida de la heráldica. La especialista en manuscritos medievales, Mireille Mentré, explica que se puede hablar de una “desrealización” del espacio por el color, o simplemente del gusto por el esquematismo, ir a la búsqueda de lo esencial: “Se trata de mostrar que algo está sucediendo sin distraernos, describiéndonos el lugar donde está sucediendo. Los actores del drama apocalíptico escudriñan más lo que pasa en su alma (o en la nuestra), con esa fijeza demacrada, llegando a veces a extasiarse, desmesurarse, paralizarse”.

BEATO DE SAN MIGUEL DE ESCALADA - Turismo Prerrománico

Magius. Beato de Beato de Morgan o San Miguel de Escalada (945?). Monasterio de Tábara, Zamora, España. Morgan Library, Nueva York. Foto: T.Prerrománico

En algunos Beatos aparecen también las páginas-alfombra que veíamos en las miniaturas irlandesas con una trama de motivos geométricos, florales, entrelazados y figuras estilizadas. Estos diseños geométricos a veces responden a un compendio de arquitecturas varias (foto superior). Este tipo de páginas imitan las encuadernaciones de libros coptos y se asemejan a alfombras persas. “Las figuras deben leerse según el orden del pensamiento y no según el orden de una realidad sensible incluida en un lugar, tiempo, espacio único y sintetizado”, señala Mireille Mentré. En términos de estilo, estos Beatos se suelen clasificarse en el mozárabe por tradición y porque así se encuentra en la mayoría de las fuentes, pero como indicó Joaquín Yarza es completamente falso que los Beatos fueran obras de artistas mozárabes, ya que fueron realizados en monasterios del reino castellano-leonés, eso sí, el periodo del arte prerrománico que se suele denominar también mozárabe (siglos X y XI hasta la llegada del románico). En todo caso, los especialistas de la Biblioteca Nacional de España consideran que “las imágenes de los Beatos fueron reinterpretadas iconográficamente para evocar las circunstancias históricas que vivía la cristiandad. Algunas parecen recordar la presencia islámica en la península ibérica, asimilando el mal del Apocalipsis con la religión invasora”.

ARTES Coll & Cortes 2015 PhD scholarship report. 'The Apocalypse in early  medieval Iberia: the function and impact of the illuminated “Beatus” ' –  ARTES
Facundo. Beato de Fernando I y Sancha (1047). Biblioteca Nacional de España, Madrid

Lo corrobora Stierlin cuando puntualiza que en estos Beatos “mozárabes” no es posible hablar exclusivamente de fuentes islámicas, exceptuando la arquitectura porque aparecen edificios con los arcos de herradura característicos de este estilo y algunos accesorios como los instrumentos de música. También se han querido buscar fuentes en la Antigüedad, Irlanda, el Egipto copto, Persia, Bizancio y, efectivamente, en el mundo islámico tan presente en este territorio. Cierto que algunos entrelazados están inspirados en las miniaturas anglo-irlandesas, que hay perspectivas típicas de los mosaicos romanos, animales fantásticos de la Persia Sasánida, pero no pasemos por alto la originalidad y la propia imaginación de los artistas. Los miniaturistas de los Beatos crearon una imágenes muy personales. En todo caso estoy de acuerdo con Stierlin que estas miniaturas no son un receptáculo de influencias, sino que ” fusionan todas estas filiaciones desde la Antigüedad a la Edad Media en piezas únicas capaces de traducir en imágenes los grandes obras cristianas, como el Apocalipsis”. Y no obviar la búsqueda de la propia satisfacción estética del miniaturista. Y a nivel iconográfico “cuando trazan la imagen humana no quieren pintar tal hombre determinado sino, al contrario, todo hombre en tanto que criatura de Dios, a cuyo fin recurren a un universo de signos que convierten en símbolos”.

BEATO DE BURGO DE OSMA - Turismo Prerrománico

Martinus. Beato del Burgo de Osma (1086). Catedral del Burgo de Osma, Soria, España. Foto: T. Prerrománico

Hay Beatos que ya pueden considerarse plenamente románicos como el elaborado por Martinus custodiado en la catedral del Burgo de Osma aunque se escriba en la letra visigótica de la fase anterior. Jean-Luc Monneret lo describe bien (imagen superior): “Aunque aún conserva las arquerías de herradura en la representación de elementos arquitectónicos, en el Beato del Burgo de Osma ya se han sustituido los personajes mozárabes por cortesanos, todo ello según los usos del siglo XI. Las caras tienen largas narices convexas, con ojos como subrayados, mejillas moteadas y los brazos son muy largos, con una estrecha unión con los hombros, presentando habitualmente uno o dos dedos extendidos, también muy largos. Los pliegues de los ropajes pierden abstracción, dejando paso a las imágenes racionalistas y naturalistas que significan un gran cambio en la forma de presentación del mensaje apocalíptico, pero conservando el mismo sabor especial de todos sus antecesores”. Las miniaturas son de gran calidad y expresividad y los colores opacos en tonos azul oscuro y rojo así como amarillos, verdes y púrpura, tienen una gran fuerza.

Beatus de Tábara

Magius/Emeterio. Beato de Tábara (968-970). Monasterio de Tábara, Zamora. Archivo Histórico Nacional, Madrid. Foto: AHN

Hay iluminaciones de Beatos que son de artistas anónimos, otros no. Emeterio, “durante tres meses se sentó un tanto encorvado y con todo su vigor puso  a prueba la pluma” para componer el Beato de Tábara que iluminó la torre de su monasterio (imagen superior); se trata de uno de los autores conocidos de Beatos que fue discípulo del más afamado Magius y le ayudó Senior. Otros conocidos son Oveco, de Valcavado; Facundo de Fernando I y Sancha; Egea, de Lorvao; Sancius, de Fanlo; o Dominico, Munnio y Petrus, de Silos y una mujer, Ende, la pintora del Beato de Girona. Maio o Magius de Escalada, a quien el historiador del arte Manuel Gómez-Moreno, uno de los primeros que estudió a fondo los Beatos, lo consideró el “inventor probable de la ingente serie de códices de Beato”, y quien sigue siendo aún hoy protagonista, rivalizando incluso en autoría con el propio Beato de Liébana. “Los Beatos nos arrastran hacia un mundo misterioso, inquietante, lleno de horrores y de amenazas”. Son “evocadores de una emoción nueva y de un ideal, antítesis de clasicismo”.

Beato de Gerona», un bello manuscrito miniado | Andalán.es

Ende y Emeterio. Beato de Girona (970). Monasterio de Tábara, Zamora, España. Catedral de Girona, Cataluña. Foto: Andalan

El famoso Beato de Girona, sería el único que se sabe que fue elaborado por una mujer, Ende, en colaboración con el citado monje Emeterio en el siglo X. Tiene 114 miniaturas (algunas de ellas a toda página e incluso doble página) y es considerado uno de los de más calidad artística. La pintora demostró tener un gran conocimiento y dominio de los temas lo que hace pensar que su formación, con toda probabilidad, tuvo lugar en un monasterio, entonces sería una monja. Incorpora nuevos temas y en cuanto al estilo dibuja imágenes que ja preludian el románico, las figuras son más naturalistas esbeltas y se puede apreciar una cierta sensación de perspectiva y volumen, por ejemplo, en los pliegues de las vestiduras. La tarea de iluminar posiblemente se llevó a cabo en el monasterio de Tábara (Zamora) y llegó a Girona un siglo más tarde. Dado que el monasterio de Tábara fue destruido por Almanzor en el año 988, parece posible que hubiera llegado antes de esas fechas a algún monasterio catalán en un intercambio de manuscritos, que eran tan habituales en esa época, donde permaneció hasta que fue donado en 1078, parece ser que a través de un testamento, a la catedral de Girona. Contiene una miniatura que me parece extraordinaria: una mujer montada en una animal fantástico, un caballo rojo con cola de serpiente y que lleva una cáliz. La representación del árbol de copa redonda recuerda modelos artísticos musulmanes (imagen superior).

Beato de Urgel - Wikipedia, la enciclopedia libre

Beato de La Seu d’Urgell. (975). Monasterio de Valcavado, España. Museu Diocesà, La Seu d’Urgell, Cataluña

Alguno Beatos han tenido sus historias como el de la Seu D’Urgell. Aunque ha tomado el nombre de esta ciudad catalana, probablemente, se elaboró en el monasterio leonés de Valcavado. Se había guardado en la Catedral de La Seu d’Urgell durante casi mil años, hasta que fue robado en 1996 del Museo Diocesano y recuperado casi íntegro -solamente le falta un folio- 4 meses después. Según leo en la prensa del momento, la policía lo halló en un armario de la clínica de un psiquiatra en Valencia, perfectamente envuelto y dentro de la funda de un ordenador portátil. La obra, cuyo valor en el mercado negro rondaba entonces los 20 millones de euros, fue sustraída tras reducir a la encargada del museo con un aerosol paralizante. Diez personas fueron detenidas por su implicación en el robo, entre ellas el médico valenciano- cumplió un año de cárcel- y el cerebro de la trama, Gilbert J. Ollier, un francés que se fugó poco después de la prisión y del cual no se ha sabido más. Aseguró cuando lo detuvieron que había robado el manuscrito para protegerlo.

BEATO DE LA SEO DE URGEL - Turismo Prerrománico

Beato de La Seu d’Urgell (975). Toma de Jerusalén por Nabucodonosor. Monasterio de Valcavado, España. Museu Diocesà, La Seu d’Urgell, Cataluña

El Beato de La Seu d’Urgell consta de 90 ilustraciones. Los colores son vivos pero en este Beato, la línea adquiere una importancia fundamental. Su autor es un grafista nato en el que las figuras tienen un canon más alargado de lo habitual en la miniatura mozárabe/prerrománica lo que genera unas imágenes con una sensación de verticalidad muy curiosa que lleva a los limites la esquematización. “Se centra el interés iconográfico en las líneas paralelas que refuerzan la sensación de esbeltez de las figuras, produciendo un extraño efecto visual, no exento de una belleza muy especial, en composiciones de carácter absolutamente plano”, leo en la web Turismo prerrománico. Como en los otros Beatos sus imágenes son de gran interés para conocer las costumbres de la sociedad de su época, ya que en ellas tanto los personajes como ajuares, mobiliario, objetos cotidianos y edificios se representan tal como eran en la alta Edad Media hispánica. También en las imágenes de guerra, tal como en la escena de la toma de Jerusalén por Nabucodonosor (imagen superior), donde se plasman vestimentas y armas -arreos de las cabalgaduras, arcos, flechas, lanzas, escudos y espadas- heredadas de la España visigoda. Por otro lado, los edificios representados corresponden a diseños semejantes a los monumentos mozárabes que han llegado hasta nosotros, destacando el uso del arco de herradura en todos los casos.

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Beato de San Andrés Arroyo. (s. XIII). Monasterio de San Pedro de Cardeña, Burgos, España. Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Wiki

A finales de Edad Media, los Beatos dejaron de copiarse y cayeron en desuso. Las imágenes resultaban lejanas al naturalismo gótico y muchos se hicieron incluso ilegibles, especialmente los más antiguos escritos en letra visigótica. Algunos Beatos fueron desmembrados y su valioso pergamino reutilizado como material de encuadernación. Los Beatos entraron en la historia del arte muy pronto ya que se valoró todo su esplendor visual y su simbolismo. Entonces, eruditos, bibliófilos y coleccionistas comenzaron a demandar su impresión y, a principios del siglo XX, sus expresivas, coloridas y extrañas imágenes con los que se explicaban el Apocalipsis y otros textos religiosos se multiplicaron. El desarrollo de las técnicas de reproducción propició una fuerte demanda de manuscritos medievales con imágenes y con ello, las ediciones facsímiles y el coleccionismo de los “casi-originales”. Todos los Beatos tienen sus facsímiles. La digitalización ha permitido su consulta, alcanzando detalles que a veces resultaban invisibles a primera vista y haciéndolos accesibles a todo el mundo. Hoy se reconocen como obras de valor excepcional por la singularidad y expresividad de sus iluminaciones.

Biblias iluminadas

Biblioteca Renacentista | Museo de San Isidoro - Real Colegiata

Florencio. Biblia visigótica de San Isidoro de León (960). Monasterio de Valeránica, Burgos. Museo de San Isidoro, León, España. Foto: MSI

En monasterios hispánicos también se ilustraron hermosas biblias en la misma época que los Beatos. Se destaca la biblia visigótica/ mozárabe de San Isidoro de León, que fue escrita por el presbítero Sancho y decorada por el miniaturista Florencio. Es una de las cinco Biblias completas que se conservan en el mundo de este período. Consta de 514 folios de pergamino en muy buen estado de conservación. Está escrito con letra minúscula visigótica y contiene más de un centenar de miniaturas historiadas que nos muestran episodios del Antiguo Testamento, y lo más interesante: muestra cómo era la vida de la Hispania cristiana el s. X: arquitectura, mobiliario, indumentaria, elementos de culto, armas, flora y fauna. Fue realizada por mozárabes emigrados del Sur (Al- Andalus) durante el periodo de repoblación del siglo X. Miniaturistas convertidos al Cristianismo que mantenían tradiciones artísticas musulmanas. Procede del scriptorium del monasterio de Valeránica, hoy Berlanga (Burgos). Se supone que llegó a León a través del monasterio mozárabe de San Miguel de Escalada y de aquí a San Isidoro donde se conserva. Florencio, el artista, que se confiesa forastero, desarrolló su labor en ambientes mozárabes, pero está influido por las maneras carolingias. Los colores son exquisitos. Rojos, oro, amarillos, verdes, azules, blancos componen sus historias con todo tipos de lazos, orlas, flores y letras capitulares.

BIBLIA DE BURGOS - Turismo Prerrománico

Biblia de Burgos (1190-1200). Monasterio de San Pedro de Cardeña o el de las Huelgas, Burgos. Biblioteca de Burgos, España

Se han conservado numerosos códices religiosos dentro del estilo románico en los siglos XI, XII y XIII. Su incremento es consecuencia de la riqueza económica que se obtiene de las parias de los reinos taifas, del aumento de riqueza en la nobleza y la secularización del clero. La Biblia de Burgos es otra muestra de miniaturas hispánicas de alta calidad expresiva. Según Joaquín Yarza, «es la más excepcional de todas las escenas bíblicas castellanas del románico, y constituye un unicum de la miniatura románica europea». El dibujo es ágil, los cuerpos desnudos son representados de manera casi expresionista, los árboles recuerdan el ataurique musulmán. La biblia llegó a Burgos en la época de la Desamortización, en 1870, pero no se conoce su recorrido; se cree que se confeccionó en el scriptorium del monasterio de Cardeña, aunque el paleógrafo Manuel Zabalza cree que fue en el de las Huelgas, en Burgos.

El Obispado reclama la devolución de La Biblia de Ávila | SER Ávila |  Cadena SER

Biblia de Ávila (s. XII). Arca de Noé. Catedral de Ávila, España. Biblioteca Nacional de España, Madrid. Foto: BNE

La Biblia de Ávila fue iluminada en el norte de Italia en el s. XII y trasladada y completada probablemente ya en Ávila en el mismo siglo. Contiene numerosas iniciales con motivos geométricos y entrelazados de fino dibujo y escenas varias. Por ejemplo, la del arca de Noé (imagen superior) permite ver el tipo de arquitectura de la época a través de la estructura del arca. Recuerda a los Beatos. Ahora en la Biblioteca Nacional de España, en 2016 fue reclamada por el archivo diocesano de Ávila junto con cientos de documentos que la diócesis reclama desde hace años. Según la documentación que existe en el Obispado, la Biblia de Ávila es propiedad del Cabildo de la Catedral, donde estuvo hasta que en 1869, fue encautada, así como otros documentos, por el decreto de incautación de los archivos, bibliotecas y colecciones de arte, en poder de catedrales, monasterios y órdenes militares dentro de la “Desamortización de Madoz” y pasó a ser propiedad del Estado junto con otros 400 pergaminos y códices de la catedral. Desde entonces son custodiados por la Biblioteca Nacional de España.

Biblia de Ripoll (año 1457) Papel [Ripoll, Cataluña] | Pintura ...

Bíblia de Ripoll (s.XI). Monasterio de Ripoll, Cataluña. Biblioteca Apostólica Vaticana, Ciudad del Vaticano

El monasterio de Ripoll fue un centro cultural de primera magnitud en la Edad Media. Su célebre escritorio produjo numerosos manuscritos y miniaturas, sobre todo bajo el impulso del Abad Oliba, que fue abad de Ripoll y de Sant Miquel de Cuixà, fundador de la abadía de Montserrat, obispo de Vic y el personaje más importante del territorio que ahora es Catalunya en el año 1000 en el ámbito político, religioso y cultural. Oliba fomentó las relaciones con monasterios franceses e italianos de los que se recibieron manuscritos que sirvieron como inspiración para los miniaturistas de Ripoll. Se confeccionaron tres importantes biblias en el scriptorium del cenobio: la de Ripoll, la de Sant Pere de Rodes y otra desaparecida, parece que corresponden a un único proyecto del abad Oliba. Constituyeron el fondo de imágenes para la pintura y la escultura románicas en Cataluña, de hecho, inspiraron la iconografía del célebre pórtico de piedra del monasterio de Ripoll.

Vic's Episcopal Museum focuses on medieval figure of bishop Oliba | Staff |  News | Catalonia Today

Bíblia de Ripoll (s. XI) Monasterio de Ripoll, Cataluña. Biblioteca Apostólica Vaticana, Ciudad del Vaticano. Foto: Catalonia Today

La iconografía de estas biblias no se pueden considerar en sentido estricto como románicas, sino de tradición carolingia y están muy alejadas de la tradición mozárabe de los Beatos castellanoleoneses de la época. Según la web del Patrimoni Cultural de la Generalitat de Catalunya: “El monje Guifré fue el único copista de las biblias; el principal ilustrador era, tal como los historiadores lo han definido, un dibujante de estilo impresionista. Con un estilo muy diferente, encontramos el tercer monje que participa en la biblia. Se identifica claramente gracias a una característica peculiar: tenía por costumbre hacer las caras redondas, un poco llenas y utilizaba herramientas como el compás y el tiralíneas para trazar circunferencias y líneas rectas”. La Bíblia de Ripoll es de gran tamaño y para la época fue de alto coste, se ha calculado que se habría utilizado una piel de oveja para cada uno de sus folios dobles por lo que su confección significó el sacrificio de unas 233 ovejas, un gasto muy significativo para un monasterio en aquella época y se hicieron tres. La Bíblia de Ripoll fue trasladada a Marsella por los monjes del monasterio de San Víctor cuando las dos abadías se unieron en el año 1070. Finalmente, ya en el siglo XVII, el manuscrito iluminado fue a parar al Vaticano gracias a un sobrino del papa Pablo V.

Biblia de Sant Pere de Rodes - Monasterios de Catalunya

Bíblia de Sant Pere de Rodes (1010-25). Historia de Moisés. Monasterio de Ripoll, Cataluña. Bibliothèque Nationale de France, París

La Bíblia de Sant Pere de Rodes fue un regalo del abad Oliba para el monasterio del mismo nombre con motivo de la consagración de su iglesia monástica (1022). Fue robada en el siglo XVII por el mariscal francés Noailles durante el expolio del monasterio, y vendida posteriormente al rey Luis XV. Según la web de Patrimonio Cultural de la Generalitat, “originalmente tenía un total de 566 folios que, ya en el siglo XVIII y en manos de los franceses, se dividió en cuatro volúmenes. La riqueza artística de sus miniaturas es importante por sí misma pero, sobre todo, como la de Ripoll, por la gran influencia que tuvo a la hora de inspirar la pintura y la escultura románicas”. Los historiadores del arte dan por hecho que las ilustraciones de la Biblia inspiraron un fresco de la Crucifixión de Cristo del claustro de Sant Pere de Rodes y algunos de sus capiteles historiados (hoy en el Museo de Cluny de París) y escenas de la magnífica portada de Ripoll. Aunque su mayor parte se ilustró a Ripoll, parece que algunos manuscritos fueron iluminados en Sant Pere de Rodes.

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Abraham Cresques. Atles Català (1375). Bibliothèque Nationale de France, París. Foto: Wiki

Vuelvo a casa, al Mediterráneo, con el Atles Català, atribuido al cartógrafo y geógrafo judío mallorquín Abraham Cresques, donde se explica que de Sarai partían las caravanas de mercaderes en dirección a Catay, China. La denominación que recibe este ejemplar cartográfico –Atlas Catalán– se debe a que está escrita en lengua catalana. Escrito y iluminado en 1375, exhibe una enorme cantidad de conocimientos geográficos y cartográficos, náuticos, arquitectónicos y etnográficos. Su creador nos ofrece en abundantes noticias de la cuenca mediterránea y lo que impresiona es que aporta también del continente asiático y bien precisas, zonas transitadas por comerciantes, peregrinos, guerreros y marineros. Cresques es un miniaturista genial. Según Agustín Hernando, profesor de geografía de la Universitat de Barcelona: “Sabe plasmar la realidad mediante los certeros trazos que contemplamos en las imágenes que diseña, reflejando sus dibujos los atributos imaginados de los diversos escenarios. Además de dominar el arte del dibujo de las cartas arrumbadas, su talento le lleva a enriquecerlas con la presencia de multitud de noticias geográficas, gráficas y literarias”. El Atles Català nos muestra como un judío mallorquín del s. XIV, con la ayuda de su hijo Jefuda, pudo tener acceso a tal cantidad de información y lo bien que conocía el mundo mediterráneo. Se supone que los Cresques estaban relacionados con la náutica, la experiencia y la práctica marinera, o bien debido a viajes personales o más probablemente debido al hecho que supieron interpretar muy bien lo que les contaban los viajeros. Se trata de un, más o menos fiable, mapamundi medieval. Este Atlas Catalán, sería un intento exitoso de plasmar lo que ahora llamamos globalización, en realidad resume lo mejor del medio artístico de la miniatura, maestría técnica, imaginación y fabulación.

Àngels Ferrer i Ballester

Dedico este ensayo a mi querida y recordada tía Maria Dolors Ferrer i Font in memoriam que creía en Sant Eudald, patrón de Ripoll, a quien le ponía un cirio y le rogaba que protegiera a todos sus sobrinos y su sobrina. Nunca olvidaré tu simpatía natural y bonhomía y cómo nos reíamos por todo. Contigo se fueron buena parte de los años felices de mi infancia y larga juventud.

Le doy las gracias a la amiga Marie-Pierre Piquemal de Foix que me ha proporcionado información sobre Le Livre de la Chasse de Gaston Phébus.

Fuentes consultadas:

Jean Porcher. El Imperio Carolingio. Madrid: Aguilar, 1968. Colección dirigida por André Malraux

Jean Porcher. La Europa de las invasiones. Madrid: Aguilar, 1968. Colección dirigida por André Malraux

Javier Docampo/Samuel Gras. Libro de Horas de Carlos V. Biblioteca Nacional de España

Henri Stierlin. Los beatos de Liébana y el arte Mozárabe. Madrid:  Editorial Nacional

John Gage. Color and Culture. Bulfinch press book. London, 1993

Las edades del hombre. Libros y documentos en la iglesia de Castilla y León. Burgos, 1990

Henri Pirenne. Mahoma y Carlomagno. Madrid: Alianza, 1979

Luis Puelles Romero. El asalto a la belleza. En torno a una estética de lo grotesco. Madrid: Maia ediciones, 2019

Exposciones:

Luces del norte. Biblioteca Nacional de España, 2021, Madrid

Beato de Liébana. La fortuna del Códice de Fernando I y Sancha. 2023. Biblioteca Nacional de España, Madrid

Webs:

http://reposiprog.blogspot.com/2015/05/5-txt-actividades-manuscritos.html

La miniatura carolingia. Por: Virginia Seguí

http://alenarterevista.net/la-miniatura-carolingia-por-virginia-segui/embed/#?secret=Ld2UijYGCF#?secret=KrwdaSiOej

British Library, Morgan Library, Bibliothèque Nationale de France, Biblioteca Nacional de España, Metropolitan Museum of Art, Walters Museum, Turismo preromanico, Trinity College (Dubin), Patrimoni Cultural de la Generalitat de Catalunya, Atlas Catalán/Agustín Hernando, History of Armenia.